La Agencia Internacional de Energía pide a España que suba los impuestos a los combustibles

La política de que pague quien más contamine acercará a España a su objetivo de lograr un 97% de suministro energético renovable en 2050

El director general de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol. EFE

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La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha hecho un llamamiento a España para que incremente la carga fiscal en los impuestos que gravan a los combustibles fósiles. Su recomendación persigue garantizar que sean los consumidores finales los que paguen el coste real de las emisiones contaminantes, de manera que las energías renovables puedan ser más competitivas en el mercado.

El organismo ha elevado sus consejos en el informe España 2021: Revisión de la Política Energética, en el que marca el camino para que el país se acerque hacia el compromiso de lograr que el 97% de las energías que se consuman en el año 2050 sean de carácter renovable. Un cambio completo en el paradigma español.

Para poder llegar hasta este punto, los analistas coinciden en que España debe deshacerse de la fuerte dependencia que actualmente tiene de los combustibles fósiles, que se destinan especialmente al sector del transporte, la industria o la construcción. Esa es la razón por la que el 73% de la energía que llega al país procede del extranjero.

La fórmula de incrementar la fiscalidad es un camino similar al que el Gobierno de Pedro Sánchez está estudiando en el nuevo modelo de pago por el uso de las autovías y autopistas: «el que contamina lo paga». Aunque el proyecto remitido a Bruselas en el Plan de Recuperación ya recibió fuertes críticas por parte de la oposición.

Dentro de los cambios fiscales, la Agencia Internacional de Energía apuesta también por gravar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), responsables del efecto invernadero. El informe calcula que el 41% de estos gases contaminantes son resultado del tráfico de vehículos en España. Por eso, considera el desarrollo del coche eléctrico como un proyecto «prioritario» para el país.

A pesar del golpe económico provocado por la Covid-19, los analistas ven la actual coyuntura una buena ocasión para impulsar este tipo de cambios gracias a la inyección de los fondos europeos de recuperación, que permitirán la llegada de 140.000 millones de euros a España procedentes de Bruselas. «La crisis representa una gran oportunidad para adelantar sus inversiones planificadas en energía limpia», ha expuesto el director general de la AIE, Fatih Birol.

La AIG destaca el avance en la descarbonización de la última década

El informe de la Agencia Internacional de Energía también destaca un importante avance en las labores de descarbonización en España conseguido en la última década. El resultado es que, entre 2010 y 2020, las energías renovables han aumentado su cuota en más de diez puntos, pasando del 33% al 44%. El objetivo es que alcancen el 74% en 2030.

«España ha demostrado un liderazgo importante en las transiciones hacia las energías limpias»

Fatih Birol (director general de la AIE)

El organismo internacional también ha felicitado a los dirigentes españoles por haber logrado acabar con el déficit en la tarifa eléctrica que habían expresado en sus últimos informes. Esta realidad ha facilitado que las inversiones vuelvan a crecer en 2019, justo antes de la pandemia. «España ha resuelto el problema de la electricidad de larga data y las tarifas de gas que no cubre sus costes; y ha cerrado sus minas de carbón, lo que le permite priorizar la transición energética en su agenda política«, reza el informe.

Paradójicamente, en este paso hacia la energía renovable, la AIG ha pedido a España que no se desprenda todavía de las centrales de gas. El organismo considera que pueden jugar un papel importante para garantizar el suministro eléctrico en el momento en el que vayan desapareciendo progresivamente todas las centrales de carbón y de energía nuclear.

En la próxima década está previsto que echen la persiana cuatro de las siete centrales eléctricas que operan en el país, mientras que las de carbón ya se encuentran en mínimos. El gas actuará así como colchón mientras se prepara el terreno para alcanzar el pleno suministro con energía verde.

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