Estos son los jubilados más perjudicados por las reformas de Escrivá
La reforma de las pensiones introduce distintas medidas dirigidas a engrosar el gasto en pensiones, pero también los ingresos, para garantizar la sostenibilidad del sistema
La segunda fase de la reforma de las pensiones prosperó con el apoyo de los sindicatos CCOO y UGT, si bien no contó con el respaldo de la patronal CEOE. En el marco de la nueva normativa, se aprobaron distintas iniciativas que impactan de lleno en las personas que tienen pensado solicitar la jubilación en los próximos años. Se trata de medidas que van dirigidas a incrementar el gasto en pensiones, pero también los ingresos para poder garantizar la sostenibilidad del sistema público de estas prestaciones.
Una de las medidas más controvertidas fue la introducción de un sistema de cómputo dual, con el que se calcula la base reguladora en base a los últimos 25 años cotizados, o bien, los últimos 29 años, excluyendo los dos peores de cotización. Sin embargo, conviene tener en cuenta que este sistema comenzará a aplicarse en 2024 y se mantendrá hasta 2040.
Otra de las iniciativas contempladas en el marco de la reforma es el destope de la base máxima de cotización y de la pensión mínima, que se irán subiendo de forma progresiva. Por un lado, se actualizará la base máxima de cotización y se vinculará a la revalorización de las pensiones, acorde al IPC internual medio, más un incremento extra anual del 1,2%, entre los años 2025 y 2050. Por otro lado, la pensión máxima subirá también conforme al IPC más un 0,115%, durante el mismo periodo.
También se contempla una mejora de las pensiones mínimas. Con el objetivo de que las contributivas alcancen el 60% de la renta media, en 2024 se subirá la cuantía mínima de la pensión de jubilación de referencia. Por su parte, las pensiones no contributivas crecerían hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar formado por una única persona.
La cuantía del complemento por brecha de género subirá un 10% en 2024
Para cubrir las lagunas de cotización, un concepto que hace referencia a los meses sin cotización, seguirán computando con la totalidad de la base mínima los primeros cuatro años, mientras que a partir de entonces será con el 50%. A las mujeres que hayan trabajado por cuenta ajena se les aplicará la totalidad de la base mínima entre el cuarto y el quinto año que no hayan cotizado, si bien el porcentaje se reducirá al 80% entre el quinto y el séptimo año. También se subirá la cuantía del complemento por brecha de género un 10% en 2024 y un 10% adicional en 2025.
¿A quién perjudica la reforma de Escrivá?
Uno de los principales colectivos afectados por la reforma impulsada por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, son los pensionistas que se prejubilaron habiendo cotizado al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) durante más de 40 años. A pesar de que gran parte de ellos tuvo que prejubilarse de forma forzosa, se les aplican coeficientes reductores que les recortan el importe de la pensión.
A pesar de que Escrivá esgrimió como argumento que los jubilados que se encuentran en en esta situación cuentan con un complemento económico, dirigido a los pensionistas que han trabajado por largos periodos pero que cobran una prestación reducida, únicamente lo perciben el 10% de los penalizados con una cuantía que puede llegar hasta los 90 euros, tal y como denuncia la asociación Asjubi40 al diario La Razón.
De la misma manera, les perjudica la reforma a los empleados con carreras profesionales muy largas y sin lagunas de cotización. Para este colectivo, sería más favorable que el cálculo de la pensión se efectuara sobre un periodo mayor de tiempo o toda la vida laboral, en lugar del sistema de cómputo dual.