Interporc pide a la administración «libertad para que cada uno se alimente como quiera»
Los políticos juegan un papel importante en la alimentación de las personas, ¿pero hasta dónde deben llegar?
La alimentación es algo individual y privado. La cuestión es: ¿debe ser así en todos los casos? ¿Debería la administración pública velar por la salud alimentaria? Son líneas muy finas que son fáciles de sobrepasar, y que además siempre caen en la sospecha de los intereses particulares.
Estos han sido algunos de los principales asuntos que se han abordado en el Foro Food ED con la presencia del director general de Interporc, Alberto Herranz. En cuanto a la pregunta directa sobre si deben intervenir los podemos públicos en nuestra alimentación, el máximo responsable de la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca que representa a los sectores de la cadena de valor del porcino cree que «a nivel particular cada uno puede elegir la alimentación que quiere«.
No obstante, Alberto Herranz también asume que sí debe existir cierto control de lo que se hace a nivel alimentario en un contexto nacional. Así, estima que «a nivel institucional los ministerios tienen que garantizar la salud de los consumidores, y luego deben hacer cumplir dentro sus competencias las normativas existentes».
En todo caso, el máximo responsable de Interporc zanja la polémica: «La administración debe dejar libertad para que cada consumidor pueda elegir el modo de alimentarse«. Pero esto tiene un reverso necesario, precisamente, para toda la ciudadanía quienes participan en la cadena alimentaria: «Lo que debemos hacer es que la gente tenga una buena información nutricional, para que cuando los consumidores lleguen a la compra sepan bien cómo hacerlo».
Sin motivos para no comer bien
En cualquier caso, y pese a las potenciales intromisiones que haya podido tener el Ministerio de Consumo en materia alimentaria en los últimos tiempos, la certeza según relata Alberto Herranz es que «hoy en día alimentarse bien termina siendo más barato que hacerlo mal«.
En este sentido, recuerda que deben ser la «ciencia y los profesionales sanitarios y de la nutrición los que nos formen y aconsejen, y que la administración haga sus competencias». Sobre todo, porque la gestión no siempre resulta sencilla.
«Estamos en un modelo productivo europeo, que es uno de los más exigentes a nivel mundial. Hace años, había mucha tensión cuando debatíamos en Bruselas asuntos de trazabilidad o de seguridad alimentaria, hoy ya se da todo por hecho». Esta forma de afrontar las cuestiones alimentarias también denotan los cambios que se han vivido dentro de las administraciones públicas.
Una regulación necesaria
Por lo que respecta a la regulación y supervisión del mercado, que en otros sectores a veces genera dudas por las múltiples administraciones que siempre tienen algo que decir, en este caso, Alberto Herranz estima que «el sistema de la Unión Europea es complejo, porque ha hecho que nos fijemos en cada punto de la cadena alimenticia; y eso al final lleva una carga burocrática».
Pero también asume durante su intervención en el Foro Food ED que es necesaria. Aunque puesto a pedir, siempre queda la esperanza de que Bruselas simplifique ciertas cuestiones administrativas.