El Gobierno fía las previsiones de los PGE al crecimiento en la segunda mitad de año
El Gobierno confía en el crecimiento en el tercer y cuarto trimestre para no modificar las previsiones de PIB que sustentarán los Presupuestos de 2022, pese a la importante rebaja realizada por el INE sobre el tercer trimestre.
El Gobierno ha analizado los datos de la profunda rebaja del 2,8% al 1,1% del crecimiento del segundo trimestre realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y no modificará el cuadro macroeconómico que sustentará los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022.
Al menos esa es por ahora la intención del Ejecutivo, ya que según confirman fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos a Economía Digital «de momento no hay nada previsto» y sobre la profunda rebaja de previsiones del INE se limitan a puntar que el organismo publica en su página web con antelación la fecha de publicación de las estadísticas.
Así las cosas, recuerdan que el cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos es el referido a 2022, y no al de 2021, si bien expertos y analistas explican que podría tener algo de incidencia, aunque no mucha ya que el Gobierno mantiene sus previsiones de crecimiento en el 6,5% este año y el 7% en 2022.
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, defiende que las previsiones macroeconómicas publicadas recientemente por el Ejecutivo «son realistas» y que la economía española alcanzará «velocidad de crucero en 2022» gracias a los fondos europeos.
Fuentes gubernamentales explican que se han analizado las cifras pero no tendrá gran relevancia en las grandes cifras de las cuentas públicas que ultima el Gobierno más allá de algún retoque sin relevancia, aunque la aprobación del proyecto presupuestario se ha aplazado una semana, al 8 de septiembre ante las desavenencias todavía entre PSOE y Unidas Podemos sobre las reforma fiscal y el límite al precio de alquiler, que finalmente se quedaría al margen de los PGE.
«No tendrá mucha incidencia» en los PGE
«Sin poner en duda que la revisión del INE responde a cuestiones técnicas, aunque sea difícil entender algunos aspectos de la misma, todo apunta a que tendrá muy poca repercusión en cuanto a la elaboración de los presupuestos«, explica a Economía Digital el catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad de Valencia e investigador asociado de Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), José Emilio Bosca.
Y es que el pasado martes, dos días antes de la revisión del INE, que la vicepresidenta Calviño «debía conocer», ésta anunció las previsiones de crecimiento del Gobierno, lo que indica que es «muy probable» que en el tercer trimestre se recupere gran parte de lo perdido en la revisión.
En la misma dirección apuntan muchos indicadores utilizados por analistas de coyuntura y centros de estudios, que muestran que la recuperación es más sólida de lo que la revisión parece indicar. En cualquier caso, Bosca apunta que «hay que estar muy atentos a los próximos avances del INE, dado que la incertidumbre sobre la solidez de la recuperación es ahora mayor que antes de la revisión».
La rebaja del INE: el consenso apunta a un crecimiento inferior al 6%
Aunque no vaya a tener repercusión en los Presupuestos, la rebaja del INE del crecimiento del segundo trimestre está llevando a las principales instituciones y organismos a ultimar reducciones generalizadas en sus previsiones de crecimiento, hasta el entorno de entre el 5,5% y el 6%.
La economista senior de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), María Jesús Fernández, señala que se trata de un recorte “muy fuerte” y «excesivo» a tenor de los indicadores que modifica “mucho” el escenario que se venía manejando, y es “chocante” porque significa que “no ha habido en absoluto un rebote” tras la apertura de la actividad y el fin del Estado de alarma.
El presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE), Antonio Pedraza, llega a tildar, en declaraciones a Economía Digital, de “barbaridad” y “error tercermundista” la rebaja de estimación de crecimiento del INE, sobre todo por las consecuencias a nivel estadístico.
Con todo, tanto Funcas como el CGE consideran que el tercer trimestre sí presentará un crecimiento superior al del segundo trimestre y por fin se hará más palpable la reactivación económica tras el fin del Estado de alarma, la disminución de restricciones y la recuperación de una mayor actividad y turismo.
El Banco de España también coincide y prevé que el PIB rebote un 2,7% en el tercer trimestre. El martes de la semana pasada elevó sus previsiones al 6,3% el crecimiento de este año y al 5,9% en 2022, dos días antes de la rebaja del INE del segundo trimestre, pero revisará estas cifras.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, indicó ayer durante su intervención en un acto organizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación Ernest Lluch que la rebaja del INE ha sido “bastante significativa”. Por ello, los analistas y economistas del organismo analizarán “con detalle” el dato agregado y la composición para determinar hasta qué punto va a ser necesaria una revisión del conjunto del año y su repercusión para 2022.
El cuadro macro
De cualquier forma, las nuevas cuentas públicas se sustentarán con unas previsiones de crecimiento del 6,5% este año y un 7% en 2022, en paralelo a unas tasas de referencia del déficit público del 8,4% del PIB este año y el 5% el próximo, en un contexto de suspensión de reglas fiscales.
Calviño anunció el pasado martes, dos días antes de la rebaja del INE del crecimiento del segundo trimestre, que el Gobierno mantenía su cuadro macroeconómico e incluso sostuvo desde la “necesaria prudencia”que si se mantiene la tendencia actual “todo apunta a que la economía española recuperará el nivel de actividad diaria y de empleo previo a la pandemia antes del final del año en curso”, incluso en el caso del empleo algo antes.
La recuperación vendrá impulsada por el consumo privado, con un alza del 8% y el 6,9% en cada ejercicio y a diferencia de otras crisis por la inversión de bienes de equipo (+16,5% y +18,3%), al calor de la ejecución de las inversiones del Plan de Recuperación. La demanda nacional aportará casi 6,5 puntos este año y el sector exterior una décima.
El techo de gasto de los PGE
El Gobierno ya aprobó el pasado 27 de julio el límite de gasto no financiero, conocido como ‘techo de gasto’, con un nivel récord de 196.142 millones para 2022, la base para la elaboración de las nuevas cuentas públicas.
Este ‘techo de gasto’ récord incorpora 25.622 millones millones de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, un 2,5% más de anualidad, así como una transferencia de 18.396 millones para la Seguridad Social, un 32,1% más que la transferencia “equilibradora” de 13.929 millones de este año.
Los PGE de 2022 serán por tanto los primeros que incorporen este compromiso de que el Estado asuma los gastos impropios de la Seguridad Social para liberar al sistema de gastos impropios y revalorizar las pensiones con arreglo al IPC.
Con estas cifras, la apuesta del Ejecutivo es clara y pasa por mantener el gasto estructural elevado y la política económica expansiva de cara a las nuevas cuentas públicas del próximo año, fiando la corrección del déficit público en el crecimiento económico al albur de los fondos europeos.
La propia Montero admitió que se trata de un ‘techo de gasto’ “ambicioso” que permitirá absorber la reducción del déficit en estos años e ir en línea con los compromisos adquiridos con la UE, a través de unos Presupuestos que “consolidarán la recuperación, la creación de empleo y apuntalarán el Estado de bienestar”.
Y este ha sido un punto de partida de consenso para los Presupuestos de consenso entre el PSOE y Podemos, ya que en la ‘formación morada’ valora que el techo de gasto mantiene los fuertes estímulos fiscales del año pasado y afianza un “cambio d paradigma”, de forma que el Estado garantice la recuperación de la inversión, el empleo y la cohesión social.
Los PGE se retrasan una semana: objetivo del 1 de enero
A pesar de retrasarse una semana la aprobación del proyecto de PGE de 2022 en el Consejo de Ministros por las diferencias sobre los impuestos y el límite a los alquileres, la intención es que las cuentas puedan aprobarse “en tiempo y forma” según el calendario ordinario, de forma que se dé luz verde en el Consejo de Ministros del 8 de septiembre, para que dé tiempo a su tramitación parlamentaria y puedan entrar en vigor el 1 de enero de 2022.
La vicepresidenta Nadia Calviño ha apremiado en el seno del Gobierno a no dilatar más la aprobación de las cuentas públicas para que haya margen suficiente para acometer las reformas pendientes, como la reforma laboral, las inversiones en digitalización y transición ecológica y en otros campos, según señalan fuentes gubernamentales.
Los nuevos Presupuestos volverán a ser expansivos para incluir los fondos europeos que recibirá España, que será en 2022 una mayor cantidad de la prevista, con el fin de impulsar la recuperación y la reactivación de los distintos sectores, tras la batería de medidas aprobadas para proteger el tejido productivo y el empleo, que ha supuesto un endeudamiento de casi 150.000 millones entre 2020 y 2021.
Si se lograsen cumplir esos plazos sería la primera vez desde 2016 en la que los Presupuestos son aprobados en los tiempos establecidos por la Constitución (el artículo 134 establece que el proyecto de PGE debe presentarse al Congreso de los Diputados al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior), es decir, antes de que acabe septiembre.
Las anteriores cuentas públicas de 2017 y 2018 del Gobierno de Mariano Rajoy se tramitaron con el ejercicio en curso y en 2019 y 2020 no se llegaron a aprobar nuevos presupuestos al rechazarse en el primer caso y ni siquiera presentarse en el segundo. Los actualmente en vigor, de 2021, s e aprobaron a finales de octubre, pero se acometió una tramitación exprés y finalmente entraron en vigor el 1 de enero.