La inflación catalana vuelve a superar a la española a pesar de las reformas de la Generalitat

EL IPC DE CATALUNYA RECUPERA EL DIFERENCIAL HISTÒRICO DE 3 DÈCIMAS

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No es ningún secreto constatar que inflación tiene un comportamiento diferencial en Catalunya respecto al conjunto de España. Los datos de septiembre lo vuelven a certificar: los precios en la comunidad se situaron en cómputo interanual en el 2,4%, tres décimas más que los precios en España. No sería noticia si esta diferencia no fuese ya estructural.

Pero quizás lo que llama más la atención es que la Conselleria de Economia i Finances de la Generalitat realizó un estudio en 2005 sobre este fenómeno y planteó soluciones al problema, sin que se hayan producido resultados prácticos. El trabajo indicaba que entre los años 1995 y 2003 se había mantenido la misma brecha de 0,3 puntos y, si se mira respecto a la zona euro la distancia se mantuvo en 1,3 puntos. Lo cierto es que además se puso en marcha un programa para solucionar el problema con pocos efectos sobre la realidad.

Gonzalo Bernardos
, catedrático de teoría económica de la Universitat de Barcelona, (UB), señala sin dudar las causas de que los precios medios sean siempre superiores en Catalunya que en el resto de España: “Es la escasa competencia en el sector minorista”, afirma sin dudar. Al mismo tiempo descarta otras hipótesis que a nivel universitario se han barajado: el impacto del turismo y un nivel de vida superior.

Por su parte, Fran González, del servicio de estudios de Catalunya Caixa asegura: “No sorprende el aumento del diferencial. A pesar de que en el año 2009 las inflaciones comparadas estaban prácticamente en línea”. En los últimos meses se ha notado una vuelta a las diferencias tradicionales. “Llegaron a ser de cinco décimas y este último mes bajó a tres”. Grosso modo, las razones que para González explican la vuelta a la tendencia más inflacionista de Catalunya son el mayor peso de los servicios en esta comunidad. “Tienen más facilidad para subir precios cuando hay demanda y resisten más cuando baja la demanda y se han de acompasar los precios”. En síntesis, son más estables.

El experto de Catalunya Caixa detecta también en qué subsectores hay menos flexibilidad a los descensos de precios en Catalunya: el turismo y la hostelería, especialmente en el área de Barcelona. En este sentido, la última subida estaría vinculada al incremento de la demanda turística, que superó las expectativas.

Por contra, el sector industrial catalán no contribuyó al incremento de los precios, aunque tiene un gran peso en la economía local.

Lo más curioso es que el problema del diferencial de inflación fue objeto de un plan de intervención de la Generalitat hace unos años. En el 2006, el conseller de Economía, Antoni Castells, presentó el plan e hizo una primera valoración. Informó de que se pusieron en marcha 37 medidas. El programa tenía como vocación tener un efecto práctico a medio y largo plazo.

Medidas concretas

Entre las iniciativas estaba la limitación a un 2% del aumento de tasas. Medidas de ahorro energético para reducir la dependencia exterior y acciones de apoyo a las organizaciones de consumidores para realizar un seguimiento correcto de los precios. Además se encargaron estudios concretos sobre los mercados que, en opinión del Govern, contribuyen más a los incrementos de precios. Entre los estudios que se anunciaron, un análisis conjunto con el ministerio de Industria y Turismo en el que se diferencian los precios de los productos alimentarios por formatos de venta (tienda familiar, supermercado o grandes superfícies). Se encargaron además, análisis concretos sobre los mercados alimentarios en Catalunya y trabajos monográficos sobre la mejora de la eficiencia del transporte minorista por carretera. También se arbitraron otras medidas estructurales como las que mejoraban la formación profesional o el ahorro de energía en las pequeñas industrias.

Según el estudio original de la Generalitat, las causas detectadas que explicarían las diferencias eran el mayor margen de beneficio aplicado respecto al valor añadido del sector servicios. En concreto, el ámbito más inflacionista era el de la alimentación seguido de vestido, calzado y ocio, todo ello suponía el 60% de la diferencia de precios con España. La demanda añadida por el turismo era “culpable” del 35% del diferencial. Existían márgenes más elevados por unidad producida, según el estudio.

Bernardos
se muestra crítico con los argumentos antes citados y los explica: “La idea de que tenemos más inflación porqué somos una comunidad rica no se aguanta. El País Vasco, Navarra y Madrid son más ricas que nosotros y tienen los precios a un nivel menor”. Por otra parte, “Balears es una comunidad turística por excelencia y tampoco tiene los precios más altos que Catalunya”, afirma. “Lo nuestro es estructural” remacha Bernardos.

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