La crisis mundial de microchips remitirá a finales de año, según Bain & Company
Los sectores de la automoción y la industria han sido lo más afectados por la crisis de suministro, pero serán los más rápidos en recuperarse, según la consultora, reduciendo los cuellos de botella de forma progresiva entre finales de 2022 y principios de 2023
La escasez de microchips informáticos, que ha producido interrupciones en la cadena de suministro durante más de dos años, podría remitir a finales de este año, aunque la recuperación será progresiva y «desigual», según previsiones de la consultora Bain & Company.
Los sectores de la automoción y la industria han sido lo más afectados por la crisis de suministro, pero serán los más rápidos en recuperarse, según este análisis, reduciendo los cuellos de botella de forma progresiva entre finales de 2022 y principios de 2023. De hecho, la actividad con mayor descenso de producción en febrero ha sido la fabricación de vehículos de motor, con una caída del 11,1%, como consecuencia de la guerra en Ucrania y la crisis de chips y semiconductores.
Por otro lado, en el sector de los videojuegos y del sector informático, la crisis se alargará por la gran demanda durante la pandemia y por la dificultad para lograr los recursos financieros necesarios para construir fábricas que produzcan con rapidez para poder dar respuesta a la alta demanda de estos sectores.
La escasez de chips también se recuperará en los productos electrónicos durante el próximo año, ya que estos también utilizan otros tipos de semiconductores que han estado más disponibles.
El final de la escasez de chips traerá sin duda un descanso, ya que muchas empresas han tenido que pactar ERTE con sus trabajadores al tener que parar su actividad. No obstante, los ejecutivos reconocen que los problemas en la cadena de suministro no dejarán de producirse, ya que puede producirse una recuperación desigual entre las empresas.
«Las empresas que actúen con rapidez para reforzar su capacidad de recuperación se situarán en la mejor posición para responder a lo que venga», ha señalado la consultora.
Nuevas estrategias en las empresas para esquivar la crisis
En este sentido, dado que la escasez de chips persistirá en un futuro, influido por la incertidumbre de la guerra y las últimas olas de la pandemia, muchas empresas están construyendo una estrategia de suministro de semiconductores flexible y con visión de futuro. Las empresas están adoptando un enfoque doble que realiza inversiones a ciegas para hacer frente a las interrupciones en las cadenas de suministro a corto plazo y prepararse para resistir a a largo plazo para no volver a verse obligados a parar su actividad.
Algunas empresas están apostando por redirigir la demanda hacia la oferta existente, retirando los productos que dependen de componentes escasos y acelerando el cambio hacia otros cuya demanda es mayor. Otras de las soluciones está siendo pagar a los proovedores para que subvencionen su producción con el objetivo de garantizar un volumen de producto acordado o asumir el diseño de semiconductores en sus propias instalaciones.
A largo plazo, las empresas están «constantemente» perfeccionando sus productos para aumentar su resistencia, comenzando en las primeras etapas del desarrollo del producto y antes de que se produzca una interrupción del suministro.
Hasta ahora, economistas y expertos calculaban que la crisis de suministros se prolongaría hasta el próximo año, en un contexto en el que perdura la crisis de precios, sobre todo el alza de los precios de electricidad hasta máximos históricos como consecuencia de las perturbaciones por la guerra en Ucrania, de especial incidencia en la industria al ser uno de sus principales costes. Una previsión que también defendió el Banco Central Europeo (BCE) a principios de año.