La caída de la actividad comercial resucita los temores de deflación en la UE
El retroceso del consumo propicia una bajada de precios que, junto al desempleo, prevé una mayor ralentización en el cuarto trimestre
El fantasma de la deflación acecha de nuevo a la zona euro. El motivo: el indicador avanzado de los gastos del consumo, que muestra un “panorama de persistente debilidad en la economía europea”, en palabras del economista jefe de Markit, Chris Williamson. Los primeros datos de la encuesta del PMI han bajado de 52,5 a 52,3 en agosto, el nivel más bajo en los últimos nueve meses.
Los analistas esperan que, en el mejor de los casos, el PIB suba el 0,3% en el tercer trimestre. La expansión alemana es la única que tira del carro, ya que Francia no mejora y el resto de la región se queda cerca del crecimiento nulo, sin llegar a los números rojos. El escenario recuerda al de Japón de los años 90. De hecho, el letargo en el consumo propicia la consiguiente bajada de precios para conseguir más clientes. “Esta situación inevitablemente pondrá más de relieve la posibilidad de que la región esté haciendo frente a una deflación”, recalca Williamson.
Pesimismo
El pesimismo también marca las previsiones para finales de año. El estudio indica la existencia de “signos alarmantes” de que el crecimiento se puede ralentizar aún más en el cuarto trimestre. Hay menos pedidos en el sector manufacturero (el que concentra el mayor frenazo de la actividad), la confianza en Alemania cae y se empiezan a notar los efectos de la crisis en Ucrania y las sanciones a Rusia.
La inquietud respecto a la coyuntura económica general de la zona euro repercute cada vez más sobre la moneda única y los analistas consideran que los esfuerzos que hace el Banco Central Europeo (BCE) en regar de liquidez la región pueden tener, precisamente, el efecto contrario previsto. Ello afectaría aún más a la débil demanda y condenaría a la zona euro a la temida deflación.