Si formas parte de este grupo de autónomos Hacienda te vigila (más)
Hay sectores económicos que suelen manejar mucho dinero en efectivo, y la Agencia Tributaria refuerza los controles en ellos para evitar el fraude fiscal
Hay sectores económicos donde la Agencia Tributaria vigila con más cuidado. Foto EFE/Luis Tejido
Cualquier empresa o autónomo puede recibir la visita de los inspectores de Hacienda. No siempre tiene que ser porque hayan detectado alguna irregularidad, sino que hay algunas actividades que suelen manejar más dinero en efectivo y que es donde los técnicos ponen la lupa para evitar que haya irregularidades.
Es que la circulación de dinero en efectivo es más difícil de rastrear, ya que es el se usa para financiar actividades ilegales, en fraudes fiscales o en la economía sumergida.
Para ello el Gobierno desarrolló el Plan Anual de Control Tributario y Aduanero que establece la Agencia Tributaria, donde una de las prioridades es el control sobre el dinero en efectivo.
Si formas parte de este grupo de autónomos Hacienda te vigila (más)
La Agencia Tributaria informó que habrá más controles en aquellos sectores económicos en los que considere que hay un “alto riesgo de existencia de economía sumergida”, sobre todo con un elevado uso de efectivo o con el empleo de métodos de pago radicados en el exterior, y que no están sujetos a la obligación de aportar información fiscal.
Aunque no se informó oficialmente, entre las actividades económicas donde los inspectores de Hacienda pondrán más atención es en la construcción, sobre todo el de las reformas y rehabilitaciones inmobiliarias.
Los inspectores de Hacienda pondrán la lupa en aquellos sectores y autónomos con mayor riesgo de desarrollar una economía sumergida
Razones para la vigilancia
La Agencia Tributaria tiene especial consideración en las empresas y los autónomos que no acepten pagos por medios bancarios, ya sea transferencias o con tarjetas.
También despertará las sospechas si tienen rentas que provengan de la entrega de bienes o servicios realizados directamente al consumidor final (donde consideran que hay más riesgos y falta de control en las formas de pago).
También en aquellos sujetos o empresas que tengan señales de riqueza, rentabilidad o patrimonio que sean “incoherentes o inconsistentes” sobre las rentas que había declarado.
