Los empresarios dan un toque de atención a Sánchez y bajan inversiones

El crecimiento se frena al 0,5%, al peor ritmo de los últimos cinco años, en medio de la parálisis política y las dudas económicas mundiales

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La ralentización económica mundial empieza a tener sus consecuencias en España. El PIB comienza a dar los primeros signos de debilidad. En el segundo trimestre del año, la economía española creció el 0,5%, dos décimas menos respecto al primer trimestre, debido a la contracción de la inversión empresarial y a la ralentización del consumo en los hogares. 

Según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la constatación de que la economía se está ralentizando se refleja también en el crecimiento del empleo, que se ha reducido tres décimas respecto al trimestre anterior, hasta el 0,4%.

El crecimiento económico se ve debilitado por la demanda interna. La desaceleración del consumo de los hogares, que aumentó una décima menos que en el trimestre anterior (0,3%), y la inversión, que se contrajo un 0,2% como consecuencia de la caída del 2,5% de la empresarial lastran los datos macroeconómicos. Frente a esta desaceleración interna, la demanda externa dio muestras de mayor dinamismo con un crecimiento de las exportaciones del 1,8% y un avance de las importaciones del 1%. 

De vuelta a la situación interna, la inversión se contrajo un 0,2% como consecuencia de la caída del 2,5% de la inversión empresarial (maquinaria, bienes de equipo, sistemas de armamento y recursos biológicos cultivados), mientras que la inversión en vivienda y construcción creció el 1,3%.

El peor dato de los últimos cinco años 

Las previsiones internacionacionales que advierten la llegada de una ralentización económica global ya no excluyen a España. Hasta ahora, las perspectivas para España distaban de los malos presagios del resto de países del entorno. Sin embargo, el dato de crecimiento en el segundo trimestre del año se trata del peor dato para este periodo desde 2014. Esto hace prever que la economía está retrocediendo y lo hace hacia las tasas previas a la recuperación económica. 

La tasa interanual de crecimiento económico (2,3%, una décima menos que en el trimestre precedente) refleja el cambio de patrón en la evolución de la economía, ya que la contribución de la demanda interna ha bajado de 2,2 a 1,6 puntos -la más baja desde el primer trimestre de 2014-, en tanto que la aportación de la demanda externa ha subido de 0,2 a 0,7 puntos.

Sin embargo, las perspectivas de los organismos económicos auguran una buena senda de cara al conjunto del año. El Banco de España, que había calculado un aumento del PIB del 0,6% entre abril y junio, recientemente elevó dos décimas su previsión de crecimiento económico para este año, hasta una tasa del 2,4%. Bruselas también ha elevado sus perspectivas para España, hasta un crecimiento del 2,3% y el Gobierno prevé subirla próximamente. 

Economía Digital

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