Lavadoras y neveras, más caras por la subida de los costes de producción y del transporte

En la pasada Navidad ya saltaron las alarmas por la falta de ciertos productos en los lineales

lavadoras

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La tormenta perfecta está cayendo sobre la economía española. No solo poner la lavadora es mucho más caro; también comprarla obligará a rascarse el bolsillo. Una serie de factores encadenados, y que ha tenido como colofón la crisis energética agravada tras la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, traerá un nuevo susto a las familias: lavadoras, microondas y todo tipo de gamas blancas empezarán a ser más caras en las próximas semanas. La puntilla ha sido la crisis del transporte que está dejando tocados los ‘stocks’ de grandes y pequeñas superficies.

La crisis en este segmento, que también se abre a la electrónica de consumo, se inició hace meses con la falta de suministro de material tecnológico, sobre todo microchips y pequeños componentes electrónicos. Eso ya dejó algunos ‘stocks’ con lo puesto. De hecho, en la pasada Navidad ya saltaron las alarmas por la falta de ciertos productos en los lineales de algunos centros de distribución.

Pero todo ha ido un paso más allá tras el estallido del conflicto militar en Ucrania, que ha derivado en un alza de precios energéticos a nivel mundial; que ha proseguido con los costes en la producción; y finaliza con la repercusión de los precios en el producto final por los problemas de suministro -en el caso concreto español-. Con este escenario, fuentes del sector aseguran a ECONOMÍA DIGITAL que en las próximas semanas se empezará a repercutir en los precios finales todas estas circunstancias.

Advierten de que no habrá ningún tipo de problema en el suministro; es decir, que todo el mundo podrá acceder a comprar ordenadores, lavadoras o microondas, pero que su coste será mayor que el de las últimas semanas o en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Un problema de suministro

Los actuales problemas con el transporte y la distribución, de las propias mercancías y los proveedores, es solo la punta del iceberg de lo que está sucediendo. En una reciente entrevista concedida al ‘Financial Times’ por Peter Wennink, CEO de ASML -una de los grandes proveedores tecnológicos a nivel europeo-, confesaba que se ha vertido un jarro de agua fría sobre las perspectivas al afirmar que al menos durante los próximos dos años el acceso a los microchips va a continuar siendo reducido. Esto se debe a los problemas de la cadena de producción a la hora de aumentar su rendimiento.

El gran problema es la incapacidad para aumentar la producción y que ésta mantenga el ritmo de la demanda, que está siendo creciente. Desde ASML se predice un aumento de envíos con respecto al pasado año, pero el cuello de botella iniciado con el confinamiento inicial tras el inicio de la pandemia está lejos de ser superado.

De igual modo, un reciente informe de Bank of America estima que las restricciones de suministro de la industria de semiconductores tanto en obleas como en sustratos se extenderá a lo largo de 2022. Y un importante fabricante de chips expresaba hace unas semanas en ‘The Wall Street Journal’ que la acumulación de pedidos es tan grande que se necesitarían hasta 40 semanas para cumplir con cualquier orden que un fabricante realice en estos momentos.

Raúl Masa

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp