La Caixa ultima la compra de Banco de Valencia
La entidad catalana prepara una oferta de 100 millones por el fondo de comercio
El presidente de La Caixa, Isidro Fainé, tiene el punto de mira puesto en la Comunitat Valenciana y estaría ultimando la adquisición de Banco de Valencia. Las negociaciones se vehiculan con José Antonio Iturriaga, el hombre de confianza del presidente del fondo de rescate Frob, Fernando Restoy, en la entidad mediterránea.
El último fleco por definir es la oferta económica que propondrá la institución catalana, aunque un numeroso equipo analiza al detalle el cuaderno de venta actualizado que Nomura –asesor en la operación– ha reelaborado para la subasta. La adjudicación se fallará antes de Navidad, aunque Caixabank asegura que “aún está en fase de estudio y no hay ninguna decisión definitiva tomada”.
Oferta conservadora
La oferta no implicará grandes cifras. A La Caixa sólo le interesan determinados activos, ni siquiera la red de oficinas al completo, pero Iturriaga no quiere arriesgarse a que la subasta se declare desierta. Él convenció a Restoy y a la Comisión Europea de que liquidar la entidad al completo era mucho más caro que privatizarla y salvar parte del negocio. Por ello, ha tomado las riendas de las conversaciones con Caixabank.
Se baraja una cifra que rondaría los 100 millones por el traspaso de la cartera de clientes más saneada, de las oficinas que gestionen esas cuentas y otras sucursales complementarias a la red. El negocio financiero de Banco de Valencia pierde dinero, a diferencia de otras franquicias rescatadas como CatalunyaCaixa. Hasta septiembre, el banco de la burguesía valenciana ha perdido 389 millones, sin contar la mochila inmobiliaria.
Diluir a los minoritarios
Fainé habría recibido garantías de que podrá culminar la operación sin ninguna traba por parte de la junta de accionistas, donde un 10% de los derechos de voto recae en pequeños inversores, y limpia de cualquier activo tóxico, tanto de propiedades como de créditos en mora o subestándar. La Caixa quiere evitar cualquier sorpresa, por pequeña que sea la operación en relación a su volumen, como las encontradas en el balance de Banca Cívica, que aún digiere.
Además, los de Fainé apuestan por que la transición se desarrolle sin ruido ambiental. Hasta ahora, todos los procedimientos que ha propuesto el Frob en la institución valenciana han recibido una fuerte contestación en la junta de accionistas y, aunque el 90% del capital está bajo control público, los obstáculos de los minoritarios son considerables.
‘El acordeón’
Iturriaga ha propuesto una operación acordeón para diluir al 10% del capital. El banco malo facilitará la maniobra. Banco de Valencia traspasará 3.000 millones en patrimonio negativo a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Esas pérdidas se recuperarán con la enésima inyección de capital público procedente del Frob, aunque esta vez el capital emanará del fondo europeo de rescate. Iturriaga lo tiene todo calculado para que ese 10% de capital en manos de ahorradores quede reducido a cero. En ese preciso momento, Fainé desembarcará.
La Caixa tiene detectadas dos zonas de crecimiento en España donde la cuota de mercado es inferior a su media. Se trata de la Comunitat y de Galicia. En el caso concreto del arco mediterráneo, la institución barcelonesa ha sido ampliamente superada por Banc Sabadell, de Josep Oliu, y Bankia, de José Ignacio Goirigolzarri, que integró el negocio de Bancaja.
Cuota de mercado
Con la compra de la Caja de Ahorros del Meditarráneo (CAM), el Sabadell ha logrado un 40% del negocio minorista –la especialidad de La Caixa– en zonas de Alicante, Valencia y Castellón. Bankia está en la misma situación de dominio y ambas han relegado a La Caixa a una presencia inferior. Caixabank es el segundo banco español en activos, por detrás del Santander y por delante de BBVA.
Banco de Valencia cuenta con 431 oficinas ubicadas en 10 autonomías y más de 2.100 profesionales, aunque se está aplicando un expediente de regulación de empleo a 380 profesionales. La red presta servicio a 500.000 clientes, aunque La Caixa estaría interesada en un centenar de sucursales y sus respectivos negocios.