La Caixa confirma la recuperación tras la caída del 10% de su ratio de morosidad
Gortázar indica que se han limitado las nuevas entradas y se frena el incremento de provisiones
Cambio de tendencia en las cuentas de la banca española. Caixabank ha certificado este viernes con sus resultados semestrales en mano, que la recuperación económica ha empezado.
El nuevo consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, se ha estrenado ante la prensa para presentar la “evolución muy positiva” del negocio en los seis primeros meses del año. La principal premisa sobre la que descansa el análisis es la ratio de morosidad del banco: baja el 10,78% en el segundo trimestre hasta situarse en los 22.568 millones de saldos dudosos en balance, un total de 1.445 millones menos que la cifra registrada hasta marzo.
“Los saldos dudosos de Caixabank tocaron techo en julio del año pasado”, indica Gortázar. Para el responsable de controlar la contabilidad de la entidad, Jordi Mondéjar, lo más favorable es que el grueso del descenso de impagados se explica por la limitación de nuevos morosos. “Este trimestre hemos registrado 4.000 millones de euros frente a los 7.000 millones del anterior, es el principal driver”, indica. Sí que “una pequeña parte” de la cartera se ha vendido y otra se contabiliza ya como crédito fallido en el balance, pero, en este caso, se mantiene la tendencia anterior sin grandes variaciones. El decrecimiento de la morosidad es una cuestión “macroeconómica”, sentencia el directivo.
Crecimiento en el mercado minorista
La cúpula de Caixabank saca pecho de que la entidad ha crecido en el segmento minorista, donde ya es fuerte. El consejero delegado indica que la cuota de mercado que controlan supera el 20% en tres segmentos que consideran clave: penetración de clientes (27,4%), nóminas (22,2%), seguros de ahorro (21,2%) y tarjetas (21,1%). “Seguimos en una posición de liderazgo muy fuerte y a mucha distancia de nuestros competidores”, añade.
Está satisfecho con el perfil contable del banco y, a pesar de que asegura que estudiarán todas las operaciones que surjan en el mercado, aparca las pretensiones de crecimiento orgánico. Gortázar ha reconocido, entre líneas, que no estaban especialmente interesados en adquirir CatalunyaCaixa. Celebran públicamente que BBVA comprara el banco intervenido, pero recuerdan que las sinergias entre ambas entidades eran demasiadas como para iniciar una fusión tranquila sin el desgaste de cerrar oficinas y reducir plantilla.
De hecho, Caixabank está en la última etapa de la reestructuración de la entidad tras quedarse con Banca Cívica, Caixa Girona, Bankpyme y Banco de Valencia. Este ejercicio saldrán del banco 500 personas afectadas por el plan de prejubilación pero entrarán otros 700 trabajadores, según el pacto con los sindicatos.
¿Más crédito?
Sobre la gran demanda del empresariado, especialmente de las pymes, de que se abra realmente el grifo de crédito, la dirección de Caixabank indica que se ha iniciado una “normalización del sistema, ya que se había encarecido mucho la obtención de recursos”. El proceso ha empezado y se beneficiará de un “empujón importante”, según Gortázar: la nueva subasta de liquidez del Banco Central Europeo (BCE).
El banco catalán pedirá 7.000 millones en el proceso. “Tenemos mucha liquidez y eso lo reforzará”, afirma el consejero delegado. El peaje de entrada será el mismo: que el cliente sea “solvente”. Las condiciones de acceso no cambian, por lo que el panorama, por ahora, no distará mucho del anterior.