La cumbre del clima cierra con el único compromiso de un fondo para países vulnerables
El compromiso de los países para revisar y reducir las emisiones no avanza respecto a la cumbre anterior, algo que para la UE era fundamental
La 27º Conferencia por el Cambio Climático de Naciones Unidas (COP27) celebrada en Egipto ha finalizado este domingo con un acuerdo de mínimos tras dos días de retraso desde su fecha de cierre inicial y la amenaza por parte de la Unión Europea de abandonar las negociaciones.
El documento final contempla la creación de un nuevo fondo destinado a compensar a los países vulnerables las pérdidas y daños sufridos por fenómenos climáticos agravados por el calentamiento global. Sin embargo, no se ha conseguido concretar objetivos más ambiciosos en la mitigación y reducción de emisiones contaminantes, algo que para la UE era fundamental.
El Plan de Implementación de Sharm el Sheij (Egipto), aprobado este domingo, solo insta a los países a reducir progresivamente la generación de energía a partir del carbón en plantas que no cuenten con tecnologías de captura de carbono y a abandonar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles, términos que ya estaban plasmados en el texto de la anterior cumbre, la de Glasgow (COP26).
Según manifiestan tanto el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans, como la vicepresidenta tercera del Gobierno de España, Teresa Ribera, que ha tenido un papel destacado en la conferencia, el acuerdo es decepcionante, pero, al menos, no retrocede respecto a los compromisos ya adquiridos en anteriores cumbres.
«Nos quedamos como estábamos al principio en mitigación, con muy poquito más encima de la mesa. Suficiente como para seguir acelerando en el tiempo por venir, pero, obviamente, muy por debajo de nuestras expectativas«, ha afirmado Ribera en declaraciones recogidas por Efe.
Acciones insuficientes para limitar el calentamiento a 1,5ºC
Según la ministra, algunas de las demandas del bloque negociador de la Unión Europea no se han visto reflejadas en este último texto, como es el caso, por ejemplo, de plasmar en el documento la necesidad de lograr el pico de emisiones de gases invernadero en 2025, como recomienda la comunidad científica.
Tampoco ha ganado la UE la batalla por fijar en el documento la obligación de revisar anualmente los compromisos de reducción de emisiones (NDCs) establecidos a nivel nacional con el fin de conseguir que la temperatura global no aumente más de 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales. Actualmente la temperatura ya ha aumentado en 1,1ºC y, según el último informe de la ONU sobre el estado del clima, incluso si se cumplen los compromisos climáticos firmados en el Acuerdo de París de 2015, se llegará a un aumento de 2,5ºC.
Según Ribera, el documento sigue dejando a cada país la decisión para hacer esas revisiones con mayor frecuencia, por lo que no se avanza respecto a los acuerdos de anteriores cumbres. En la misma línea se ha manifestado Timmermans en su discurso final en el plenario, afirmando, según recoge Efe, que el acuerdo «no trae suficientes esfuerzos adicionales de los principales emisores para aumentar y acelerar sus recortes de emisiones» y que «no genera un mayor grado de confianza en que lograremos los compromisos asumidos en virtud del Acuerdo de París y en Glasgow el año pasado».