El Gobierno prevé rebajar previsiones en abril ante las incertidumbres y el menor PIB del estimado en 2021

El Ejecutivo no descarta tener que rebajar al menos medio punto su previsión de crecimiento del 7% este año en función de la ejecución de los fondos europeos y la evolución de incertidumbres como la inflación o la crisis de suministros

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero (i), y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño (d), comparecen en rueda de prensa. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero (i), y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño (d), comparecen en rueda de prensa. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

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El Gobierno de Pedro Sánchez asume ya que «cada vez hay más probabilidades» de que tendrá que rebajar sus previsiones de crecimiento del cuadro macroeconómico, que apuntan a un avance del PIB del 7% este año, debido a la menor inercia del crecimiento de 2021 de la que preveía y en función de las evolución de las incertidumbres actuales referidas a la alta inflación, los precios energéticos, la crisis de suministros y la capacidad de ejecución de las administraciones de los 26.000 millones de fondos europeos consignados para 2022.

Así lo admiten ya fuentes gubernamentales consultadas por Economía Digital, que precisan que aunque todavía no hay una decisión en firme cerrada, ya hay más opciones de que «casi seguro» se tendrá que revisar a la baja el crecimiento previsto en el cuadro macroeconómico del Gobierno que sustenta los Presupuestos de 2022, cuestionado por el consenso de organismos y analistas.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital se limitan a señalar que «de momento» no hay ninguna decisión tomada al respecto, pero apuntan que los momentos de actualización de las previsiones del cuadro macro son con motivo de la remisión del Programa de Estabilidad a Bruselas, en torno al 30 de abril, y del envió del Plan Presupuestario, alrededor del 15 de octubre.

Así las cosas, el equipo de Nadia Calviño y la Oficina Económica de Moncloa siguen muy de cerca la evolución de los distintos indicadores diarios de actividad, de los que dispone desde hace un tiempo para intentar ajustar sus estimaciones de cara al Programa de Estabilidad, aunque confían en que en estos tres meses de margen la economía pueda acelerarse al calor de los fondos europeos y la corrección progresiva de las incertidumbres.

Posible rebaja de «al menos» medio punto

A pesar de que en Moncloa confían en poder dar un impulso a la economía antes de finales de abril para evitar una rebaja de gran magnitud, a día de hoy las mismas fuentes señalan que si se tuviese que acometer una rebaja sería de una magnitud de «al menos medio punto de PIB», sin llegar a alcanzar un «máximo» de en torno a 1,3 puntos de PIB, es decir, unos 15.000 millones de euros menos de crecimiento del previsto.

Esta previsión interna y no oficial casa con las palabras realizadas a mediados de mes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la XII edición del foro ‘Spain Investors Day’, en donde asumió ante los fondos de inversión que España registraría un crecimiento del ordne del 5% en 2021, omitiendo la estimación del 6,5% del Ejecutivo, y para el ejercicio 2022 citó también la estimación de una tasa «superior al 5%» de los organismos, obviando por completo el 7% de su cuadro macroeconómico.

También concuerda esa revisión extraoficial con el consenso del Panel de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que aglutina las previsiones de 20 de los principales organismos y analistas y que sitúa el pronóstico para 2022 en el 5,6%. Ese entorno es en el que la actualidad podría situarse el cierre del ejercicio, según estiman organismos como el FMI (5,8%), la Comisión Europea (5,5%), OCDE (5,5%), BBVA Research (5,5%) o la Cámara de Comercio (5,5%).

Revisión de indicadores: no se recuperará el nivel de PIB prepandemia en el primer trimestre

En cualquier caso, no será hasta «bien entrado abril» cuando se tomará la decisión definitiva, mientras que sigue al dedillo el conjunto de indicadores sintéticos de la actividad desarrollado por el departamento de Asuntos Económicos para medir el pulso de la realidad económica de una manera más próxima respecto al retraso habitual de las grandes estadísticas del INE o los distintos ministerios y organismos.

Estos indicadores de actividad diaria reúnen información sobre el uso de tarjetas de crédito, ventas de grandes empresas, ventas minoristas, empleo o consumo de electricidad, entre otros, y de ellos se vale la vicepresidenta para destacar que la economía española ha recuperado los niveles de actividad diaria previos a la pandemia.

Aunque algunos indicadores ya superan incluso los niveles de 2019, como los buenos datos de afiliación a la Seguridad Social, el récord de la recaudación fiscal, con un alza del 15%, hasta los 223.382 millones, o el turismo, lo cierto es que se antoja cuasi imposible que se pueda el PIB al uso pueda recuperar su nivel prepandemia en el primer trimestre del año como vaticinó Calviño, a tenor de los últimos datos de Contabilidad Nacional del cuarto trimestre de 2019, que reflejan que aún queda un trecho de más del 4% para alcanzar el volumen de entonces.

El menor crecimiento de 2021, inflación y crisis de suministro

Entre los factores que influirán sobre todo en la probable revisión a la baja se encuentra se encuentra el menor crecimiento del previsto en 2021 que durante meses llevaban advirtiendo la práctica totalidad de organismos nacionales e internacionales. El dato adelantado el pasado viernes por el INE confirmó los malos augurios al limitar el crecimiento al 5%.

En el Ministerio califican el dato de «robusto» al ser el mayor alza del PIB en 21 años, eso sí, teniendo en cuenta el desplome del 10,8% del año de la pandemia, pero que se queda 1,5 puntos por debajo del 6,5% que calculaba el Ejecutivo, y ello a pesar de que había rebajado ya sus pronósticos desde la horquilla inicial de ente el 7,2% y el 9,8% (con fondos europeos) inicial.

Precisamente el mayor repunte de la actividad del cuarto trimestre (del 2%, seis décimas menos del trimestre previo), influido por la sorprendente caída del consumo de los hogares ante el impacto de ómicron, es uno de los factores que explican el menor crecimiento de 2021 y también la menor inercia que traerá el PIB del año pasado al ejercicio actual respecto a lo que esperaba el Gobierno y es, por tanto, uno de los factores que motivan esa eventual rebaja. Eso sí, el inusual desacople entre la rápida recuperación del empleo y los ingresos tributarios respecto al PIB se ajustó al término del ejercicio.

Entre los principales factores que determinarán la revisión de las previsiones se encuentra la inflación, que cerró con una media del 3,1% en 2021, pero en diciembre escaló al 6,5% y la media prevista para este año se sitúa en el 3,7%, aunque desde Economía creen que no debe sorprender al venir de datos de inflación muy baja e, insisten, será un fenómeno transitorio que se irá corrigiendo en el curso del año.

Esta previsión de los organismos, como el Banco de España y el BCE, también se extiende a la preocupación por los altos precios energéticos, que confían en que se empiecen a moderar desde la primavera, al igual que la crisis de suministros por los problemas de oferta ante el aumento de la demanda tras las restricciones y la escasez de materias primas. También se tiene el ojo puesto en los cambios de la política monetaria ante la posible subida de los tipos.

La clave: el ‘maná’ de los fondos europeos

Pero sin duda en lo que andan centrado en Moncloa es en dar un impulso a los fondos Next Generation UE, después de la limitada ejecución en 2021.  A cierre de año, más del 91% (22.124 millones) del total de 24.198 millones de fondos europeos presupuestados habían sido autorizados, y solo el 45,5% (11.001 millones de euros) de los pagos habían sido realizados, aunque habrían llegado apenas 3.000 millones, según cálculos de BBVA Research.

En 2022 se podrán ejecutar los remanentes del año anterior, para garantizar la inversión del 100% de los fondos, pero los analistas creen que solo se ejecutará la mitad del total de 26.900 millones presupuestados, y ello contando con el ‘efecto bola de nieve’ de los remanentes del año pasado por los fondos no ejecutados. Tras el primer desembolso de 10.000 millones a finales de diciembre tras cumplir 52 hitos, sumado a los 9.000 millones de prefinanciación recibidos en agosto, el Gobierno espera la validación a la siguiente remesa de hitos para poder recibir el siguiente desembolso de 12.000 millones.

A mediados de enero Sánchez prometió al Ibex y a los fondos de inversión el lanzamiento de 150 convocatorias que movilizarán 17.000 millones de euros de fondos europeos en el primer semestre del año. Más allá del impacto de los fondos y de la magnitud del crecimiento, en el Gobierno subrayan que se van a cumplir los objetivos de reducción del déficit (8,4% en 2021 y 5% en 2022) y de deuda, incluso si se da un escenario macroeconómico que no sea tan positivo. BBVA Research estima que el déficit podría haber cerrado 2021 incluso en el 7% del PIB.

Desde el Gobierno subrayan a Economía Digital que lo importante será asegurar que no se trata de un rebote pasajero sino de una «recuperación sólida» para aprovechar el nuevo ciclo económico y modernizar la economía con el fin de lograr un crecimiento «sostenible, consistente y duradero» a medio y largo plazo.

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