La Generalitat crea una task force para vender optimismo
Los políticos siempre piensan que los medios no recogen con la importancia que se merecen aquellos hechos positivos que genera su gestión. Los periodistas, reconozcámoslo, tenemos una cierta tendencia a recrearnos en aquellas noticias más negativas. Ya se sabe que hemos aprendido este oficio con aquello de que sólo es noticia si el hombre muerde al perro y no al revés. El texto que sigue, para llevar la contraria, informa en “la buena dirección”.
Y es que la administración autonómica catalana, y especialmente, su conselleria de Economia y Finanzas, al frente de la cual está Antoni Castells, está preocupada porque el aluvión de noticias referentes a la crisis y, piensa, un cierto desconocimiento de la realidad económica catalana están proporcionando una imagen demasiado catastrofista del país.
Para combatir esa situación, el conseller ha liderado la creación de un amplio grupo de trabajo en el que participan entre otras entidades las dos escuelas de negocios, IESE y ESADE, la patronal Foment del Treball, la Cambra de Comerç de Barcelona, el Círculo de Economía… Las reuniones se autoconvocan y carecen por tanto de un calendario regular, pero hasta ahora han mantenido una frecuencia bastante elevada.
No hay tampoco un único formato. Por ejemplo, se han creado dos consejos: uno de empresas multinacionales con sede en Catalunya y otro de empresas multinacionales catalanas. En sus reuniones se explican buenas prácticas, tendencias, se invitan a consellers a visitar las instalaciones de las empresas, se transmiten sus problemas y preocupaciones, pero también las ventajas competitivas que su presencia en Catalunya les proporciona o les podría proporcionar, etc. Como poco, ese contacto continuo permite a políticos y académicos “tocar” la economía real.
En otro momento se acordó iniciar una ronda con periodistas extranjeros, ya que existe el convencimiento de que no hay un conocimiento exacto de la economía catalana fuera del país. Los periodistas vienen, se entrevistan con los responsables económicos, visitan las empresas que quieren o que se les sugiere y se vuelven a su país, donde se cree que a partir de ahora podrán escribir sobre Catalunya con otros criterios.
La Generalitat, por razones difíciles de entender, no quiere dar excesiva información sobre estas reuniones, aunque desde que se iniciaron de forma absolutamente aleatoria en el final de la legislatura maragalliana hasta estos momentos en que aparecen bastante estructuradas han ido añadiendo apoyos importantes. Así, por ejemplo, si en los primeros momentos la iniciativa residía exclusivamente en la consellería de Castells, ahora ya participan con cierta regularidad la de Industria y hasta Presidencia.
El objetivo es encontrar elementos que permitan transmitir un cierto optimismo, acabar con la sensación de que todo está fatal y, aunque los medios no son la primera meta, sí que se confía en que indirectamente acabe llegando a la opinión pública una idea menos negativa de la que se está fraguando.