Si vas a dar tu IBAN tienes que tomar estas precauciones
El código IBAN es necesario para llevar a cabo distintas operaciones, como la recepción de un pago por parte de un cliente o el pago a un proveedor
En un momento en el que tanto los fraudes tradicionales como las ciberestafas están a la orden del día, los usuarios extreman las precauciones a la hora de facilitar datos personales, aún más, si se trata de información bancaria.
Uno de los datos con los que conviene ser más cautos es el IBAN (Número de Cuenta Bancaria Internacional), un código que identifica de manera única una cuenta bancaria a nivel internacional y permite realizar transferencias de fondos.
Precisamente, en numerosas operaciones se solicita esta información, como para recibir pagos de clientes, pagar a proveedores o en el momento de realizar un registro en aplicaciones o plataformas online.
El Código IBAN tiene como objetivo facilitar cobros y pagos entre diferentes países
Sin embargo, si no se toman las medidas adecuadas para proteger esta información, proporcionar a terceros el IBAN puede conllevar algunos riesgos, según explica la aseguradora Mapfre en su blog.
El código IBAN
El objetivo tras el código es facilitar los cobros y pagos entre diferentes países. Consecuentemente, está conformado por 24 dígitos, de los cuales dos letras identifican el país de origen de la cuenta, dos son dígitos de control y 20 corresponden al número de cuenta tradicional.
Habitualmente, se emplea para efectuar operaciones bancarias internacionales, transferencias o domiciliaciones, entre otro tipo de acciones.
De hecho, dentro de la zona SEPA es obligatorio tanto para las operaciones de transferencia como para los adeudos directos.
Protege tu cuenta bancaria
Una de las medidas contempladas dentro de la Segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2) es la implementación de la autenticación reforzada de clientes para las operaciones bancarias.
Difícilmente se puede efectuar una transferencia bancaria conociendo únicamente el número de cuenta
La iniciativa requiere, como mínimo, dos factores de autenticación para completar una transacción de los que se especifican a continuación y se distribuyen en tres categorías:
- Conocimiento: un elemento que conozca el usuario, como un PIN o una contraseña.
- Posesión: algo que tenga el cliente, como una tarjeta de coordenadas o un teléfono móvil.
- Inherencia: algo propio de la persona, como su huella dactilar.
Por ese motivo, solo conociendo el número de cuenta es muy complejo efectuar una transferencia bancaria, sin conocer más información.
En el caso de que se detecte un cargo no autorizado en una cuenta bancaria, los usuarios cuentan con la posibilidad de devolverlo, puesto que no lo han aprobado.
A pesar de que el plazo para ello es de ocho semanas, si se trata de un cargo no autorizado el periodo se extiende hasta los 13 meses.