Las eléctricas esconden en sus webs las mejores ofertas que se deben publicar en la CNMC
La guerra comercial provoca que cada compañía utilice sus propias estrategias de venta
El sector eléctrico español vive en estos momentos una auténtica guerra comercial, que además está marcada por los altos precios de la luz. En este contexto, muchas compañías maniobran para conseguir que los usuarios contraten sus servicios y, a ser posible, los que tengan un coste más alto. A fin de cuentas, se trata de un servicio necesario, lo saben, y juegan con esa ventaja.
Esta situación se pone de manifiesto a través del comparador de precios de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), al que las compañías eléctricas deben volcar todas sus tarifas para que los consumidores puedan ‘jugar’ con las diferentes variables en cuanto a la potencia contratada y el consumo medio. Además, se trata de algo que deben llevar a cabo todas las compañías.
Y es que el pasado verano la CNMC aprobó la resolución que determina la información que las comercializadoras de electricidad deberán incluir en un código QR en las facturas de los consumidores. Esa información también se presentará en las facturas electrónicas a través de una serie de vínculos.
El código QR está disponible en la factura de los consumidores con una potencia contratada inferior a 15 kW. A través de él, los clientes pueden acceder al comparador de ofertas de gas y electricidad de la CNMC sin necesidad de incorporar ningún otro dato. De esta forma, se puede comparar sus consumos con el resto de las ofertas disponibles en el mercado y decidir cuál se adapta mejor a su perfil.
El problema surge a la hora de acceder a esas supuestas ofertas que son mejores. Existir, existen, pero en muchos casos las eléctricas las camuflan dentro de sus páginas webs. El objetivo, al final, es que el consumidor termine contratando una tarifa que sea ventajosa en precio, pero quizá no tanto como se muestra en el comparador.
Un mercado muy complejo
El problema de esta funcionalidad es que las distintas empresas suelen reenviar a sitios web donde salen tarifas aproximadas al consumo real. De esta manera, siempre es complejo hacerse una idea real. O, por el contrario, la sorpresa llega después, puesto que pueden ser indicaciones de un consumo menor, o una potencia que es distinta a la que necesita el consumidor.
La otra situación que se da en algunos casos es que hay que acceder a la web principal, después a la zona comercial, y aquí es donde surge el problema: no se encuentra a simple vista la oferta que inicialmente se anunciaba en la CNMC; o la que venía escaneada en la factura. Una situación que se agrava cuando se trata de tarifas de libre comercio negociadas con algún tipo de descuento adicional.
Otra cuestión que se da en estos casos tiene que ver con la caducidad de las ofertas. Con el objetivo de jugar con el factor de la presión comercial, algunas empresas tienen ventanas temporales para esas ofertas, por lo que es posible que no siempre esté bien actualizado.
Todo ello sin contar el gran problema de las eléctricas, al igual que el de otras compañías: la letra pequeña. En este caso muchas ofertas no vienen con el precio cerrado como muestra la CNMC, sino que ofrecen los precios por franjas horarias, a los que se debe añadir las distintas capacidades contratas en diferentes tramos horarios.
Una época de cambios
Lo curioso de esta situación es que se produzca en plena guerra comercial donde las empresas pelean sin cuartel por captar clientes. Algo que se ha visto reflejado en el Panel de Hogares que elabora el regulador.
En concreto, un 11,1% y un 7,2% de usuarios cambiaron de proveedor de luz y gas respectivamente en 2021. En el caso de los clientes de compañía de la luz, el cambio ha crecido casi 4 puntos porcentuales en 2 años, un 50% más.
Son los datos que refleja la última oleada del Panel de Hogares de la CNMC, correspondientes al cuarto trimestre del 2021. Es importante destacar que estos resultados coinciden con la situación de precios excepcionalmente altos de los servicios energéticos.
El Panel de Hogares de la CNMC también refleja cómo fue el proceso de cambio de compañía. En general, los usuarios afirmaron que fue más difícil cambiarse de compañía respecto al año anterior, especialmente en compañías de electricidad, donde se duplicó el número de hogares a los que resultó difícil cambiar de comercializador. A pesar de este incremento, los servicios de telecomunicaciones muestran una mayor dificultad para cambiarse respecto a los energéticos.
Los cambios de compañía se han convertido en una realidad
De todas maneras, cambiarse de compañía sigue siendo un proceso fácil o muy fácil para un 87,9% de los usuarios de electricidad, mientras que el 86,1% de los usuarios de gas natural lo consideraron como un proceso fácil o muy fácil. Ocho de cada diez clientes expresaron que todos los servicios estudiados en el Panel fueron procedimientos fáciles o muy fáciles a la hora de permutar.
En cuanto a los motivos para el cambio, el ahorro en las facturas de los servicios de telecomunicaciones fijas fue, de nuevo, el principal motivo para casi seis de cada diez hogares. Otras razones que esgrimieron los usuarios fueron la insatisfacción con la calidad del servicio, beneficiarse de un `paquete de servicios mejor o aumentar la velocidad del internet.
Ahorrar en la factura de los servicios energéticos contratados volvió a ser la razón por la que siete de cada diez clientes optaron por cambiar de suministrador de electricidad y gas natural, mientras que tres de cada diez clientes de gas natural decidieron cambiar para beneficiarse de una oferta conjunta de luz y gas.