Juan Carlos Escotet, el banquero que no tiene miedo a nadie
La compra por Abanca de EuroBic pone a prueba a un hombre que se las ha tenido con Hugo Chávez, Maduro, Caixabank, Santander y BBVA
Parece que a Juan Carlos Escotet nada se le pone por delante. Está acostumbrado a pelear contra los más grandes y a que se relacione su nombre con operaciones temerarias o cuanto menos de incierto futuro. Pero ahí está, animando a un deprimido sector bancario español desde hace algo más de media docena de años. Su última incursión desde Abanca, la entidad que preside, la compra de EuroBic, viene rodeada, como empieza a ser ya tradición en este banquero, de polémica.
Saltó a los medios de comunicación en 2013, desde el banco más antiguo y pequeño de España, Banco Etcheverría (Betanzos, 1717), que se hizo con el control de NCG Banco (el banco resultado de la fusión de las cajas de ahorros gallegas). Hoy, siete años después, es el octavo banquero español por volumen de activos, después de cuatro adquisiciones consecutivas.
El mercado espera de él todavía más. Sobre todo, después de que “asomara” el pasado año anunciando una posible opa sobre Liberbank en pleno proceso de fusión de ésta con Unicaja. Al final, todo acabó en frustración: la opa y la fusión entre las ex cajas de ahorros. Pero aún no se ha escrito la última palabra en ese proceso ni en otros. Ni mucho menos.
Hace solo unos días, Abanca, la entidad que preside desde 2017, resultado de la integración del Banco Etcheverría y Novacaixa Galicia Banco, ha anunciado la compra del 95% de las acciones del banco EuroBic, tras informar de sus intenciones al Banco de Portugal.
Nada de extraño en la operación a simple vista, si no fuera porque la mitad de ese porcentaje ha sido adquirido a Isabel dos Santos, hija del ex presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, acusado de corrupción continuada durante los años de su mandato en la antigua colonia portuguesa. Su hija Isabel ha estado relacionada con casos de blanqueo de capital desde esa entidad, que investiga el propio Banco de Portugal.
Economista y máster en Gestión Empresarial
Con esta operación, Juan Carlos Escotet ha llevado a Abanca al selecto club de las entidades que superan los 100.000 millones de euros de volumen de negocio y también a ser una referencia obligada en Portugal, donde controla más de 250 oficinas y puntos de venta. Juan Carlos Escotet nació en 1959, en Madrid. Es hijo de emigrados españoles a Venezuela, país en el que hizo fortuna. La tercera por importancia de Latinoamérica, según Forbes, con cerca de 1.500 millones de dólares, tras llevar a su grupo financiero, Banesco, al liderazgo del sector financiero privado.
Es economista y máster en Gestión Empresarial por la Universidad de Miami. Sin haber cumplido siquiera los 20 años inició su carrera profesional en Banco Unión, en Venezuela. Poco después fundó Escotet Casa de Bolsa, que, en 1991, daría lugar a Banesco Banco Universal.
Cuando Venezuela se le quedó pequeño, llevó a cabo la expansión internacional por Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia y, cómo no, España. Es asesor para América Latina de Visa Internacional. Vive a caballo entre España y Portugal, aunque pasa más tiempo en el país vecino por razones fiscales.
Pasó desapercibido en España hasta diciembre de 2013. Pero no le tembló el pulso cuando presentó una oferta al Estado para hacerse con NCG Banco, que había sido intervenido por su crítica situación. Enfrente, en la subasta pública, estaban Caixabank, BBVA y Santander, así como media docena de fondos internacionales.
Adquisición de NCG Banco
El Estado había puesto más de 9.000 millones de euros para mantener a salvo los fondos de los depositantes. Pero Escotet no se arrugó. Puso 1.003 millones de euros y se hizo con la entidad. Con su oferta, la más generosas con diferencia, evitó una segunda vuelta. A los tres grandes bancos españoles no les gustó que se aprovechara del dinero que el Fondo de Garantía de Depósitos puso para evitar la quiebra de NCG Banco.
Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, que había forzado la fusión de las cajas de ahorros del norte (Caixa Galicia) y del Sur (Caixanova) y también su ruina, apostó por Banesco, a sabiendas de que la sede se quedaría en la región.
Escotet tiene una fórmula particular de hacer los negocios. Paga el 40% del dinero ofertado en el acto de la firma y el resto lo diluye en varios años con el fin de conseguir abonar los plazos con los beneficios generados por la operación. Banesco era menos de la mitad que NCG Banco en volumen de activos en 2013.
Pero si hay algo que ha dado pedigrí al presidente de Abanca, fuera de sus habilidades profesionales, ha sido Hugo Chávez. El difunto mandatario venezolano le encumbró mediante una llamada telefónica desde “su programa” en la televisión nacional. Chávez llegó a amenazar al financiero si no prestaba más dinero a los agricultores. “Dime cuánto vale Banesco y te lo nacionalizamos”, dicen que fue la conversación.
Escotet, acusado de lavado de dinero y narcotráfico
No era una broma. “Obligó” a Santander a irse del país. Quizás Chávez nunca supiera que el apoyo del sector financiero venezolano para pagar la elevadísima deuda del país tuvo unos réditos multimillonarios para los bancos. Pese a todo, Escotet asistió al entierro de Chávez en marzo de 2013.
La oposición venezolana también se ha mostrado muy crítica con Escotet, a quien acusó de ser un colaborador del “chavismo” y un vehículo de lavado del dinero del narcotráfico. Con Nicolás Maduro las cosas no han hecho más que empeorar. Pero no reniega de los políticos. El banquero financió la campaña de Henrique Caprile para las presidenciales. Sin éxito, como ha quedado demostrado.
Entre NCG Banco y EuroBic, Abanca, de la mano de Escotet, se ha hecho con Popular Servicios Financieros —la antigua división de crédito al consumo de Banco Pastor—, Deutsche Bank Portugal y la división bancaria en España de Caixa Geral de Depositos. Abanca tiene ya más de 2,5 millones de clientes, más de 800 oficinas bancarias y gestiona el 34,5% del crédito en Galicia y el 42,8% de los depósitos.
Ganó el pasado año 405 millones, con una rentabilidad del 10%. Su capital de máxima calidad es del 12.9%, con un exceso de 1.267 millones sobre los requerimientos de CET 1. Es un dato que mantiene las expectativas del mercado de una futura operación de compra cuando surja la oportunidad. Al tiempo.