Tropezar con la misma piedra: los créditos se desbocan en España
El Banco de España conecta las alarmas ante el crecimiento en un 47% de los préstamos al consumo desde 2004 (la mayor parte, sin garantías)
El Banco de España alerta nuevamente sobre los riesgos futuros para la estabilidad financiera y macroeconómica del fuerte crecimiento del crédito al consumo. Eleva la vulnerabilidad de los agentes frente a perturbaciones adversas, por lo que llama a la prudencia a bancos y clientes.
En un análisis que se incluirá en el próximo informe trimestral, la entidad reguladora explica que el crédito al consumo está creciendo a mediados de 2018 a una tasa en el entorno del 14%, que se eleva hasta el 21% en el crédito para financiar bienes de consumo duradero. El aumento acumulado desde 2014 es del 47%. Es una de las razones que explican la recuperación de la economía.
Sin garantías que respalden la deuda
Aunque estos crecimientos han sido compatibles con una pauta de desendeudamiento de los hogares y el crédito al consumo sigue teniendo un peso reducido en la cartera de las entidades financieras (en torno al 5%), la entidad supervisora advierte sobre la ausencia de garantías en este tipo de préstamos, salvo los que financian la compra de vehículos, lo que eleva el riesgo al que se enfrentan las entidades.
El saldo vivo de crédito al consumo se situaba a mediados de este año en niveles próximos a los de 2004, en términos reales por hogar, pero todavía muy alejados del máximo del ciclo anterior (en concreto, un 32% por debajo del nivel registrado en el primer trimestre de 2008).
Por ello, el Banco de España considera que es importante que las decisiones de los oferentes y los demandantes de crédito se basen en unas expectativas «prudentes» sobre la capacidad de repago de esta deuda.
Evolución de las hipotecas en 2018
La evolución del crédito al consumo -liderada por las operaciones de financiación del gasto en bienes duraderos, especialmente por el destinado a compra de automóviles- contrasta con la de otros segmentos, como la compra de vivienda, donde el saldo sigue contrayéndose, aunque a un ritmo cada vez más moderado.
Esta diferente dinámica del crédito al consumo se explica tanto por el mayor volumen de nuevas operaciones, que se ha duplicado durante este período, como por los menores plazos de vencimiento en comparación con los destinados a la compra de vivienda, por lo que los saldos vivos reaccionan con más rapidez a los cambios en la actividad.
De la expansión inmobiliaria a la compra de coches
El patrón del crédito al consumo ha cambiado con la crisis: si antes de 2008 se centraba, sobre todo, en equipamiento del hogar, asociado a la expansión inmobiliaria, en el ciclo actual el grueso del crecimiento se sitúa en el sector del automóvil.
Las entidades encuestadas para el informe explican que el factor principal de expansión de la oferta del crédito al consumo es el aumento en la competencia, en un entorno de márgenes y de tipos de interés de referencia bajos.
Finalmente, el Banco de España señala que tanto el gasto en bienes duraderos como el crédito destinado a financiarlo incorporan un fuerte componente cíclico: cayeron con fuerza durante la crisis y registran un fuerte avance con la recuperación y ello explica también la moderación de la tasa de ahorro de las familias en el periodo más reciente.