Inspectores del Banco de España cuestionan el agujero del Popular
La asociación que agrupa a la inspección de entidades de crédito pone en entredicho la forma en la que se intervino sobre el banco
La asociación de inspectores y auditores informáticos del Banco de España ha puesto este martes en duda el supuesto agujero de entre 2.000 y 8.000 millones de euros detectado en Banco Popular por un «experto independiente». Estas cifras llevan al colectivo a cuestionar tanto la independencia como la profesionalidad del auditor.
En una nota, esta asociación califica de «llamativo» que la valoración de las pérdidas estimadas del Popular que, según se ha publicado, habría realizado la firma auditora Deloitte, establezca un rango de entre 2.000 y 8.000 millones de euros en función de los escenarios que se contemplen. Por la distancia entre ambos valores, indica el comunicado, los «escenarios» son de una diversidad extrema, o bien, el «experto» no lo es tanto.
Los inspectores del Banco de España dudan de la profesionalidad del auditor
También se extrañan de las afirmaciones que han tratado la crisis del Popular de un problema de liquidez y no de solvencia. Normalmente, «la una conduce a la otra», pero si se adoptan las medidas adecuadas «resulta difícil de aceptar que hoy en día cualquier entidad financiera, por grande que sea, pueda verse abocada a la quiebra por un problema estrictamente de liquidez». Esto es «un indicio sólido» de que los garantes de la estabilidad financiera no han procedido de la manera más adecuada.
La asociación no se opone a la existencia de un sistema de supervisión financiera europeo, pero lamenta la rigidez del actual modelo, que limita el alcance de una inspección y prácticamente no deja lugar a imprevistos que puedan surgir y a los que hay que hacer frente con mayor flexibilidad, ampliando el plazo o el alcance de la inspección.
Por último, insisten en que el empeño en establecer en un plazo «exageradamente breve» una supervisión bancaria conjunta europea, sin detenerse lo suficiente en cómo hacerlo de manera eficaz, sólo sirve para que ahora sea «mucho más difícil que antes» establecer la responsabilidad de supervisores y reguladores.