El Ibex 35 comienza a dar señales de alarma ante la posibilidad de recesión en otoño
Las principales compañías españolas descuentan que los próximos trimestres serán muy complicados a nivel económico, y ya ajustan sus estrategias
Las señales ya han llegado a la economía. Los datos de empleo, la inflación, los problemas energéticos… las grandes empresas del Ibex 35 han metido en la coctelera estos ‘inputs’ y ya se preparan de algún modo para una segunda mitad de 2022 bastante complicada, y, lo que puede ser peor, un inicio de 2023 con una economía en plena ralentización. La palabra de la que todos huyen -o algún sinónimo- está cada vez más cerca: recesión.
Uno de los principales termómetros, las entidades financieras, han hecho referencia a la recesión durante la presentación de resultados en las últimas semanas. Aunque han querido alejar la posibilidad de que España pueda entrar en esta situación, ejemplo de CaixaBank, tampoco se atreven a descartarlo por completo. Sería lanzar un mensaje que no les interesa, pero que asumen con preocupación.
Así, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, considera que el previsto empeoramiento de la situación económica en la segunda mitad de 2022 tendrá un impacto limitado. Aunque los movimientos que ha realizado la compañía de aligeramiento de activos y personal, vislumbran cómo se prevé la situación. «Cuando hablamos de recesión, hay una posibilidad notable en Estados Unidos de que se esté produciendo y hay una posibilidad para la Eurozona de que se produzca a caballo del último trimestre y el primero del que viene en función de la situación del gas», ha valorado hace unos días, y ha dicho que en su escenario base no contemplan que se vaya a producir en España. Pero nadie dentro de la entidad se atreve a descartarlo.
Por lo que respecta a Bankinter, fue su consejera delegada, Dolores Dancausa, la que explicaba los planes de la compañía en caso de que la situación empeore. «Si hubiera recesión, las entidades estamos más preparadas, somos un sector más sólido y solvente, no habría problemas para seguir de manera independiente».
Otras empresas del Ibex 35 preparan sus planes de contingencia asumiendo lo que está por venir. La potencial gravedad se refleja en cuestiones de consumo empresarial, como el caso de las oficinas; o los desplazamientos en avisón. En materia inmobiliaria, las expectativas para los próximos meses no son tan esperanzadoras. En concreto, el CEO de Merlin, Ismael Clemente, manifestaba en la conversación con los analistas que pese al potencial interés que hay en el segmento de oficinas, los temores a una recesión pueden marcar el sector.
Algo similar sucede en el ámbito aéreo. En concreto, en un reciente encuentro con analistas, el CEO de IAG, Luis Gallego, ha asegurado que no ve ninguna debilidad en el futuro inmediato por lo que respecta a su compañía. Sin embargo, asume que puede existir un riesgo de recesión sobre el que deben estar atentos. De esta manera, uno de los grupos aéreos más importantes del mundo deja constancia de su preocupación con respecto al contexto económico.
En este sentido, Luis Gallego también ha sido muy claro en lo que respecta a la situación actual de la compañía y el balance de los seis primeros meses del año. Aclara que gracias a la buena línea de ingresos en este periodo se podría compensar de manera evidente la potencial recesión de la segunda mitad del año. Eso escenifica el buen verano que van a tener la mayoría de aerolíneas.
Más voces de alerta
Las señales de alarma llegan también de los analistas de las compañías del Ibex 35. Uno de los más concretos es BBVA Research, el servicio de estudios de la entidad financiera, prevé que España entrará en recesión técnica en el primer trimestre de 2023. Sus economistas creen que el PIB retrocederá tanto en el cuarto trimestre de este año como en el primero del próximo, lo que técnicamente se entiende como entrar en crisis.
Por otra parte, también se encuentra como motivo principal de este estancamiento en el crecimiento de la economía española la escasez de algunas materias primas, así como el impacto que ha tenido la inflación en su encarecimiento. «Además, se espera que la carga financiera de empresas y familias repunte conforme el BCE retire los estímulos monetarios», asegura el banco.
Las principales empresas españolas preparan de manera estratégica el próximo golpe económico
Otros que aportan una valoración poco amable para el futuro inmediato de la economía es el Servicio de Estudios de Mapfre, Mapfre Economics, que ha recortado ligeramente su previsión de crecimiento para la economía española para 2022 después de que las expectativas «halagüeñas» de principios de año se vieran truncadas por las consecuencias de la invasión de Ucrania. Sobre estas bases, y para el conjunto de la economía mundial, las señales de recesión ya están encendidas, alertan.
Respecto a la inflación, promedia un 8,2% para este año y muestra su preocupación por el incremento de la subyacente, que «se avecina a la franja del 5 o 6%», según Gonzalo de Cadenas-Santiago, director de análisis macroeconómico y financiero.
En el caso concreto de España -en el sector del seguro-, la dinámica esperada es similar. Según destaca Mapfre Economics, las altas tasas de inflación (10,2% en junio) y sus consecuencias ensombrecen el panorama para el negocio asegurador y erosiona su rentabilidad, elevando la presión sobre los precios de los seguros. Por su parte, la escasez de suministros continúa lastrando al sector automovilístico, por lo que el negocio de los seguros de autos seguirá sufriendo esta situación en los próximos meses, mientras el contexto para el negocio de los seguros de Vida vinculados al ahorro y de rentas vitalicias tradicionales continúa mejorando por el endurecimiento de la política monetaria del BCE.