Las tres manchas del récord de Caixabank que el mercado castiga
Caixabank presenta beneficios récord pero la bolsa castiga gastos extraordinarios de 844 millones que no esperaba
La bolsa tiene sus propias lógicas y dinámicas. ¿Es normal que el banco que mejor comportamiento está teniendo en el mercado de valores y bate su récord de beneficios, baje de golpe un 7,2%? Lo es si los inversores esperaban más. Es lo que le ha pasado a Caixabank este viernes, que ha ganado menos de lo que preveían los analistas. Su pecado, cargar tres gastos extraordinarios que no se esperaban.
¿Qué pasa con los resultados de Caixabank? Aparentemente son buenos. Los márgenes crecen entre el 3% y el 6%, cifras que, teniendo en cuenta la congelación de los tipos de interés a cero, no son nada desdeñables. Como consecuencia de la reducción de provisiones por la limpieza del ladrillo, el beneficio crece más que los márgenes: casi el 18%, hasta 1.985 millones de euros.
Con esta carta de presentación ante el mercado, la bolsa abrió este viernes castigando en más de un 6% la acción de Caixabank, una de las peores caídas de su historia. “Obedece a las expectativas que tiene el mercado, pero nuestros objetivos son a largo plazo”, ha relativizado Jordi Gual, presidente del banco. “Si tú no lo entiendes, yo tampoco”, ha respondido Gonzalo Gortázar, consejero delegado, a una pregunta de la prensa, antes de hablar de nuevo de las expectativas.
Jordi Gual, presidente de Caixabank, reduce la caída en bolsa a una cuestión de expectativas
Efectivamente, el mercado de valores se mueve mucho por expectativas, y las del resultado de Caixabank eran más altas, superaban los 2.000 millones. Quizá por ello, y porque los beneficios trimestrales crecían mucho más que el 18%, fue el banco que mejor resistió las bajadas en bolsa del sector en 2018.
Mirando en detalle los resultados del banco catalán, hay tres factores que dejan el beneficio por debajo de los 2.000 millones y que los inversores no esperaban. Son gastos extraordinarios, algunos de los cuales no se repetirán en los próximos años, pero que han restado 844 millones de euros al beneficio récord de Caixabank.
1. Vender Repsol, un mal negocio
Caixabank decidió a finales de septiembre vender su participación del 9,8% en Repsol, bajo el argumento de que no es una participación estratégica y no existen sinergias entre ambas compañías. La desinversión, que de momento se ha realizado solo parcialmente, tuvo un impacto negativo en el resultado por las minusvalías generadas.
Concretamente, la venta en septiembre del 5,2% de la participación —el resto se venderá durante este año—, dejó unas pérdidas de 453 millones en el balance que los analistas no esperaban.
2. La venta del ladrillo
A diferencia de las pérdidas generadas por Repsol, en el caso del ladrillo sí que se esperaba. La limpieza, que entre activos inmobiliarios y créditos, supera los 8.000 millones de euros, tiene un lado malo y otro bueno. El bueno es que limpia el balance, sube la calidad del mismo y permite al banco reducir provisiones. El malo son pérdidas a corto plazo.
Así, la venta del 80% de la cartera inmobiliaria —más de 5.000 millones— y de Servihabitat a Lone Star dejó unos números rojos de 252 millones de euros.
3. Problemas en Angola
Angola es un mercado poco recomendable, BCE dixit. A través de BPI, Caixabank controla el 48% de BFA. Esta participación, importante pero no de control, sobre la entidad africana restó 139 millones de euros al beneficio de Caixabank.
Cuando el banco catalán compró la mayoría del portugués BPI, éste tenía algo más del 50% de BFA. Poco después, dio el primer paso para salir del banco angoleño, al vender una pequeña participación a Unitel. Así, esta empresa, controlada por Isabel Dos Santos, pasó a tener la mayoría de BFA, y BPI se la pudo desconsolidar, de manera que redujo el riesgo.
No obstante, sigue generando pérdidas. Por ello, y porque no es estratégico y al BCE no le gusta la entidad angoleña, Caixabank ya ha puesto el cartel de se vende a BFA, aunque no tiene prisa, aseguran fuentes del banco.