La morosidad en España se eleva tras la pandemia hasta el 4,6% en 2022
La tasa de morosidad solo se disminuyó en 2021, cuando por la pandemia, el gobierno concedía los avales ICO para proteger los créditos
La tasa de morosidad bancaria en España se elevará hasta el 4,6% en 2022 y se moderará al 4,5% en 2023, frente al 4,3% registrado en 2021 cuando la pandemia aún estaba al orden del día. Así lo recoge el primer informe ‘European Bank Lending Economic Forecast’, elaborado por Ernst & Young (EY) sobre previsiones de préstamos bancarios en la eurozona.
Estas cifras contrastan con la media prevista en la zona euro, donde la morosidad se situará en el 3,4% este año y el 3,9% el año que viene.
La firma prevé que en España, los prestamos hipotecarios sigan aumentado en 2022 y en 2023, aunque con subidas «relativamente suaves», del 0,5% y del 1,4%, respectivamente, en consonancia con la actitud de cautela de los bancos españoles «tras las prácticas crediticias de la crisis de la deuda de 2010», según ha recogido Europa Press.
Sobre el crédito al consumo, que cayó un 0,7% en 2020 y un 1,4% en 2021, prevé que vuelva a crecer un 1,5% en 2022 y un 0,7% en 2023. En concreto, explica que el recorte del poder adquisitivo de los consumidores podría compensarse con un aumento de los préstamos a través de tarjetas de crédito o de los préstamos personales.
Por otro lado, también ve probable una reducción de los préstamos a empresas respecto al ritmo registrado durante la pandemia, cuando los créditos estaban protegidos por los sistemas públicos de garantía ICO, una línea de avales de hasta 100.000 millones de euros aprobados por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, para garantizar la financiación de autónomos, pymes y empresas.
El ratio de morosidad se redujo durante la pandemia por los ICO
De hecho, el informe explica que los ratios de morosidad en España se redujeron durante la pandemia por el efecto protector de los avales ICO, cayendo hasta el 4,3% en 2021.
La consultora afirma que las «mejores perspectivas» por la incertidumbre, la presión inflacionista, la recuperación de la demanda o de sectores afectados por la pandemia deberían traer mejoras en la inversión empresarial de este año. No obstante, agrega que algunas empresas aún están pagando su deuda de la pandemia, por lo que el crecimiento de la deuda empresarial puede ralentizarse «hasta el 2,3% en 2022 y el 1,5% en 2023».
Por el lado contrario, apunta a que las posiciones de la deuda aumentaron en los sectores más expuestos a los efectos de la pandemia, como hostelería, ocio o transporte, por lo que «las vulnerabilidades son mayores». «La morosidad ha empezado a aumentar en el crédito al consumo, alojamiento y restauración, y en préstamos sujetos a moratorias vencidas y garantías públicas», recoge.
De hecho, la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM) ha advertido de elevados riesgos en materia de morosidad empresarial y un «enorme peligro de empeoramiento» de los plazos de pago que afectará sobre todo a las pymes y los autónomos.
La inflación, los cambios en las condiciones de la nueva línea del ICO y el fin de la moratoria concursal el próximo 30 de junio están creando una «tormenta perfecta» para disparar los problemas de impagos y llevar al posible cierre de más de 600.000 empresas en España, incluso por encima del volumen de quiebras registrado en la anterior crisis financiera del año 2008.