El impuesto a la banca y a las energéticas del Gobierno puede destruir hasta 72.000 empleos
El Instituto de Estudios Económicos prevé que la economía española no crezca más de un 4% este año y que se sitúe por debajo del 3% en 2023
Los nuevos impuesto a la banca y a las empresas energéticas anunciados por el Gobierno de Sánchez podrían tener un impacto contractivo sobre la actividad económica de casi 5.000 millones de euros y una pérdida de 72.000 empleos, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
El presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han presentado este jueves el Informe semestral de Coyuntura Económica «La inflación y la incertidumbre frenan la recuperación de las empresas», en el que recogen las presiones inflacionistas que vive la economía mundial, evidencian las señales de desaceleración en el ritmo de crecimiento y destacan el retraso de la recuperación de la economía española en el ámbito empresarial.
En la presentación del informe, Fernández de Mesa ha tachado los nuevos impuestos como «medidas arbitrarias» y ha asegurado que estas medidas van «en dirección contraria», pues subraya que aumentarán la inflación y, además, considera que es «un mensaje tremendamente negativo para los inversores internacionales«.
Ralentización del crecimiento económico
El informe augura que la economía española afrontará el final de 2022 y el 2023 con una «enorme incertidumbre». Así, prevén que el PIB en España no alcance el 4% de crecimiento este año y se sitúe por debajo del 3% en 2023.
En cuanto a la inflación, creen que puede situarse en el 8% en 2022, aunque consideran que el menor dinamismo de la actividad y la normalización de algunos factores deberían contribuir al un descenso de esta en 2023 hacia tasas por debajo del 3%.
Niegan el argumento de Sánchez
En la búsqueda de culpables de la espiral inflacionista que vive el país, se ha generado una controversia en estas últimas semanas. Y es que, el presidente del Gobierno justificó en el debate sobre el Estado de la nación que la subida de los precios de consumo y los tipos de interés no podían servir para que las grandes empresas acumularan más riqueza, un argumento que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, considera un «error».
De igual manera, el IEE considera que este argumento se ha relacionado «erróneamente», dado que los resultados empresariales es la variable más rezagada en la recuperación, sin aún haber podido recuperar los niveles previos a la crisis de la pandemia del Covid-19.
En este sentido, subrayan que la pérdida acumulada del excedente bruto de explotación de las empresas comparando con el nivel de 2019 era “de casi 100.000 millones de euros a cierre de 2021, mientras que la del Excedente Bruto de Explotación de las sociedades no financieras era de casi 75.000 millones”. De igual modo, apuntan que “tanto los beneficios brutos de explotación, como el resultado neto ordinario, se situaban a cierre de 2021 todavía un 24% y un 52% por debajo de los niveles precrisis”.