La propuesta estrella de Yolanda Díaz: trabajar menos horas que en Dinamarca con 50 puntos menos de productividad
La jornada semanal efectiva en España es de 37,7 horas, muy similar al umbral que busca fijar por ley la vicepresidenta de 37,5 horas. Rebajarlo a 32 semanales significaría adelantar a Dinamarca con una economía menos productiva
La campaña electoral de Yolanda Díaz como candidata a la Presidencia del Gobierno por Sumar está girando en torno a una idea fuerza: trabajar menos y vivir mejor. Y para ello la también vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social propone recortar por ley la jornada laboral de las 40 horas semanales actuales a 37,5 horas tan pronto como el año que viene.
Pero el objetivo es mucho más amplio, ya que la líder de Sumar apuesta por abordar el recorte de la jornada laboral a 32 horas, abriendo para ello un proceso de diálogo social con empresarios y trabajadores donde se negocien las condiciones y los plazos.
«Estar una hora antes en casa mejorará tu vida y también tendremos una economía más sana«, incidió Díaz sobre la que es su propuesta estrella.
Sin embargo, este cambio legal tendrá poco efecto en términos reales. De acuerdo con los datos del INE, los asalariados en el sector privado trabajan, de media, entre 37,6 horas los hombres y 32,7 horas las mujeres. Si echamos un vistazo a los datos del sector público, aquí las jornadas se acercan más a las 35 horas (35,8 hombres; 34,4 mujeres).
La jornada se reduce en toda Europa
Cada vez más convenios colectivos incluyen medidas tendentes a la reducción de la jornada, que en España lleva más de un siglo establecida en las 40 horas. La vicepresidenta Díaz no había acogido con demasiado entusiasmo la propuesta de las jornadas de 32 horas semanales, o de cuatro días laborales, una de las banderas de una de las formaciones en Sumar, Más País. A su juicio, era prioritario flexibilizar la jornada a través de una Ley de Usos del Tiempo impulsada por el Ministerio de Trabajo.
Una ley basada en un informe de expertos que, precisamente, alejaba hasta 2032 el umbral de esa jornada de 32 horas. Mucho más allá de la legislatura que debería terminar en 2027 y en la que se deberían negociar esos cambios.
Y este recorte de las horas de trabajo, de acuerdo con los datos de Eurostat, llevaría a nuestro país a tener prácticamente la jornada semanal más corta de toda la Unión Europea. En la actualidad, con datos de 2022, Dinamarca y Holanda son los países con menores horas de trabajo de media: 34,4 horas y 31,7 horas, respectivamente. En los datos que el instituto estadístico europeo utiliza para comparar, la jornada española es de 37,7 horas.
En general, la tendencia europea es a la baja en cuanto a las horas de trabajo, aunque de manera paulatina. La media de la Unión Europea era de 37,5 horas en 2013, precisamente la propuesta de Díaz. En 2022 era de 37,3. Si ponemos el foco en los países de la zona euro, en 2013 era de 36,8 horas y de 36,6 en 2022.
Si nos comparamos con las otras potencias de la zona euro, en Alemania la jornada laboral es de 35,2 horas; en Francia, de 37,2; en Italia, de 37,3; y en la vecina Portugal, de 39,9 horas.
Una economía poco productiva
Ahora bien, el obstáculo al que se enfrenta nuestra economía es uno de sus retos estructurales: la baja productividad del trabajo. Si comparamos nuestra economía con los Veintisiete, estamos a más de diez puntos porcentuales de lo que produce, de media, cada trabajador en todos los países de la moneda común. Así, si tomamos como base (100) la producción media por trabajador en la Unión Europea, en la zona euro escala hasta 103,8, mientras que nuestro país se queda rezagado: en 2022 este baremo fue del 93,7.
Pero si vamos al detalle, a la productividad por hora trabajada, el diferencial es mayor: es del 91,3%. De nuevo, si volvemos a Holanda y Dinamarca, los países con menores jornadas, la productividad por hora trabajada en estos países es del 142% y el 120%. A años luz de la española.
De nuevo comparándonos con los países de nuestro entorno, la productividad por hora trabajada en Alemania es del 122,7%; en Francia, del 117,7%; en Italia, del 99,5%; y en Portugal, del 66,8%.