La visita del Papa multiplica por seis la promoción oficial de BCN
Las reservas hosteleras sólo han aumentado un 10% esta semana, según el gremio de hoteles
La visita del Papa a Barcelona supondrá por lo menos multiplicar por seis los aproximadamente cinco millones de euros que Turisme de Barcelona dedica anualmente a promocionar la ciudad en el mundo. Lo reconoce el economista de la entidad Santi Pagès que no se atreve, no obstante, a evaluar el efecto a corto plazo de la presencia de Benedicto XVI en la capital catalana: “A corto no importa, lo relevante es como puede ir la promoción a largo plazo”.
La visita de este fin de semana del Papa Benedicto XVI supone un fuerte aldabonazo para la capital catalana. Más allá del impacto religioso que pueda tener la consagración del templo de la Sagrada Familia se hacen diferentes cálculos para saber si el resultado de la visita será rentable o no en términos de imagen, marca y estancias.
Casi todos coinciden en valorar que, en el corto plazo, es casi imposible determinar si la visita será provechosa. En cambio, a medio y largo plazo todos coinciden que el periplo del Papa será positivo para la ciudad.
Coste público directo e indirecto
Más allá de la anécdota, parece un hecho indudable que para los ciudadanos la visita del papa supone incomodidades y un coste público cifrado en 700.000 euros. A esta cantidad se deberían añadir las consecuencias indirectas de la financiación de algunos gastos de la visita. En este sentido, algunas empresas que han donado fondos para financiar los actos son compensadas con desgravaciones fiscales, es decir, también con fondos públicos.
En el Ayuntamiento de Barcelona sí que valoran el impacto económico de la visita del Papa. Sumándolo todo, el consistorio considera que la ciudad obtendría una cifra cercana a los 40 millones, concretamente 39,8 millones de euros, aunque más tarde redujeron el saldo positivo a 30 millones. Más difícil es concretar de dónde salen estas cantidades.
Proyección de la ciudad
El principal aporte sería el beneficio de la visita papal en la proyección internacional de Barcelona. Sólo esto supone 4,6 millones, teniendo en cuenta que se calcula que las transmisiones televisivas de los eventos organizados serán vistos aproximadamente por el 18% de la población del mundo.
La teniente de alcalde de Barcelona, Asumpta Escarp, opina que en los 4,5 kilómetros de recorrido del Papa por la ciudad se pueden concentrar unas 400.000 personas sin contar los más de 5.500 invitados que estarán en el acto de la Sagrada Familia. Además, el consistorio estima que unas 45.000 personas se desplazarán a Barcelona y pernoctarán en la ciudad.
El portavoz del gremio de hoteles de la ciudad Condal, Manuel Casal, no considera que la vista del Papa tenga directamente un fuerte impacto en el sector. “En estos momentos, la ocupación hotelera media está entre el 65 y el 67%. Nuestra previsión, en función de las reservas, es que suba aproximadamente diez puntos y en el fin de semana quede entre el 75 y el 77%”. Los hoteleros estiman que la visita papal tiene menos repercusión que otras actividades no directamente religiosas. Por ejemplo, actos deportivos o ferias con gran atracción de visitantes.
La tipología de los visitantes que se desplazarán a Barcelona en la jornada papal no coincide con la tradicional de congresos u otros eventos. “Muchos son personas con familiares en la ciudad o que si pernoctan en la ciudad aprovecharán las redes que les proporcionan las instituciones religiosas”, afirma Casal, que también subraya que muchos visitantes de comunidades cercanas a Barcelona no dormirán en la población y lo harán en los autocares de vuelta.
Impacto mediático
Lo que nadie discute es la importancia mediática de la visita del Papa para Barcelona. “Para nosotros es un hito igual que lo fueron las olimpiadas”, dice Casal, que considera que las horas de televisión en las que la población será protagonista “reforzarán la marca Barcelona”.
En el plano estrictamente de la imagen, el profesor de opinión pública de la Pontificia Universita de la Santa Croce, Norberto González Gaitano, destaca la importancia que la presencia directa del Papa tuvo en el cambio de la opinión pública de los Estados Unidos respecto al problema de la pederastia: “Esa presencia hizo más por aclarar el papel de la Iglesia que la labor de todas las oficinas de los obispados norteamericanos desde el año 2002”.
Precedente británico
En el mismo sentido, Gaitano recuerda el cambio de percepción que se operó con la última visita del Papa a Gran Bretaña, donde precisamente hubo un gran debate sobre los costes económicos de la operación. Al final, destaca el estudioso, fue significativo ver “la imagen del Papa hablando en Wetsmisnter Hall a la crema de la política, las finanzas, la cultura de un país culturalmente hostil al papado, y la recepción que le dispensaron. Esto tampoco se puede medir en parámetros económicos”, señala. Apunta, en cambio, que si se pudiese poner precio a los minutos en los que la ciudad sale en las televisiones mundiales, ahí se podría conseguir una aproximación.