La industria española enciende las alarmas: los precios de la energía son incontrolables

El precio del mercado mayorista eléctrico español coquetea en demasiadas jornadas con los 100 €/MWh, un coste que para la industria sigue suponiendo un gran problema

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El sector industrial español está preocupado. Las empresas con gran consumo de gas y electricidad llevan sobre sus espaldas dos años de crisis de precios. Eso ha provocado aumento de costes y, en algunos casos extremos, tener que parar la actividad. El gran problema es que el horizonte cercano no es mejor. 

Según el MEFF, índice de precios eléctricos a futuro, para final de año se espera unos precios que llegarían a los 125 €/MWh. La horquilla desde hace algunos meses se mueve en paralelo a estas cifras, y eso está rematando a la industria. Aunque lo más duro es que ninguna de las medidas que se están tomando, y las que se perciben en el horizonte, invitan al optimismo. 

Así lo ha reflejado este jueves en un duro comunicado la patronal acerera Unesid, que asegura que la propuesta de reforma del mercado eléctrico aprobada esta semana por la Comisión de Industria, Investigación y Energía (ITRE) del Parlamento Europeo no garantizan a la industria electrointensiva acceder a los precios estables, competitivos y predecibles que necesita para realizar su actividad.  

Unesid, que apoyaba la propuesta del Gobierno español, que ha quedado desdibujada en aras del consenso con otros estados miembros, considera que el documento aprobado «no es una solución de alcance» y hubiera preferido un debate serio, detallado y en profundidad. 

El gran problema va en la misma dirección. «Si la solución a la descarbonización es la electrificación de la industria, de la movilidad y de los hogares, es imprescindible que haya un suministro de electricidad a precios competitivos porque, en caso contrario, ni la sociedad ni las empresas podrán abordar esa electrificación», asegura la asociación que representa a la industria siderúrgica. 

Nada cambia 

Asimismo, desde Unesid detectan que «la reciente reducción del precio del gas natural está teniendo, junto con la mayor participación en el mix de energías renovables, un impacto beneficioso en el precio de la electricidad, que, sin embargo, se mantiene en el mercado diario en el entorno de 100 €/MWh». 

Esta situación desespera al conjunto industrial español. Y es que, hace unas semanas, unas quejas similares las lanzaba la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), que reclamaba al Gobierno medidas que puedan dar un «respiro» a la industria electrointensiva

En su asamblea anual, el presidente de Aaege, José Antonio Jainaga, también presidente de Sidenor, exponía que la crisis de precios energéticos ha impactado «fuertemente» en la actividad industrial, con una caída del consumo eléctrico de la industria electrointensiva en 2022 del 25% y destacó que la incertidumbre persiste para este 2023. 

Así, señaló que un precio eléctrico en niveles como los actuales supone «un grave problema para la competitividad» del sector, frente a unos competidores del entorno que se están beneficiando de medidas destinadas a proteger su actividad, tanto las de carácter permanente como las habilitadas dentro del marco temporal aprobado por la Comisión Europea. 

«Se produce un fuerte desequilibrio de la competitividad que perjudica seriamente a nuestras industrias electrointensivas frente a nuestros principales competidores», sostenía. De esta manera, Aege confía en que a lo largo de este año se desarrollen medidas que ayuden a equilibrar la desventaja competitiva que tiene el consumidor industrial en España con respecto a sus principales competidores. 

«En este sentido, contamos con un marco normativo amparado en el Estatuto del Consumidor Electrointensivo, una herramienta apropiada que debería reforzarse para fortalecer la política industrial», explicaban desde Aege, que además piden para este segundo semestre del año la prórroga de la reducción del 80% de los peajes y el aumento de la dotación presupuestaria para compensar las emisiones indirectas de CO2.

Raúl Masa

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