La política fiscal del Gobierno amenaza con dificultar la lucha contra la inflación en 2023
Esade avisa de que medidas como la subida de las pensiones y del SMI sumadas a los fondos Next Generation podrían frenar el proceso de desinflación
La política fiscal expansiva del Ejecutivo podría resultar un arma de doble filo: impulsar el crecimiento de la economía en 2023, pero, a la vez, «frenar el proceso de desinflación iniciado en otoño de 2022». Así lo prevé el centro de estudios Esade en su último Informe Económico y Financiero, elaborado con el apoyo de Banc Sabadell.
Esade prevé que el PIB de España crezca entre un 1% y un 1,5% en 2023, en línea con las últimas estimaciones de la Comisión Europea, pero avisa de que, en un contexto inflacionario como el actual, «la sobreexposición a estímulos fiscales» provocada por las decisiones sobre política de rentas (subida de pensiones y del SMI), «no parecen avanzar en la dirección correcta» para frenar la inflación.
En concreto, Esade explica que la revalorización de las pensiones al 8,5% en 2023 y la subida del SMI un 8%, son medidas «potencialmente inflacionarias, tanto por la vía de la demanda como por la vía de la oferta», porque suponen mayores costes para las empresas salariales o laborales a través de aumentos en las contribuciones.
Por otra parte, los economistas de Esade consideran «esencial» utilizar los fondos Next Generation para acometer reformas estructurales profundas «que tengan como objetivo mejorar la productividad y el rendimiento del capital humano», pero alertan de que también podrían contribuir a frenar la desinflación. «La convocatoria de elecciones municipales, autonómicas y generales en 2023 añade un riesgo al incentivar el recurso a instrumentos fiscales, que se sumarían a la ejecución de fondos europeos», detalla el centro de estudios.
De esta manera, podría darse la situación de que las medidas que impulsarían el crecimiento económico, también dificultarían la lucha contra la inflación y animarían al BCE a seguir subiendo los tipos de interés. No obstante, la previsión de Esade es que la inflación disminuya a partir de marzo y se coloque en junio en menores cifras que en 2022 en comparación interanual, debido en parte al efecto matemático de comparar este año con las subidas históricas de precios del año pasado.
El riesgo del endeudamiento
La inflación y los efectos de ciertas reformas son dos de los cuatro riesgos que Esade identifica para la economía española en 2023, aunque otro de ellos es el alto endeudamiento, derivado precisamente de la política fiscal expansiva. «Debemos estar atentos a las posibles consecuencias de las medidas fiscales implementadas para combatir la inflación y sus consecuencias», avisa el centro de estudios.
En este sentido, incide en que las reducciones de impuestos, como la rebaja del IVA de los alimentos y otras medidas de apoyo, como la subvención a los carburantes o las transferencias a colectivos golpeados por la inflación, han tenido un impacto significativo en las finanzas públicas, «por lo que en 2022 se espera una reducción limitada del déficit público». De hecho, la deuda supone ya el 115% del PIB del país en comparación con el 38% que suponía en la crisis financiera de 2008.
El otro riesgo que identifica Esade es un peor comportamiento en 2023 de sectores «clave» delicados, como la industria de la automoción, por cambios regulatorios y tensiones geopolíticas que sigan dificultando su cadena de suministros.
Se evita la recesión
A pesar de estos riesgos, Esade confirma que la economía española ha mejorado sus perspectivas respecto a hace seis meses. En 2023 el crecimiento del PIB se desacelerará, pero evitará la recesión tras registrar un crecimiento del 5,5% en el año 2022. La inflación también cayó a la mitad en los últimos meses de 2022 respecto a las cifras marcadas en verano, pasando del 10,8% en julio en comparación interanual al 5,9% en enero.
Estos datos han permitido que España esté en un «mejor panorama» que muchos de los países vecinos, ya que además tiene menor dependencia energética de Rusia y ha contado con el mecanismo del tope al gas para moderar los precios energéticos.
Respecto al mercado de trabajo, desde Esade señalan que existe la posiblidad de que «se haya alcanzado el nivel potencial de ocupación», circunstancia que podría implicar cierta resistencia a la reducción del desempleo durante los próximos meses.