La gasolina alcanza el precio récord de los últimos siete años
La reactivación de la economía provoca un incremento de los precios, que encarecen el llenado del depósito casi un 25% frente a los niveles de hace un año
Tras desplomarse durante la primera oleada de la pandemia, el precio de la gasolina volvió en mayo a los niveles previos al estallido del coronavirus. Si durante varias semanas de 2020 se pudo llegar a romper la barrera de un euro el litro en algunas gasolineras, la realidad es ahora muy diferente. El combustible toca ahora máximos de los últimos siete años. Y lo que es peor: queda camino por recorrer, hay países en los que todavía es más caro.
Aunque la mayor parte de los titulares se los esté llevando el alza del coste de la luz, llenar el depósito es hoy casi un 25% más caro que hace un año. La escalada llega por el adiós a las restricciones de movilidad y la reactivación de la economía, que disparó la demanda de gasolina tanto en España como el resto de Europa.
Según el Weekly Oil Bulletin que publica cada semana la Comisión Europea, el precio de la gasolina es ahora de 1,37 euros el litro. A mediados de junio del año pasado, con las limitaciones ya en retirada, el coste era de 1,10 euros.
De este modo, llenar un depósito de 50 litros supone ahora un desembolso de 68,5 euros. El año pasado, la cifra era de 55 euros. El principal problema: el precio sube semana a semana –la última casi un 0,7%–, por lo que es posible que los máximos se superen en los próximos días.
De eliminarse el efecto de la pandemia, España tampoco sale bien parada. La economía del país fue de las que más sufrió en el continente, por lo que los precios del combustible también bajaron más que en otras zonas. Frente a los números de 2019, ya elevados, el alza supera el 0,6%. Llenar entonces un depósito de 50 litros costaba 66 euros.
A pesar de la escalada, España todavía mira desde atrás a las primeras economías de la Eurozona. En Francia, el precio del litro de gasolina era de 1,53 la semana pasada. En Italia alcanzaba los 1,61 euros y en Alemania los 1,56 euros. Los vecinos portugueses repostaron en 1,62 euros el litro.
La diferencia cada vez es más pequeña. Un estudio elaborado por Daparto revela que España es el segundo país de la región en el que más se encarecieron los carburantes desde el pasado mayo. Solamente Alemania registró una subida mayor. En territorio germano, el incremento llega principalmente motivado por un nuevo impuesto a las emisiones de CO2.
¿Cuánto más puede subir la gasolina?
Para 2021, el Banco Mundial augura un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del planeta del 5,2%. A nivel nacional, el Banco de España estima que el aumento será del 6,2%. El porcentaje es incluso conservador para dirigentes como Ana Botín, presidenta del Banco Santander. «Nos vamos a salir del mapa, vamos crecer a ritmos del 8% o incluso el 9%», dijo esta misma semana.
Con la reactivación de la economía y la eliminación casi total de las restricciones de movilidad, la demanda seguirá al alza. Más ante unas vacaciones en las que los viajes en coche serán protagonistas.
Además, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) trabaja con cautela para evitar superávits de petróleo a medida que la economía se recupera y el oro negro no inunde el mercado, explicaba Forbes a principios de mes. Los países productores también recortaron los inventarios respecto a los que tenían antes de la pandemia.
Casi la mitad del depósito son impuestos
Pero la mayor parte del precio de cada litro de gasolina no va destinado ni a las comercializadoras ni a los productores. En España, el 53,2% del coste de llenar el depósito es debido a los impuestos. Y las tasas al combustible cada vez son mayores. De hecho, hace siete años el carburante era un 37% más caro, pero estaba menos gravada que ahora.
Desde entonces, los impuestos subieron. En 2019, por ejemplo, el Gobierno de Mariano Rajoy igualó el impuesto sobre hidrocarburos en toda España. Ante de la reforma, cada comunidad podía fijar la cifra, pero con la medida la tasa se unificó hasta el máximo de 4,8 céntimos por litro.
Parece poco probable que el Gobierno opte por bajar los impuestos a la gasolina como sí sopesa con la luz
Parece complicado que el actual Ejecutivo, centrado en la transición hacia energías verdes opte por rebajar los tributos a una de las industrias más contaminantes de la actualidad. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, admitió que sí barajan una supresión temporal de impuestos para abaratar la factura de la luz, también en términos récord durante los últimos meses.
Con el combustible, la política va en dirección contraria, como demuestra la subida del Impuesto de Matriculación este enero para adecuarlo a la normativa europea WLTP.
Las petroleras también ganan más
A la subida de hay que añadir el incremento de los márgenes de las petroleras. Según el último informe publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el margen bruto de la gasolina en otoño de 2014 era de 17,1 céntimos por litros mientras que ahora es de 22,2 céntimos por litro; el 30% más.
En el mismo documento, el regulador criticaba las «barreras» existentes en España a la hora de abrir nuevas gasolineras. De incrementarse la competencia, aseguraba, los precios se ajustarían a la baja.