La crisis cuestiona en España las primas a la energía renovable
La crisis ha puesto en el ojo del huracán uno de los sectores considerados hasta ahora de futuro: las energías renovables. Con el actual nivel de gasto la alternativa es recortar ayudas a la producción o aumentar las tarifas. Terrible dilema para un gobernante.
La presión que sobre los precios de la electricidad tiene la apuesta del gobierno es cada vez más importante. El presidente de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró planteó hace unos días con toda crudeza el problema.
La opción de conseguir que en 2020 el 20% de la energía consumida en España sea renovable costó el año pasado 4.719 millones, de los que más d ella mitad se los llevó la energía solar, que produjo sólo el 2% de la demanda. Ante este desfase ha empezado a plantearse en el mercado la necesidad de recortar esta fuente de gasto, a lo que las empresas y patronales del sector renovable han conteatado con la creación de un grupo de presión parta defender sus inversiones.
La batalla está planteada y la bolsa es uno de los termómetros que dicen por dond pueden ir las cosas: las acciones de las empresas de energía solar bajan edn la medida que se cuestionas la continuidad del nivel de inversión soportado por los 22 millones de usuarios. El 1 de julio se despejará una de las incógnitas: está prevista la revisión de las tarifas eléctricas.
Pero antes de tener los datos fríos el ministerio de Indústria, objeto de las críticas en primer lugar ha dado una pista inequívoca: ha planteado una fuerte reducción de las inversiones previstas en infraestructuras de gas y electricidad y queda claro que uno de los telones de Aquiles de la nueva industria es la conexión a la red general. La excusa es que con la crisis disminuye el consumo.
El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ha enviado a la Comisión Nacional de Energía (CNE) para su informe una propuesta de revisión de planificación de los sectores de electricidad y gas para el periodo 2008-2016 en la que se recogen aplazamientos de inversiones por 3.196 millones.
En un comunicado, el departamento dirigido por Miguel Sebastián explica que las caídas acumuladas en la demanda energética durante 2008 y 2009 han hecho «aconsejable» el aplazamiento en el desarrollo de algunas infraestructuras, lo que evitará un incremento de los costes para los consumidores.
En concreto, Industria propone aplazar inversiones en infraestructuras eléctricas por un importe de 1.253 millones de euros y de 1.943,5 millones de euros en infraestructuras gasistas, lo que supone, respectivamente, un 14,6% y un 19% de los costes previstos para el sistema en la Planificación 2008-2016.