El Gobierno enmienda su discurso verde: el uso del carbón cuatriplica ya el de 2021
Durante el mes de marzo se está quemando carbón como no se recordaba desde hace años, y eso ha disparado la producción de energía contaminante
La invasión de Ucrania por parte del ejército ruso ha vuelto a meter presión a la ansiada transición energética de los principales países europeos, sobre todo los que se habían marcado objetivos demasiado ambiciosos. Ese es el caso de España, que ha pasado de tener completamente desterrado al carbón a que, en algunos momentos del día, suponga más de un 6% de la energía generada en centrales térmicas quemando esta tecnología.
La utilización de centrales térmicas de carbón, entre las que destaca la de As Pontes de Endesa, se circunscribe a la necesidad de rebajar la presión de precios del gas en determinados momentos, así como a la continua necesidad de suministro cuando las renovables (eólica y solar) no disponen de viento o sol.
Así, en 2021, durante el mes de marzo, España produjo una media diaria de 6 GWh con centrales térmicas impulsadas con carbón. Esa cifra ha quedado pulverizada en este mes de marzo. La media por el momento es de 26 GWh, según los datos que ofrece Red Eléctrica. La importancia de las centrales térmicas ha sido tal, que algunos días concretos se han llegado a producir 34 GWh, multiplicando por dos lo generado por la energía solar los días que llegó a España la calima.
¿Pero no se había puesto final a la quema de carbón? Las empresas que todavía mantienen sus centrales térmicas abiertas, Endesa y EDP, lo hacen por la obligación del Gobierno de tener disponibles dichas centrales para su entrada en funcionamiento si el sistema lo requiere. De esta manera, como están activas, tienen que ofertar su energía en el ‘pool’ energético que, finalmente, entra en el sistema.
Se trata de algo temporal, supuestamente, aunque llevan todo el mes de marzo siendo utilizadas en algunos casos, como se mencionaba anteriormente, generando más energía que algunas renovables. Una situación que contradice todas las tesis planteadas por el Gobierno sobre la transición energética y que, supuestamente, viene motivado por los altos precios del gas que están desvirtuando la subasta del ‘pool’.
Endesa acepta lo que diga el Gobierno
Sobre los planes de cierre de las centrales térmicas por parte de las empresas, en estos momentos están condicionadas por la necesidad de los gobiernos. En el caso español, y lo que se refiere a Endesa, en una reciente conferencia con analistas, su dueña, Enel, ha asegurado que la estrategia de cierre se mantiene intacta, y que solo se ha visto condicionada por las necesidades públicas.
Su CEO, Francesco Starace, aseguraba que la idea es que en 2022 prosiga con el desmantelamientos de las centrales que todavía tienen actividad, aunque se curaba en salud al asegurar que el futuro de la crisis de Ucrania y cómo afecte eso al gas, será algo que se deba tener en cuenta.
Pero al margen de eso, aseguraba Starace en preguntas de los analistas, que todo debe seguir el proceso iniciado de cierres. Aunque afirmaba que esa decisión, en estos momentos, no les pertenece a ellos, sino que son los Gobiernos los que tienen la potestad de no permitir los cierres y, por lo tanto, obligar a presentar ofertas al mercado. La clave está en que no pueden desmantelar las centrales, porque en el actual contexto de volatilidad supondría un potencial problema de abastecimientos si surgen más conflictos con el gas.
Por el contrario, añade Starace, con las plantas abiertas el coste de producción es marginal. Es decir, se consigue la materia prima, que no ha sufrido el castigo de otras materias primas en cuanto al alza de precios, y se pone a operar las centrales. Otra cuestión distinta tiene que ver con la emisión de gases de efecto invernadero que provocan estas plantas y que, lógicamente, es mayor que las energías renovables. Pero cuando no hay sol ni viento, el parque nuclear es el que hay, las alternativas se acaban. Algo que deberá tener en consideración el Gobierno en los próximos años cuando las centrales nucleares apaguen sus reactores.