La rebaja de la tensión política salva la calificación de la deuda catalana
La agencia de calificación de riesgos Fitch ha mantenido el rating de la deuda de la Generalitat en un nivel BBB-, por encima de su media de la última década
El conflicto político en Cataluña se había extendido más allá del plano institucional, alcanzando también el terreno económico y financiero. Durante casi una década, la deuda de la Generalitat se mantuvo con una etiqueta de bono basura, como consecuencia del efecto colateral de la pugna por la independencia. Pero, ahora, la comunidad ha logrado dar un salto en su valoración.
La agencia de calificación de riesgos Fitch ha publicado este miércoles un nuevo informe sobre los bonos de la Generalitat, a los que ha atribuido un nivel de aprobado bajo (BBB-). Por segunda vez consecutiva desde que comenzó el proceso secesionista, la comunidad autónoma se consolida en un grado de inversión.
La organización ha explicado en un comunicado que esta valoración es el resultado de un escenario político más favorable en Cataluña, tras la recuperación de las relaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez. «Las tensiones políticas son ahora menos graves que en la pasada década», ha sentenciado.
La calificación se produce precisamente a las puertas de que las dos administraciones se reúnan a finales de septiembre en la mesa de diálogo, en la que el Govern planteará algunas de sus exigencias habituales, como un referéndum de independencia pactado o la amnistía.
Fitch aplaude la actitud de Pere Aragonès
Fitch ha valorado positivamente este tipo de maniobras de acercamiento, especialmente tras la llegada de Pere Aragonès a la presidencia. «ERC, el principal partido independentista que forma el nuevo gobierno catalán, ha adoptado un enfoque más pragmático para las negociaciones», ha remarcado.
Los analistas han dado también su visto bueno al indulto que el Consejo de Ministros llevó a cabo para sacar de prisión a los dirigentes independentistas presos por el juicio del ‘procés’ y que ha contribuido también a rebajar la tensión y, en consecuencia, el riesgo financiero en Cataluña.
La agencia calificadora además ha señalado que si se produjese un nuevo intento de convocar un referéndum ilegal de independencia como en 2017, se anularía la administración regional, tal y como se hizo con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Este mecanismo impediría que la financiación autonómica decayese y afectase a la deuda.
Cataluña consolida su grado de inversión para poder emitir deuda
Se trata de la segunda ocasión que la deuda catalana recibe la calificación BBB- este año, tras el salto que protagonizó en julio, cuando subió de golpes dos peldaños. La situación política es un factor importante en la decisión, aunque la Generalitat también ha mejorado en otros criterios económicos para contar con mayor fiabilidad.
El reequilibrio de las cuentas de la administración, la diversificación de la economía catalana, el impulso de la industria o el papel que juegan las empresas familiares en el tejido productivo de la comunidad autónoma han sido las principales fortalezas que han ayudado a dar este paso adelante.
La calificación representa uno de los principales logros del conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró, que necesita contar con este nivel de valoración para poder volver a emitir deuda en los mercados a título de la Generalitat.