La patronal objeta la fusión de Caixa Girona con Catalunya y Tarragona
Los empresarios de Girona no ven con buenos ojos la fusión de Caixa Girona con Catalunya y Tarragona. Después de analizar los pros y contras de la operación diversos dirigentes patronales han decidido hacer pública su oposición, lo que podría generar un movimiento crítico con el proceso de alcance desconocido.
Además, se da la circunstancia de que la posible integración de Girona en la nueva macrocaja “pública” catalana, se hizo público coincidiendo con el cambio en su presidencia: Manel Serra, de procedencia socialista, sustituyó a Arcadi Calzada, exdiputado de CiU, y este último se fue criticando agriamente la operación de concentración de las tres cajas, lo que puso también a las clas su alejamiento de las supuestas negociaciones.
En el mundo económico de Girona no ha sentado bien ni la forma de anunciarse el proceso ni el fondo. En la patronal FOEG, órgano provincial que agrupa a los empresarios de esa demarcación, se mantuvo un silencio prudente en los días posteriores al anuncio de las posibles fusiones. Pero, tras darle vueltas al proceso, el pasado 2 de julio los máximos responsables de FOEG decidieron mostrar sus reticencias aunque aún no se han manifestado públicamente.
La FOEG considera que Caixa Girona tiene poco que ganar en una hipotética fusión con Caixa Cataluña y con Caixa Tarragona, entidades que, a su juicio, tienen una situación económica peor que la suya. En segundo lugar, recelan de la pérdida de centralidad que las comarcas de Girona tendrían en caso de diluirse su caja en una de ámbito no sólo catalán sino español y, consecuentemente, la pérdida de la posibilidad de fijar prioridades en aspectos como las inversiones o ámbitos de actuación económica. Para los dirigentes patronales de Girona, la caja de su provincia debería tener, en estas primeras etapas una posición parecida a la que ha adoptado Caixa Manresa: mantenerse fuera del proceso, pero atenta por si finalmente resultara interesante sumarse.
Más allá de las objeciones estratégicas, existe también un componente personal y político: el empresario Pere Cornellá, vicepresidente de Caixa Girona en representación de los impositores, era el candidato preferido por el presidente saliente, Arcadi Calzada, para sustituirle en el cargo. La propuesta de Calzada fue derrotada porque el peso de la Diputación de Girona, gobernada por un pacto ERC-PSC, en los órganos de la entidad de ahorro es decisivo. Un acuerdo entre ambas fuerzas políticas aupó a la presidencia de la Diputación a un “republicano”, mientras que ahora los socialistas cobran pieza poniendo a un hombre suyo, aunque de amplio consenso, al frente de la caja.
Caixa Girona fue fundada el 20 de septiembre de 1940 por la Diputación de Girona y sus estatutos fijan con claridad que la entidad fundadora tiene la autoridad para proponer una persona de consenso como candidato a la presidencia, aunque no puede elegir directamente al presidente.