La inflación subyacente se dispara al 4,4% en abril: sube la cesta de la compra
La inflación subyacente aumenta un punto, hasta el 4,4%, su mayor tasa desde diciembre de 1995, mientras el IPC general se modera 1,5 puntos, hasta el 8,3%, por la contención de la luz y la gasolina
Inflación disparada aunque con una notable moderación en el mes de abril. El IPC se ha moderado un punto y medio en el cuarto mes del año por el descenso de los precios de la electricidad y los carburantes, aunque sigue registrando una elevada tasa del 8,3% y la inflación subyacente se dispara al 4,4%, reflejando el contagio del alza de precios en la cesta de la compra a pesar del primer mes de vigencia del Plan de respuesta a la guerra de Ucrania aprobado por el Gobierno.
El descenso de 1,5 puntos del IPC es el mayor en un solo mes desde enero de 1987, hace más de 35 años, y es una décima inferior al dato adelantado, debido a la moderación de la subida de los precios de la electricidad (+34,9%), el gasóleo (+32,1%) y la gasolina (+16,3%), según los datos definitivos del índice de precios de consumo (IPC) publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
No obstante, la inflación subyacente, tasa que excluye los componentes más volátiles como la electricidad y alimentos no elaborados, aumentó un punto, hasta el 4,4%, registrando la tasa más alta desde diciembre de 1995, lo que refleja el efecto contagio de la crisis energética en todos los bienes y servicios. Eso sí, no ha habido una traslación total al haber aún una distancia de cuatro puntos con la tasa general.
La vicepresidenta primera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ya avanzó ayer, jueves, que el INE iba a rebajar en una décima, hasta el 8,3%, el dato de inflación de abril, un nivel que dijo ver ya «aceptable» en comparación al 9,8% de marzo.
Así, los datos del INE reflejan el impacto de la guerra de Ucrania en los precios pero constatan una notable moderación, con el primer descenso que registra la inflación en España tras dos meses de fuertes incrementos que condujeron el IPC hasta el 9,8%, su mayor tasa en casi 37 años, desde 1985.
Con todo, la inflación acumula así su decimosexta tasa positiva consecutiva, ante un alza incesante de los precios de la electricidad que se ha contagiado de forma clara al resto de bienes y servicios de la cesta de la compra, agudizando la pérdida de poder adquisitivo de las familias españolas.
A nivel mensual los precios bajaron un 0,2%, la primera tasa mensual negativa del IPC en un mes de abril desde 1992, por la bajada de la electricidad (-26,9%), la gasolina (-12,5%) y el gasóleo (-9,6%).
Fuentes gubernamentales apuntan a Economía Digital que está descartado ya que la inflación alcance los dos dígitos, al prever que se modere en el segundo semestre gracias a las medidas del plan de choque, la ‘excepción ibérica’ gracias al acuerdo político de España y Portugal con Bruselas para topar el precio del gas a 40 euros por megavatio hora, que se aprueba este viernes en Consejo de Ministros.
La previsión es que la inflación tome ahora una senda de moderación, ya que el Banco de España augura una media anual del 7,5%, en tanto que la AIReF, pronostica un 6,5%, BBVA Research un 7% y el FMI es más cauto al situarlo en un 5,3%.
Luz y gasolina se moderan pero sube la cesta de la compra
Tras arrancar su senda ascendente en el verano del año pasado, la inflación se ha terminado de desbocar con la crisis energética de la guerra de Ucrania, aunque la electricidad y la gasolina están moderando ya sus subidas. En este sentido, el alza de un punto de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), hasta el 4,4%, es relevante.
Y es que, tal y como se señala desde el Gobierno, se trata del indicador en el que más se está fijando para medir el pulso de la evolución de los precios en España al reflejar también el calibre del efecto contagio de la crisis energética en la cesta de la compra. El índice de precios de consumo armonizado (IPCA) se situó en el 8,3% en abril, 1,5 puntos menos que hace un mes.
Estadística explica que los grupos con mayor influencia en la disminución del IPC de abril fue vivienda, con una variación del 18,8%, 14 puntos por debajo que en marzo, por la bajada de los precios de la electricidad frente al alza del año pasado, aunque, en sentido contrario, destacaron la subida del gas y los combustibles para la calefacción. A ello se suma el transporte, con una tasa del 12,8%, seis puntos menos, debido a la disminución de de los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales. En cambio, se encarecieron los precios de los automóviles y el transporte aéreo de pasajeros.
Con todo, la subida de los precios se extiende a muchos productos de la cesta de la compra y también ha tenido gran peso en el aumento del IPC los alimentos y bebidas no alcohólicas, con una variación de más de tres puntos, hsta el 10,1%, a causa de subidas generalizadas de la mayoría de sus componentes. Entre ellas destacan los incrementos de los precios de la carne (+11,4%), el pan (+10,1%) y cereales (+6%), las legumbres y hortalizas (+12,8%) y la leche (+14%), queso (+7%) y huevos (+21,6%), mayores este mes que en abril del año anterior. Las frutas se encarecen un 9,5% y el aceite de oliva un 42,5%.
También ha influido en el alza el ocio y la cultura, con un repunte del 2,9%, por el aumento de los precios de los paquetes turísticos. Así las cosas, las mayores subidas respecto a abril de 2021 se dieron en otros aceites (+96,2%), combustibles líquidos (+95,7%), hoteles y hostales (+50,5%), aceite de oliva (+42,5%) y electricidad (+34,9%).
La electricidad, junto al gasóleo (+32,1%) y la gasolina (+16,3%) son los componentes que más han influido en el alza de precios en los últimos meses, si bien a nivel mensual bajan ya un 26,9%, un 9,6% y un 12,5%, respectivamente, en un contexto de rebaja de los impuestos de la luz y la bonificación de 20 céntimos a los combustibles aprobada. El natural sube un 19,4% interanual.
Por el contrario, las mayores bajadas anuales se dieron en los peajes y aparcamientos (-20,4%), los equipos e telefonía móvil (-3,8%), los equipos audiovisuales (-2,7%), las prendas de vestir de bebé y niño (-2%) y los juegos y aficiones (-1,5%).
Castilla-La Mancha marca un IPC del 10,4%
Con la moderación del IPC, esta tasa se situó ya por debajo del 10% en abril en todas las CCAA salvo en Castilla-La Mancha (+10,4%). Le siguieron Castilla y León (+9,6%), Aragón (+9,4%) y Galicia (+9,1%), mientras que el resto se situaron por debajo del 9%: La Rioja (+8,8%), Navarra (+8,7%), Extremadura (+8,7%) o la ciudad autónoma de Melilla (+8,5%), junto a Cantabria (+8,5%).
En la parte baja figuran Andalucía (+8,4%), Comunidad Valenciana (+8,4%), Asturias (+8,3%), Murcia (+8,2%), Cataluña (+8%), País Vasco (+7,8%), Islas Baleares (+7,8%), Ceuta (+7,3%). Las tasas menos pronunciadas fueron las de Canarias(+7,1%) y Madrid (+7,7%).
A nivel provincial, los datos reflejan que la tasa interanual del IPC superó la barrera del 10% en seis provincias españolas: Toledo (+11,5%), León (+11%), Ávila (+10,9%), y Ciudad Real, Cuenca y Huesca, las tres con un alza del 10,3%.
El Gobierno confía en el plan de choque y el tope al gas para moderar la inflación
Pese a la moderación del IPC, el impacto en los bolsillos de los españoles se agrava, afectando a todos los colectivos al superar sobremanera el IPC tanto la subida salarial en convenio acumulada hasta abril (+2,4%), como la revalorización del 2% del sueldo de los funcionarios.
El despunto de la inflación a nivel internacional vino provocado por la desescalada de la pandemia, ante una recuperación de un nivel de demanda muy superior a la oferta, lo que provocó un alza de precios agravado por las rupturas en las cadenas de suministros, unido a las políticas monetarias moderadas de los bancos centrales.
Según Economía, un 73% de este alza se debe al impacto de la invasión de Ucrania sobre los precios de la energía y los alimentos no elaborados, pero el Gobierno confía en que su plan de choque permita revertir la tendencia de la inflación y comenzar a contenerla.
Además, y sobre todo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los ministros sostienen que el acuerdo político de España y Portugal para limitar el precio del gas a 40 euros el megavatio hora en el marco europeo permita «estabilizar» su evolución. «Va a permitir doblegar la curva y estabilizar la evolución del coste de la vida desde el segundo semestre del año», defienden.
Entre las medidas más destacadas del plan contra la guerra figuran una bonificación de 20 céntimos por litro al combustible a todos los usuarios, la limitación de un 2% en la revalorización de los alquileres desvinculándolo del IPC en el caso de grandes tenedores o ante la falta de acuerdo entre propietarios particulares e inquilinos, un alza del 15% de la cuantía del Ingreso Mínimo Vital, el acuerdo de 1.000 millones de euros en ayudas al sector del transporte, ayudas para el sector de la agricultura, la ganadería, la pesca y la industria electrointensiva y las medidas de extensión de rebajas de impuestos para abaratar el precio de la luz.
Lo que se ha truncado por ahora es el Pacto de rentas para la contención de salarios y beneficios y dividendos empresariales que pide el Gobierno para evitar una espiral inflacionista, tras romperse las negociaciones entre patronal y sindicatos en el marco del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). CEOE insta a la moderación en las mesas de negociación, mientras que los sindicatos han acordado forzar un alza salarial del 3,5% este año, del 2,5% el próximo y del 2% en 2024 con cláusulas de revisión ligadas al IPC.