Los empresarios olvidan el procés: la crisis de los suministros es ahora el gran problema

Después de años y años en los que la política protagonizaba absolutamente cualquier jornada económica celebrada en Cataluña, el XXVI Encuentro de Economía en S’Agaró fue una vuelta a tiempos pretéritos, cuando los empresarios estaban más preocupados por los precios de la energía o las reformas laborales y monetarias que por la tensión independentista. Hubo pocas primeras espadas entre el público, sí, y varios fallos entre los ponentes, pero el centro del debate se alejó definitivamente de la política y fue hacia la crisis de los suministros y la agresiva inflación que afecta a la economía española.

La Fundación Internacional Olof Palme (FIOP) consiguió convocar a cuatro presidentes de empresas del Ibex, al gobernador del Banco de España y al vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) en el Hotel S’Agaró, propiedad de la familia de la presidenta de la FIOP, la exdiputada socialista Anna Balletbò. Con la crisis macroeconómica como telón de fondo: la reforma laboral, la inflación y el nuevo modelo económico español fueron los asuntos centrales.

Una conclusión se pudo sacar en claro: si en algo están todos los organismos de acuerdo es en la incertidumbre existente en los avances de la economía española. Aquí coincidieron Luis de Guindos (BCE), Pablo Hernández de Cos (BdE) y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Caixabank.

“Lo normal es que se deshagan los cuellos de botella y que, junto con la bajada de la energía, caiga la inflación, pero existe mucha incertidumbre sobre el cuándo”, abundó Hernández de Cos. “Tiempo habrá para conocer el futuro cuando llegue”, sentenció De Guindos cuando se le pidió por cómo estaremos de aquí dos años. «Hay una incertidumbre clarísima» para la recuperación de las cadenas de suministro, añadió Goiri.

Mientras, el Ibex caía el viernes el 4,96% –la mayor rebaja en 17 meses– por la nueva variante del coronavirus detectada en Sudáfrica, lo que añadía argumentos a las tesis de la incertidumbre. De Guindos trató de poner calma: “En los mercados hay mucha volatilidad y nerviosismo, pero debemos ser pacientes”. «Todas las previsiones se han hecho pensando en que la crisis sanitaria está finalizando”, admitió Hernández de Cos.

La vuelta a la normalidad la puso Salvador Illa, presidente del grupo parlamentario del PSC en el Parlament, durante la mesa en la que se abordó la financiación autonómica. «Cataluña no puede no estar, es una irresponsabilidad, voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que Cataluña esté en el debate», remarcó durante su intervención.

No hubo réplica. Como bien reprocharon desde el público: «Un debate hubiera estado bien, pero en la mesa todos piensan lo mismo». En la mesa estaba acompañado por Montserrat Colldefons, exdiputada del PSC, y Maria Antònia Monés, dirigente del Departament d’Economia de la Generalitat durante el tripartito.

La presencia de líderes socialistas o dirigentes afines fue la nota común durante el Encuentro. Estaban los presidentes de las empresas públicas en bloque. Maurici Lucena (Aena), Jordi Hereu (Hispasat), Antoni Llardén (Enagás), Isaías Táboas (Renfe), Juan Manuel Serrano (Correos) y Pere Navarro (Consorci de la Zona Franca) fueron ponentes, moderaron debates o estuvieron entre la audiencia.

Participaron también varios secretarios generales y el sábado estuvo entre el público el expresident de la Generalitat, José Montilla. Sin embargo, el Govern solo envió a Mariona Sanz, directora general de Fondos Europeos, que, por cierto, realizó su intervención en castellano, idioma en el que se desarrolló la totalidad del acto.

En el público, compuesto principalmente por dirigentes patronales y de asociaciones catalanas, escuchaban Joan Molins, presidente de Cementos Molins, Jorge Miarnau, presidente de Comsa, Luis Conde, presidente de Seeliger y Conde, y Emili Rousaud, presidente de Factorenergía.

El sábado se puso picante en S’Agaró

Tras un viernes técnico, el sábado se volvió picante. Para empezar por las ausencias. En plena negociación por la reforma laboral, el encuentro entre Antonio Garamendi, presidente de la CEOE; Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras; y Pepe Álvarez, secretario general de UGT, levantó mucha expectación. Pues bien: no asistió ni uno. Todos, por un motivo o por otro, mandaron a segundas espadas.

Hasta ese momento, la única baja había sido la de Bartolomé Lora, vicepresidente de la SEPI, pero el abanico de negativas descafeinó una de las mesas más esperadas. Y Balletbò dio la cara ante los asistentes. Justificó la retirada de Garamendi y Álvarez, pero atacó a la suplente de Unai Sordo por el no a última hora del dirigente sindical. El auditorio se quedó mudo ante el rapapolvo de la organizadora.

Ya totalmente fuera de tiempo, la sesión prosiguió con un divertido cruce de cuchillos entre Jaume Collboni, teniente de alcalde de Barcelona, y Begoña Villacís, tenienta de alcalde Madrid. Probablemente el cara a cara más divertido. Con la rebaja de impuestos madrileña y la bandera de la libertad de la capital, ambos se enmarañaron en un ágil debate sobre qué ciudad pagaba realmente menos impuestos.

Collboni incluso se atrevió a presumir de que los habitantes de la ciudad mediterránea pagaron menos en 2020, a lo que Villacís replicó que eso era antes de sus reformas, que ahorraron hasta 500 millones de euros a los ciudadanos. El debate solamente se agrió cuando en plena celebración de la libertad madrileña, el dirigente catalán le replicó que eran sus socios de ultraderecha (Vox) los que amenazaban esta tranquilidad. La líder de Ciudadanos sacó a la palestra a Bildu, aunque rápidamente optó por otro camino.