La crisis llega a las familias: gastan un 12% más en el súper pese a comprar 25 productos menos
Las visitas a las tiendas y el tamaño de la cesta de la compra han disminuido, mientras que el importe de los tiquetes sigue creciendo con la inflación
La inflación y la amenaza de crisis ya se nota en la vida cuotidiana de las familias. Aunque parece ser que en los últimos meses ha dado tregua, no es así en el caso de la alimentación: los precios crecieron por encima del 15% en octubre, la cifra más alta desde el comienzo de la serie en enero de 1994. Esto ya se refleja en las compras habituales, que suman importes más altos pese a la reducción de las compras.
Concretamente, el gasto medio de ir a comprar al supermercado fue un 12% más alto en el tercer trimestre de 2022, respecto al mismo periodo del año pasado. Según un reciente informe de Aecoc, la patronal que agrupa tanto a distribuidores como a fabricantes del gran consumo, y la plataforma Gelt; frente a la subida de precios en los tiquetes, los consumidores redujeron tanto sus visitas a los establecimientos como en el tamaño de la compra. Si de media en el tercer trimestre del año pasado se compraban unos 94 productos al mes, en los últimos tres meses esta cifra bajó hasta los 69, unos 25 menos.
El gasto en las compras habituales ha ido creciendo progresivamente a lo largo del 2022, con picos puntuales en marzo por el efecto acopio generado por el estallido de la guerra en Ucrania y la huelga de transportistas, así como en el mes de agosto, cuando los consumidores tienden a relajarse durante las vacaciones. De media, los españoles se gastaron en los últimos tres meses unos 35,47 euros cada vez que pisaban el supermercado, frente a los 29,07 euros abonados en el mismo periodo del 2021.
Compras más pequeñas
A causa de este incremento de los importes a pagar en las cajas, las familias han optado por hacer compras más pequeñas y menos frecuentes. De media, los españoles vistan el supermercado entre tres y cuatro veces al mes, una cifra que se ha ido reduciendo poco a poco. Si en el tercer trimestre del 2021 se hacia la compra una media de 3,9 veces, en 2022 bajó un 13% hasta las 3,4 visitas al supermercado.
En cada una de estas visitas, las familias compraron, de media, unos 20 productos al mes entre julio y septiembre de 2022, el 16% menos que el año pasado. Si se acudió a los establecimientos las mencionadas 3,4 veces, esto implica que se compraron unos 69 productos, mientras que en estos meses del año pasado la compra media podía llegar casi al centenar, con 95 paquetes.
Los ciudadanos ya están optando por un consumo de austeridad, típico de las épocas de crisis, decantándose más por la marca blanca o los productos de descuento. Si tanto las ocasiones de compra como el peso de la cesta se han ido reduciéndose a la vez que crecían los importes, fue por el retroceso de los productos frescos, por su mayor incremento en los precios.
Aunque siempre han sido los establecimientos más populares en España, los supermercados con una fuerte implementación de su marca del distribuidor (MDD) o marca blanca son aquellos que consiguen fidelizar clientes en tiempos de crisis. Mientras que el 81% de los clientes de los supermercados con un alto porcentaje de marca propia consige que el comprador repita, solo el 63% de los clientes que visitan establecimientos con más presencia de fabricante lo hacen. Esto consolida a Mercadona y Lidl como las cadenas favoritas de los españoles.
De hecho, el gasto medio en los supermercados con más marcas de fabricante es el único que ha bajado a lo largo del año, mientras que se ha incrementado en los hipermercados y en las cadenas con alto porcentaje de marca blanca. Concretamente, el importe de sus tiquetes ha subido en 5 euros en comparación con 2021. La cuota de mercado de las marcas blancas en todo el sector del gran consumo ha tomado impulso este año, frente a las del fabricante, consideradas más caras.
Otra de las decisiones que toman los consumidores para ahorrar es la sustitución de productos o renunciar a algunos alimentos que no son de primera necesidad, como podría ser el chocolate. Por ejemplo, en vez de comprar ternera, se decantan por consumir más pollo, dado que aporta nutrientes similares a menor precio.