La pandemia dispara la presión fiscal hasta nuevos máximos históricos
La presión fiscal -porcentaje de ingresos tributarios del Estado respecto al PIB- marcó el récord histórico del 36,6% del PIB en 2020
La crisis derivada de la pandemia de la Covid-19 contrajo el PIB en torno al 11% del PIB el año pasado, sin embargo la merma de los ingresos tributarios fue alrededor de dos puntos inferior a la del producto nacional, a diferencia de lo que venía sucediendo en los últimos años y en la pasada crisis.
El cambio de patrón en este comportamiento ha provocado como consecuencia un aumento de en torno a dos puntos de la presión fiscal –peso de los ingresos tributarios del Estado respecto al PIB- el año pasado, pasando del 34,6% al récord histórico del 36,6% del PIB, según estimaciones realizadas por Funcas.
Este es el nivel más alto desde los registros disponibles, que datan del año 1995, y no se alcanzaba un nivel similar desde el año 2007, cuando la presión fiscal se situó en el 36,4%. De hecho, la crisis financiera de hace una década llegó a provocar la caída de un 3,7% del PIB español en 2009, cuando la recaudación tributaria retrocedió un 10%, y ese patrón, de mayor caída de los ingresos sobre el PIB, se repitió los años siguiente.
En comparativa internacional, la presión fiscal en España, en este caso teniendo en cuenta el conjunto de los impuestos y contribuciones sociales en relación con el PIB, se situó en 2019 en el 35,4% del PIB, por debajo de la media del 41,1% de la UE y del 41,6% de los países de la zona euro, según los últimos datos publicados por Eurostat.
De este modo, España fue el séptimo país con menor presión fiscal entre los diecinueve de la eurozona en 2019, si bien el aumento de dos puntos del año pasado habría aproximado algo esta variable a la media europea.
Estabilizadores automáticos
De este cambio de patrón en la relación de la evolución del PIB y de la recaudación no se puede concluir un solo motivo, sino que podría explicarse por distintos factores, como los llamados estabilizadores aprobados por el Gobierno, entre los que figuran los ERTE o las prestaciones a autónomos, según los expertos.
El secretario técnico del Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas (REAF-CGE), Luis del Amo, achaca esta circunstancia en parte a la menor dependencia recaudatoria del Impuesto sobre Sociedades, ya que en la pasada crisis los ingresos obtenidos por este tributo se dispararon y cayeron los beneficios empresariales a plomo.
Ahora la recaudación por Sociedades registra una notable caída, sin embargo su peso en la tarta de ingresos total es menor, lo que explicaría parte del cambio de patrón en el comportamiento entre la recaudación y la evolución del PIB.
Otro de los motivos esgrimidos por Del Amo apunta a los estabilizadores automáticos, como los ERTE aprobados por el Gobierno, ya que evitaron un desplome mayor de los salarios, lo que hace que la recaudación directa y la inducida de los impuestos directos no se haya contraído tanto como si no hubiese existido dicho mecanismo.
Desde Funcas, la economista senior María Jesús Fernández explica a Economía Digital que la menor caída de los ingresos respecto a la del PIB no tiene por qué suponer un mayor peso impositivo de las rentas, sino que se puede deber a varios motivos, como al ‘aguante’ recaudatorio de las cotizaciones sociales, con una caída del 3,8% hasta noviembre, inferior a la merma de la masa salarial (-5%).
También podría influir la repercusión del aumento del Salario Mínimo hasta los 950 euros, la cotización por parte del Estado de los ERTE, y la “sorprendente” evolución de la recaudación por IRPF, que lejos de caer como el resto de impuestos podría haber incluso repuntado un 1%.
La recaudación tributaria cayó en torno al 9% el año pasado
Conforme a las últimas cifras presupuestarias de noviembre, a la espera de las de cierre de ejercicio que Hacienda dará a conocer el próximo 31 de marzo, se constata que la reducción de los ingresos tributarios el año pasado fue inferior al a caída del PIB.
En concreto, el PIB se contrajo alrededor del 11%, mientras que la recaudación tributaria mermó, con datos hasta noviembre, “en torno al 9%”, por encima, eso sí, de la previsión del Gobierno recogida en el proyecto de Presupuestos , en los que el Ejecutivo calculaba que los ingresos tributarios cedería un 7,6% en 2020 hasta los 196.537 millones de euros.
De confirmarse un retroceso de esa magnitud o el del 9% más recientemente estimado, supondría el mayor retroceso en once años de la recaudación tributaria, ya que en los últimos ejercicios crecía de forma sostenida por encima del 10%, tras los desplomes durante la anterior crisis, como 2008 (-13,5%) o 2009 (-16,9%).
No obstante, Hacienda prevé un incremento de los ingresos tributarios del 13% este año, hasta los 222.107 millones, gracias a la recuperación, una aportación de ingresos de 6.800 millones de los fondos europeos y la subida de impuestos.
El Gobierno comunicó a Bruselas que el conjunto de medidas y subidas impositivas va a tener un impacto total de 9.170 millones de euros que se distribuirán entre el 2021 (6.847 millones) y el 2022 (2.323 millones), con algunos cambios ya en marcha.
A los cambios en imposición directa e indirecta aún por anunciar, se suman nuevos impuestos ‘verdes’ como un gravamen sobre los envases de plástico, así como la subida del IRPF a rentas altas, el impuesto de Patrimonio, el alza del IVA del 10% al 21% del IVA a bebidas azucaradas y edulcoradas, las tasas ‘Google’ y Tobin’ ya aprobadas y la Ley de lucha contra el fraude fiscal en tramitación.
La sorpresa del IRPF
Desde el sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) subrayan también la sorpresa relativa a la evolución de la recaudación del IRPF. Con datos acumulados hasta noviembre, los ingresos por IRPF resistieron e incluso subieron un 1%, hasta los 82.352 millones de euros.
Esto se debe posiblemente gracias a los ERTEs y a las prestaciones extraordinarias por cese de actividad a autónomos, al empleo público y con menor influencia a las ayudas públicas concedidas, explican desde Gestha a Economía Digital.
De su lado, el IVA (-12%, 60.905 millones) y los Impuestos Especiales (-12,1%, 17.336 millones) caen en una proporción similar a como cae el PIB, y una vez más, como ya pasó en la anterior crisis financiera, vuelve a desplomarse la recaudación del Impuesto sobre Sociedades.
El gravamen de Sociedades se desplomó en torno al 35,4%, hasta los 12.805 millones, aunque en este caso influyen otros factores como el devengo y los pagos fraccionados, así como posibles casos de defraudación.