El hachazo fiscal a las eléctricas pone en cuarentena las inversiones del sector
Las medidas fiscales que ha anunciado Pedro Sánchez pueden tener un efecto directo sobre las inversiones de las grandes compañías
El impuesto a las grandes empresas eléctricas estaba anunciado desde hace unas semanas, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha encargado de confirmar que, efectivamente, habrá un nuevo gravamen sobre estas compañías. Ha sido en la primera sesión del Debate sobre el Estado de la Nación, donde ha asegurado que espera recaudar 2.000 M€. Esto puede generar dudas en los planes inversores de las energéticas.
El Ejecutivo lleva meses haciendo entender que gran parte de la crisis energéticas, convertida en crisis de precios, tiene como culpables a las compañías energéticas. Por eso, ha decidido aplicar un impuesto especial sobre los beneficios durante los dos próximos años. El problema es que en el pasado las empresas ya han mostrado que ante marcos regulatorios inestables son capaces de retraer parte de su inversión; y, asimismo, tendrán que rehacer parte de sus planes si el escenario ha cambiado.
Así lo consideran desde la casa de análisis Scope Rating, que estiman que «si el Gobierno español aumenta los impuestos a las empresas de servicios públicos, los beneficios de las compañías se verán impactados«. No obstante, en el caso de Iberdrola y Endesa, asumen que el efecto sea más moderado dada su diversificación geográfica.
También hay que tener en cuenta que todavía no se sabe qué empresas se verán afectadas con este impuesto. El Gobierno, pese a que ha anunciado este gravamen ante la solemnidad del Congreso de los Diputados, todavía no ha explicado en qué consiste y cómo afecta a las empresas.
De hecho, según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes de una gran empresa energética española, todavía no conocen el alcance, y tampoco qué empresas se verán afectadas, puesto que el Gobierno no les ha comunicado los detalles pormenorizados de este impuesto.
¿Peligra la inversión?
Según los analistas, «cualquier subida de impuestos y la falta de previsibilidad de la política fiscal del Gobierno español corren el riesgo de comprometer el calendario y el volumen de inversión de capital de las empresas, que es vital para la transición de España hacia un futuro con menos emisiones de carbono».
En este sentido, los expertos del sector aseguran que «con menos beneficios retenidos por el impuesto, las empresas de servicios públicos podrían pedir más préstamos para seguir invirtiendo, lo que provocaría un deterioro de su nivel de apalancamiento».
Por lo que respecta a las empresas, las dos grandes eléctricas, Iberdrola y Endesa, por el momento prefieren esperar a ver la letra pequeña del impuesto y cómo se adapta a la actividad de cada compañía. La principal gasista, Naturgy, tampoco quiere precipitarse a la hora de hacer valoraciones sobre lo que ha anunciado el presidente del Gobierno.
Problemas en el pasado
En otoño de 2021 la relación de las grandes eléctricas y el Gobierno saltó por los aires tras una de las últimas subastas de potencia renovables donde éstas decidieron no presentarse.
Posteriormente, y sobre todo Iberdrola, explicaron que no dudarían en retraer las inversiones en España si el marco regulatorio se mantenía con la misma inestabilidad que hasta ahora. De esta forma, el anuncio del nuevo impuesto, que pilla a algunas compañías en mitad de sus planes estratégicos, podría dejar como resultado que alguna reformule sus planes en los próximos años.
En este punto, cabe recordar que -además-, en septiembre de 2021, el Gobierno español dijo que aplicaría un impuesto extraordinario durante seis meses a los operadores de electricidad con el fin de recaudar fondos para subvencionar a los consumidores finales en respuesta a la subida de los precios de la electricidad en el mercado minorista. Sin embargo, el Gobierno se retractó al mes siguiente tras las quejas de las compañías españolas.
Uno de los factores que influyó en la marcha atrás del Ejecutivo español fue que los Estados miembros de la UE no habían aplicado impuestos similares. En ese momento, Iberdrola estimó que el coste de esa medida rondaría los 2.000 millones de euros al año. En su informe correspondiente a los nueve primeros meses de 2021, Iberdrola declaró que el impacto fiscal de la aplicación de este impuesto durante dos semanas fue de 85 millones de euros.
Más medidas energéticas
Junto a los impuestos, el Pedro Sánchez también ha anunciado en el Debate sobre el Estado de la Nación que en materia energética y pese a poner en valor las medidas aprobadas en España junto con Portugal para poner límite a la escalada del precio del gas, Sánchez no ha querido descartar «nada» de cara al futuro, «incluso que Putin decida cortar el gas a Europa como arma de guerra. «Esto tendría un impacto sobre la economía europea y española», ha reconocido Sánchez.
Por ello, y tal y como han hecho otros líderes europeos, el jefe del Ejecutivo español ha hecho una llamada al ahorro energético para los próximos meses.
«Deberemos adoptar medidas de ahorro energético», ha reconocido el presidente. En concreto, ha hecho mención al impulso del teletrabajo, el fomento del transporte público o a bajar «un poco la temperatura de la calefacción o subirla en el aire acondicionado» para conseguir este ahorro. «Podemos hacerlo y lo vamos a hacer», ha recalcado.
También sobre este tema, el Ejecutivo prevé impulsar las renovables y ha avanzado el despliegue del autoconsumo en edificios públicos con un plan de 200 millones.