La UE se abre por primera vez a regular el precio de la electricidad en el mercado mayorista
El Ejecutivo comunitario plantea topar el precio del gas en el mercado mayorista y compensar costes de producción de empresas que generen electricidad con combustibles fósiles, entre otras medidas
La Comisión Europea presentó este mismo miércoles un menú de opciones para intentar reducir los precios de la energía en la Unión Europea a corto plazo y de forma temporal, mientras ultima una revisión del mercado eléctrico a largo plazo que espera tener lista para mayo. Así, el Ejecutivo comunitario propone establecer un máximo para el precio del gas en el mercado mayorista, compensar costes de producción de empresas que generen electricidad con combustibles fósiles, redirigir los «beneficios caídos del cielo» a los consumidores, crear un agregador que garantice un precio bajo a consumidores vulnerables o fijar un precio máximo para las empresas operando en el mercado mayorista.
Además, la Comisión también presentó una propuesta legislativa para obligar a que los Estados miembros tengan sus almacenes de gas llenos al menos al 80% para el próximo invierno, así como un mecanismo para poder retirar el control de los depósitos a compañías de terceros países, como la rusa Gazprom, si su comportamiento amenaza la seguridad de suministro. Concretamente, este documento sobre energía presentado por la Comisión es el tercero en los últimos cinco meses, en los que el Ejecutivo europeo, presionado por países como España, Grecia, Rumanía, Francia, Italia o Bélgica, se ha ido abriendo progresivamente a intervenir el mercado, algo impensable en Bruselas hace medio año y que sigue sin agradar a Alemania o Países Bajos.
De esta manera, la «comunicación» recoge ideas de algunos Estados miembros, de los técnicos de la Comisión y de académicos que están diseñadas para alimentar el debate en la cumbre europea de este próximo jueves y viernes sobre Ucrania, en donde la energía tendrá un peso capital. «No hay una bala de plata», avisan fuentes comunitarias, que piden que se valoren con atención los diferentes riesgos fiscales y distorsiones en el mercado único que presentan cada una de las opciones.
La primera opción eléctrica pasa por crear una entidad («agregador») que compre electricidad a precio de mercado y la revenda a un precio más bajo a los consumidores vulnerables, con la desventaja de que requiere más gasto público de países que llevan meses usando recursos para amortiguar la carestía energética. La segunda consiste en compensar parte de los costes de la producción a las empresas que generan electricidad a partir de combustibles fósiles y la tercera plantea fijar un precio máximo en el mercado mayorista de la electricidad.
Medidas temporales
Sin embargo, la cuarta pasa por gravar los beneficios «excesivos» de las eléctricas que generan luz barata con fuentes renovables pero que cobran el kilovatio a precio de la tecnología más cara. Una variante de esta medida consistiría en poner un precio máximo que recibirían ciertas formas de generación, como la solar, la eólica o la hidráulica.
La última opción, que implicaría negociar con los grandes suministradores los volúmenes y los precios de gas que se necesitan en un sistema en el que la Comisión funcionaría como «agregador», supondría fijar un precio máximo al precio del gas en el mercado mayorista. Lo que tienen todas en común es que cualquiera de esas opciones de carácter urgente debería ser temporal, aunque las fuentes comunitarias no precisan plazos concretos. Sí confirman, sin embargo, que habrá que esperar a que la Agencia para la Cooperación de los Reguladores Energéticos (ACER) presente a final de abril un informe con una propuesta para reformar el mercado.