De Mahou a Pascual: los grandes fabricantes reclaman competir en igualdad de condiciones con la marca blanca
La presencia en los lineales desata la tensión entre fabricantes y distribuidores en plena crisis de inflación
Pepsi, Pascual y Bimbo han saltado a las portadas por enfrentarse al veto a sus productos por las grandes firmas de distribución (Carrefour, Mercadona y Dia, respectivamente).
Se trata del último capítulo de una guerra entre fabricantes y distribuidores por ganar presencia en un mercado en el que el consumidor, con el poder adquisitivo mermado por la crisis de inflación, busca el ahorro en los productos de marca blanca.
Las grandes cadenas de supermercados en España están apostando decididamente por sus productos de marca blanca lo que se traduce en más espacio y visibilidad en los lineales. Los fabricantes lo denuncian como un caso de competencia desleal que repercute en el precio final que pagan los consumidores.
La posición de los fabricantes
Fabricantes y distribuidores van tomando posiciones en esta batalla. Mahou San Miguel ha insistido en la necesidad de que exista fair play en el mercado para poder “competir en igualdad de condiciones”.
No se niegan a la competencia; es más, según explicaban durante la presentación de resultados de la compañía cervecera, la marca blanca es un competidor más con el que convivir y que, además, les empuja a “hacer las cosas mejor cada día”.
Por su parte, Pascual ha recordado que las decisiones de retiradas temporales de determinados productos por parte de las cadenas de supermercados son habituales y, ante el veto que acaban de recibir por parte de Mercadona, y aún reconociendo que le “preocupa” estar en todos los lineales, afirma que “si no podemos llegar por un sitio a los consumidores, llegaremos por otro”.
Esta nueva batalla entre fabricantes y distribuidores se produce en un contexto en el que los consumidores están cambiando sus hábitos en busca de ahorro y la marca del distribuidor, más económica, ha sido la gran beneficiada.
Las marcas bien posicionadas han sufrido caídas en ventas y los consumidores que les retiraron su confianza nunca han vuelto, pero aguantaron a costa de ganar margen con subidas de precios, una estrategia que ha resultado en una pérdida de mercado.