La libertad de empresa empeora en España por los impuestos y el deterioro de las finanzas públicas
España, por debajo de la media de la OCDE y la UE en libertad económica por su mala salud fiscal, libertad de empresa y flexibilidad laboral
España ha registrado un empeoramiento en libertad de empresa en el ejercicio 2020, al situarse en el puesto 32 del total de 37 países que conforman la OCDE, lo que supone dos puestos menos que que el año pasado, al tiempo que su libertad económica se sitúa también por debajo de la media de países de la OCDE y de la UE.
Así se desprende del informe ‘La libertad de empresa en España. Índice de Libertad Económica 2021’, elaborado por la Fundación Heritage y editada para España por el Instituto de Estudios Económicos, cuyo presidente, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han achacado el empeoramiento al peor comportamiento de las finanzas públicacs y la mayor presión fiscal.
En lo referente a la libertad de empresa, España se sitúa en la posición 78 del ranking mundial, ocupando la posición 32 dentro de la OCDE y la 21 dentro de la UE, un 14% por debajo de la media de la OCDE y un 9,5% inferior a la media de la UE. Además, sus resultados son un 26% inferiores al promedio de las cinco mejor clasificadas, en este aspecto, dentro de la OCDE.
Carga impositiva elevada y deterioro de cuentas públicas
Fernández de Mesa ha achacado el empeoramiento de la libertad de empresa a que la carga impositiva es “mucho más elevada y perniciosa” desde el punto de vista empresarial dentro de la OCDE (España presenta 61,7 puntos frente a los 65,8 puntos en la OCDE. ), y ello a pesar de que en el informe no se han visto reflejados los aumentos impositivos aprobados este año, lo que augura otro empeoramiento en el informe del próximo año.
Izquierdo ha indicado también que el empeoramiento se debe a que otros países van en la “línea contraria” de España y acometen bajadas de impuestos, lo que sitúa a España “a la cola de los países desarrollados”, por lo que ha avisado de un “problema serio estructural” de libertad de empresa.
A ello se suma el empeoramiento de la salud fiscal debido al peor comportamiento de las finanzas públicas ante el elevado aumento del déficit y la deuda pública, que alcanza el 125% del PIB.
España, por debajo de la media en libertad económica
Asimismo, España se sitúa entre los países con libertad económica moderada, en la posición 39 del ranking, alejada de las primeras posiciones y en una situación relativamente baja si se compara con las economías desarrolladas.
En este sentido, ocupa la posición 26 de entre los 37 países que componen la OCDE, y en la posición 18 dentro de la UE, y está muy alejada de países como Singapur, Nueva Zelanda, Australia o Suiza, que ocupan las primeras posiciones.
Aun así, escala cuatro posiciones en libertad económica en la OCDE, ya que el año pasado ocupaba el puesto número 30, pero se encuentra relativamente alejado de los países con mejores prácticas de libertad económica, al ocupar el puesto 39 de los 178 países analizados a nivel mundial.
Mala puntuación en salud fiscal, libertad de empresa y flexibilidad laboral
Las subcategorías en las que España exhibe un mejor comportamiento a nivel mundial son las referidas a la libertad inversora (85 puntos), la libertad comercial (84 puntos) y la libertad monetaria (83,5 puntos), tres aspectos estrechamente relacionados con la integración económica y el proyecto europeo.
También por encima de la calificación general que recibe nuestro país aparecen las mediciones referidas a los derechos de propiedad (76,4 puntos), la ausencia de corrupción (70,3 puntos), la libertad financiera (70 puntos) o la salud fiscal (69,8 puntos), si bien estas puntuaciones son inferiores a las observadas en países del entorno.
Las notas más bajas que obtiene España se observan en las mediciones referidas a la libertad de empresa (66,3 puntos), la efectividad judicial (65,4 puntos), la carga impositiva (61,7 puntos), la flexibilidad laboral (57,9 puntos) y el gasto público (48,1 puntos).
A nivel OCDE, solo mejora en tres categorías: libertad inversora (85), libertad monetaria (83,5) y libertad comercial (84), mientras que presenta diferencial negativo en salud fiscal, flexibilidad laboral, ausencia de corrupción, carga impositiva, efectividad judicial, derechos de propiedad, gasto público, libertad financiera y libertad de empresa.
La importancia de la libertad: más crecimiento y empleo
Por ello, desde el IEE han insistido en los “preocupantes” datos, ya que dicha libertad de empresa, junto con la iniciativa privada, son elementos “claves” para la generación de riqueza y empleo en las sociedades, y sin embargo se da un “abrupto” descenso “especialmente decepcionante” en la libertad de empresa, con una caída de hasta 15 puntos en la última década, situándose España como la sexta economía desarrollada con más trabas.
Además, el informe apunta que hay una notable relación entre libertad de empresa y mayor competitividad de las regiones y de los países, y que la mayor libertad de empresa favorece una mayor flexibilidad y capacidad adaptativa de los agentes económicos, lo que se traduce en menores tasas de desempleo y en menores niveles de economía sumergida.
A este respecto, el IEE apunta que la crisis derivada de la pandemia de la Covid-19 ha supuesto un shock de oferta y de demanda al mismo tiempo, a nivel global, con un fuerte impacto en la actividad económica y el empleo, y efectos perniciosos sobre el tejido productivo.
No obstante, observan comportamientos diferenciales atendiendo al grado de libertad económica de los países. Dentro de la OCDE, los países con mayor libertad económica han presentado una contracción media del PIB del 4,1%, frente a retrocesos del 7,5%, en media, en los países con libertad económica moderada o baja.
Además, constata que las economías con mayor libertad de empresa y económica, en general, las crisis son menos intensas y la recuperación de las mismas es más rápida, por lo que actualmente ve de “vital importancia” apostar por entornos reguladores que favorezcan esta mayor libertad económica y empresarial, en la que España se encuentra en “posiciones rezagadas” al compararla frente a otras economías avanzadas, especialmente en cuanto a libertad de empresa se refiere.
“La libertad de empresa, la propiedad privada y la libre competencia, junto con regulaciones claras y previsibles, son fundamentales para potenciar la inversión y generar confianza en los agentes económicos”, enfatiza.