La bomba demográfica de España señala la inviabilidad de las pensiones
Los últimos datos del INE: los nacimientos están en el nivel más bajo desde 1996 y el número de defunciones es el más alto desde hace cuatro décadas
En medio del debate sobre cómo garantizar la continuidad del sistema de pensiones, los datos han reflejado una cruda realidad: la tendencia demográfica de España no invita al optimismo. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revelado que el país cerró el pasado año con el número de nacimientos más bajo desde 1996, mientras que el de defunciones fue el más alto desde 1976.
¿El resultado? Un saldo vegetativo negativo (nacimientos respecto a defunciones de la población residente, descontando a los no residentes) de 31.245 personas. Esta tendencia se produce por segunda vez –la primera fue en 2015– en la última década pero de forma mucho más pronunciada.
Ante este escenario, la pregunta es clara. ¿Cómo podrán incrementarse las cotizaciones a la Seguridad Social –ingresos que se destinan a sufragar el gasto por pensiones– si cada vez hay menos gente que pueda incorporarse a la población activa?
El Gobierno ya se ha visto obligado dos veces a pagar a crédito la extra de las pensiones
El debate sobre la continuidad del sistema tal y como está concebido lleva mucho tiempo sobre la mesa. La caída del empleo y, consecuentemente, los ingresos por cotizaciones de afiliación para la Seguridad Social cayeron durante los años de la crisis.
En cambio, el número de pensionistas –superó los 9,5 millones el pasado año–, así como el desembolso por ellas –han crecido más de un 67% en 12 años– no dejaba de crecer, lo que obligó en diferentes ocasiones a tirar del Fondo de Reserva, más conocido como hucha de las pensiones.
La última prueba de ello se vio hace sólo cuatro días, cuando el Gobierno, por segunda vez, aprobó que la extra de las pensiones se pagará a crédito, por importe de 7.000 millones del préstamo de Hacienda, y no a través del Fondo de Reserva.