La industria cae y toca las campanas de crisis
La actividad del sector manufacturero bajó el año pasado después de cerrar el año con el peor dato desde 2013
La industria es un buen termómetro para conocer la salud de una economía, pues mide cómo están sus empresas productoras. El balance del año que acaba de terminar no es positivo para España, que ha visto como el sector secundario ha sufrido una bajada, lo que da más fuerza a las campanas de crisis que suenan desde hace meses a través de varios indicadores.
La actividad del sector industrial en España cerró 2019 a la baja después de registrar en diciembre la peor caída de la producción desde abril de 2013. Así lo asegura la consultora Markit, que este jueves ha publicado el índice IHS Markit PMI del sector manufacturero. Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística todavía tardarán en ser públicos.
En diciembre, este indicador de Markit se situó en 47,4 puntos, una décima menos que en noviembre, con lo que suma siete meses consecutivos por debajo del umbral de los 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción.
La consultora explica que el deterioro del índice se debe a la fuerte caída de la producción ante el descenso de los nuevos pedidos por octavo mes consecutivo y la «inestable» demanda, tanto interna como externa, con el sector del automóvil como elemento clave de esta debilidad.
Este bajón, unido a la reducción de los pedidos pendientes de realización, condujo a la mayor pérdida de empleo en seis años, así como a una reducción de las compras por las menores necesidades de material para la producción. Ante esta falta de demanda, en diciembre bajaron tanto los precios de compra como las tarifas, que además se vieron influidas por la «feroz» competencia.
La incertidumbre política perjudica a la industria
Aunque la confianza con respecto al futuro mejoró hasta el nivel más alto desde junio ante el comportamiento de las inversiones, las actividades comerciales planificadas y las perspectivas de demanda, el sector manufacturero también estuvo afectado por la incertidumbre política y económica.
Es llamativo el caso político, pues en 2019 España prácticamente no ha tenido un gobierno estable, que no estuviera en funciones, por las convocatorias de elecciones —en abril y en noviembre— y la incapacidad de Pedro Sánchez de formar un ejecutivo que logre el apoyo de las Cortes para ser presidente. Ahora parece que, por fin, conseguirá formar gobierno con Unidas Podemos.
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