La guerra de Ucrania le costará al menos cuatro décimas de PIB a España

El Consejo General de Economistas (CGE) rebaja al entorno del 5,2% su previsión de crecimiento para 2022 por la guerra de Ucrania y la vicepresidenta Nadia Calviño mantiene que se puede mantener la política fiscal por la mejora de los ingresos

La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, comparece la Comisión Mixta para la Unión Europea del Congreso de los Diputados para dar detalles sobre la evolución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, este jueves. EFE/ Emilio Naranjo

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El estallido de la guerra en Ucrania como consecuencia de la invasión militar de Rusia iniciada el pasado jueves ha encendido todas las alarmas en la comunidad internacional por el drama humanitario y por las perturbaciones económicas que puede provocar en Europa, incluyendo también a España, cuyo crecimiento económico podría verse afectado en al menos cuatro décimas de PIB.

Esta podría ser una primera aproximación sobre el impacto económico que podría tener el conflicto bélico en el crecimiento de la economía española este año, ya que el Consejo General de Economistas (CGE) estima en su último ‘Observatorio financiero’ que el PIB español se moderará unas cuatro décimas, de forma que se podría situar en torno al 5,2% o el 5,4% este año.

Los economistas rebajan su previsión de crecimiento por el conflicto entre Rusia y Ucrania y el «alto nivel de incertidumbre existente», después de que el pasado enero había situado en una horquilla de entre el 5,6% y el 5,8% por el aumento de la actividad a medida que se estaban relajando las medidas sanitarias y la disminución de cuellos de botella.

Lo cierto es que la guerra en Ucrania ha terminado por sentenciar las ya de por sí cuestionadas previsiones económicas del Gobierno, que apuntan a un crecimiento del 7%. El Ejecutivo revisará las previsiones del cuadro económico en abril con motivo de la remisión a Bruselas del Programa de Estabilidad, tal y como adelantó Economía digital.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha confirmado este mismo lunes que las previsiones se revisarán en abril pero ha asegurado que los ingresos «van bien» y, por ello, considera que hay «margen» para seguir manteniendo la política fiscal expansiva que ha venido desarrollando el Ejecutivo desde el estallido de la pandemia en 2020.

Los distintos organismos económicos y analistas rechacen sus previsiones en una coyuntura de incertidumbre total. Los últimos trabajos apuntaban en torno a un 5,6% de crecimiento, según el Panel de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que aglutina las previsiones de 20 de los principales organismos y analistas. Giraba en ese en torno el pronóstico de FMI (5,8%), Comisión Europea (5,5%), OCDE (5,5%), BBVA Research (5,5%) o la Cámara de Comercio (5,5%), pero el CGE ya lo rebaja a una horquilla de entre el 5,2% y el 5,4%.

Impacto en la energía: inflación más persistente

Además del impacto humanitario, los economistas señalan que en materia económica la primera consecuencia es el impacto en el precio de la energía por la gran dependencia de Europa de la energía rusa, tanto del petróleo, gas, o metales preciosos e industriales, así como de otras materas primas. «Aunque se habría previsto que este primer semestre tendería a moderarse la inflación, estos acontecimientos van a surtir el efecto contrario», sostienen.

De hecho, el IPC ya se ha disparado un 7,6% en tasa interanual en febrero, la tasa más alta desde julio de 1989, al tiempo que la inflación subyacente ha escalado al 3%, la cifra más alta desde 2008, según los datos publicados este lunes por el INE. Los economistas apuntan además que es posible que este dato, al ser adelantado, no tenga en cuenta la subida de los precios de los últimos días.

El petróleo cotiza ya por encima de los 100 dólares el barril, agravado en el caso español por la apreciación del dólar frente al euro al convertirse en moneda refugio, lo que contribuye a aumentar el precio, aún más, de la energía.

Asimismo, el CGE avisa de que los posibles problemas en las cadenas de suministro, que ya parecía que se estaban relajando, pueden frenar la producción. El Índice PMI compuesto de la actividad total de la zona euro en febrero ha sido de 55.8 frente a 52.3 de enero, constatándose «una intensa aceleración del crecimiento económico que, por desgracia, esta situación puede truncar».

Más inflación, menos consumo y posible aumento del paro

«Estamos en un momento muy complejo», alertan los economistas, señalando que los ingresos públicos han aumentado, vía imposición indirecta, lo cual ha permitido reducir el déficit público que se ha situado en noviembre en 4,61% del PIB, pero la expectativa de una inflación más persistente a lo largo de 2022, en gran parte como consecuencia de la guerra Rusia-Ucrania, hace prever que los ciudadanos se vean obligados a reducir su consumo y por tanto se entre en el «círculo vicioso» de que las empresas reduzcan su producción y el crecimiento económico se vea impactado negativamente.

Todo ello podría repercutir en el empleo. Aunque 2021 registró una reducción importante de la tasa de paro, y en enero el comportamiento ha sido «positivo», el CGE avisa de que la desaceleración del crecimiento podría acarrear un incremento del número de parados, en un contexto de finalización del aplazamiento de los ERTE, a los que actualmente hay acogidos más de 100.000 trabajadores con empleo total o parcialmente suspendido.

Por su parte, la deuda pública a 31 de diciembre, según el avance mensual del Banco de España, ha ascendido a 1.428 billones euros, que representa el 118,7% del PIB, un comportamiento mejor de lo esperado tanto por el Gobierno como por los analistas, aunque es una cifra «muy elevada y preocupante». Para 2022 se espera que siga moderándose, y se sitúe en torno al 117% del PIB.

Esta situación, añade el CGE, también tendrá su efecto en la política monetaria tanto de Reserva Federal (FED) y del Banco Central Europeo (BCE), que podría hacer que se pospongan las posibles subidas de tipos de interés que se preveían para este año y suavizar las retiradas de liquidez. Se espera que en las próximas reuniones de la FED y del BCE de mediados de marzo se trate la estrategia a seguir.

A todo ello se sumarán las consecuencias de las sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea y Estados Unidos con el apoyo de Reino Unido y Canadá, dado que Rusia es un importante exportador de materias primas a Europa, y principalmente a Alemania. «Con toda esta incertidumbre es muy complicado hacer estimaciones. Lo deseable es que el conflicto finalice pronto, fundamentalmente por el drama humanitario que se ha generado y que no suponga nuevos riesgos geopolíticos y económicos», concluye el CGE.

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