La desaparición de Caixa Penedès lastra la competitividad del territorio

El Barcelonés lidera la mayoría de índices económicos para atraer inversión y competir en los mercados globales

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Las cajas de ahorro han sido importantes para sus comarcas de referencia. A pesar de los abusos, y de los sueldos fuera de lugar, las cajas han sostenido la actividad económica de muchos territorios, o han ayudado a mantener el tipo.

El Alt Penedès es una prueba de ello. La desaparición de Caixa Penedès, integrada en el Banc Sabadell, después de pasar por la operación de fusión que dio lugar a Mare Nostrum, es una de las causas de que la comarca haya perdido hasta seis puestos en un año en el ránking de competitivad comarcal.

Es una de las explicaciones que ofrecen los autores del índice Adeg (Asociación de Empresarios Garraf, Alt Penedès y Baix Penedès), que ha analizado hasta diez factores de competitivad en todo el territorio catalán.

Barcelona, sigue liderando

El Banc Sabadell integró el pasado año la red de 376 oficinas de la antigua caja de ahorro en Catalunya y Aragón, y permitió a la entidad duplicar su cartera de clientes y comercial en esos territorios. Pero para la comarca, ha supuesto, por las sinergias de la propia caja y la reducción de personal, que haya caído del puesto 11 al 17 en ese ránking de competitivad.

Todo lo contrario a otras comarcas, como el Vallès Oriental, el Maresme o el Baix Camp, o el caso de Osona, que suben posiciones, y demuestran un mayor dinamismo.

En todo caso, el Barcelonès sigue en primera posición, liderando cinco de los diez factores analizados: Sostenibilidad social; calificación de los recursos humanos y recursos por la educación y la formación profesional; infraestructuras de transporte y comunicaciones; disponibilidad de polos de desarrollo; acceso a los mercados de clientes y proveedores; innovación y volumen de mercado y de actividad.

Espíritu emprendedor

“Uno de los aspectos positivos es que las comarcas que más lo necesitan acaban desarrollando un mayor espíritu emprendedor»; aseguran los autores del informe, en el que ha participado La Caixa. Ese índice, realmente, sorprende con una fotografía inicial. En primer lugar figura Val d’Aran, bajo el epígrafe de “espíritu emprendedor y dinamismo empresarial”.

Este indicador se elabora a partir de cuatro requisitos: el número de empresas por cada 1.000 habitantes; el número de trabajadores autónomos por cada 1.000 habitantes; la variación en la ocupación, interanual; y la variación en las empresas, también interanual.

Por detrás de Val d’Aran le sigue la Cerdanya; el Pla de l’Estany, el Baix Empordà y el Alt Empordà. Y en la sexta posición y hasta la décima: Osona; Pla d’Urgell; Ripollès; Gironès y el Barcelonès. Y cierra ese importante factor de competitividad la Ribera d’Ebre, justo por delante, del Alt Penedès, una comarca muy tocada en todos los capítulos de competitividad.

Catalunya, a dos velocidades

Lo curioso, en todo caso, es que muchas de esas comarcas también figuran en las primeras posiciones en otros indicadores. Es decir, a mayor dinamismo, mayor espíritu empresarial, salvo el Barcelonès, que tiene una enorme oferta para poder trabajar por cuenta ajena, en comparación con el resto del territorio catalán.

La otra realidad del informe sobre competitividad es que las comarcas que están en peor situación, como la Terra Alta, se van descolgando, y empeoran los resultados respecto a ediciones anteriores, lo que estaría reflejando una Catalunya a doble velocidad.

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