La escasez de microchips recorta un tercio las ventas de coches en octubre
El sector ha advertido que la situación "no parece tener visos de mejora en el corto plazo", lo que hace temer otro año negro para la automoción
La crisis mundial de los semiconductores continúa afectando la producción de la industria de la automoción. Esta escasez ha originado durante los últimos meses un efecto dominó, pues ante la falta de semiconductores ha bajado exponencialmente la producción de microchips, la producción de los vehículos en los que van integrados y, por lo tanto, la matriculación de turismos.
De hecho, las matriculaciones de turismos siguen aún muy por debajo del nivel anterior a la pandemia. En concreto, este año se han vendido 706.998 coches, que aunque es un 5,6% más que en el mismo período de 2020, es un 33% menos que en el año 2019.
Los fabricantes y concesionarios responsabilizan la crisis global de semiconductores y materias primas de ocasionar unos tiempos de espera anormalmente largos a la hora de adquirir un vehículo. Algunas marcas tienen plazos incluso superiores a los nueve meses.
«Básicamente no hay oferta para atender la demanda por la crisis global de los chips», apunta Tania Puche, de la asociación de vendedores Ganvam, que ha señalado, además, que la crisis de los chips provoca que las entregas de los pedidos que tramitan las redes de distribución se prolonguen hasta los seis u ocho meses de media.
Sin embargo, el director de Comunicación de Faconauto, Raúl Morales, ha asegurado que «sí estamos detectando que los clientes han interiorizado que tienen que esperar más de lo normal por su vehículo y se están animando a hacer su compra con normalidad»
Pese a esto, Raúl Morales ha reconocido que «el desabastecimiento de vehículos por la crisis de los microprocesadores que está golpeando a la industria desde hace meses sigue explicando el nivel de matriculaciones tan bajo que registra el mercado automovilístico»
De momento, desde el sector automovilístico han advertido que esta situación «no parece tener visos de mejora en el corto plazo«, lo que hace temer otro año negro para la automoción, con unas ventas inferiores a las 900.000 unidades el conjunto del ejercicio.
La crisis de desabastecimiento durará hasta 2023
Los economistas estiman que persistirá la problemática del aprovisionamiento de suministros y bloqueo de los contenedores y que incluso podría alargarse su solución hasta principios del 2023, si bien creen que pesará más la contención de los precios de la energía y las materias primas en el primer semestre de 2022 y la inflación empezará a normalizarse en el próximo ejercicio.
Los precios de la energía y las materias primas cederían en la primera mitad del año 2022 por cierta ralentización en el crecimiento que se puede producir por las «circunstancias adversas» que se dan en la actualidad y sobre todo por la normalización de la demanda, que se vio exacerbada tras los éxitos de la vacuna, según el último observatorio del Consejo General de Economistas (CGE).