El Gobierno celebra la ‘excepción ibérica’ pero oculta quién la pagará

El Ejecutivo de Pedro Sánchez vuelve a cantar victoria antes de que se conozcan todos los detalles de un acuerdo

La ministra Ribera con su homólogo portugués

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Con una importante dosis de pompa y boato, el Gobierno ha celebrado el acuerdo político alcanzado en Bruselas sobre la denominada ‘excepción ibérica’ que permitirá a España y Portugal tomar medidas temporales y concretas para intervenir el mercado eléctrico poniendo un tope al gas como tecnología energética y que, de este modo, no distorsione los precios mayoristas. El problema es que la negociación tiene una ‘cara b’ a la que el Ejecutivo de Pedro Sánchez todavía no quiere poner rostro; en concreto, cifras.

Lo que ha trascendido a través de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, es que durante un año España y Portugal podrán topar el precio del gas en 40 €/MWh durante un periodo inicial, y luego alrededor de 50 €/MWh el resto del tiempo. La cuestión es que las empresas que usan el gas para activar los ciclos combinados, y que hacen sus compras de materia prima para ello, seguirán artificialmente cobrando lo mismo.

Ese es el denominado ‘gap’ que alguien tendrá que pagar. Es decir, si una eléctrica dice que su gas cuesta 80 €/MWh, recibirá una compensación de 40€ en base a ese tope que se ha puesto. Pero sobre esta cuestión, de momento, no hay nadie en el seno del Gobierno que haya hecho aclaraciones de manera pública.

Lo que único que ha trascendido de una entrevista realizada a la ministra Ribera hace unos días es que esto podría salir del bolsillo de los consumidores y el ‘sistema’ -sin más explicaciones y aclaraciones, como este martes-. No obstante, la también vicepresidenta aclaraba que, en todo caso, sería un ahorro para los usuarios y, además, se podría involucrar a las eléctricas en el pago de ese ‘gap’.

Pese a todo, el Gobierno ha vuelto a anunciar algo como el resultado final, pese a que no se conocen los detalles. En concreto, y así lo han hecho constar, lo anunciado por la ministra Ribera se trata de un acuerdo político con Bruselas. Ahora falta el dogma normativo y técnico que será el que marque las pautas y, sobre todo, la letra pequeña. Mucha letra pequeña.

Esto a quién afecta y cómo

Los principales beneficiados de esta medida, al menos de manera directa, serán los clientes que estén sometidos al mercado regulado (PVPV), tanto residentes como empresas. Éstos últimos, sobre todo la gran industria, debería salir beneficiada de esta pequeña aminoración de los precios, aunque la rebaja no será tan grande como se esperaba, y la tensión de costes se mantendrá muy elevada.

Ahora está por ver cómo reaccionan los mercados internacionales del gas a esta intervención del sistema eléctrico ibérico. Si asumen que nada va a cambiar, y habrá una subvención de facto para las empresas en el uso de gas, los precios seguirán siendo altos, y los costes de ese ‘gap’ irán en aumento. Algo que, al final, no habría servido para nada, sobre todo porque esa diferencia invisible tarde o temprano deberá ser abonada a las empresas que enciendan sus ciclos combinados de gas.

Los flecos técnicos

La exportación de electricidad a Francia era uno de los asuntos por ajustar en el acuerdo y, en ese sentido, la ministra española explicó que «el consumidor francés tendrá que pagar lo mismo que el consumidor ibérico» en un contexto en el que «ahora que Francia también siente la necesidad de acelerar las interconexiones».

Uno de los puntos «sensibles» de la negociación con las autoridades comunitarias ha sido cómo articular las exportaciones de electricidad desde la península Ibérica a Francia, según reconoció la vicepresidenta española, puesto que Bruselas temía que pudiera distorsionar el mercado interior.

En consecuencia, las exportaciones de electricidad al país vecino se realizarán al mismo precio de referencia que en la península, pero «a cambio» Bruselas se ha comprometido a mejorar las interconexiones entre España y Portugal, cuyo «bajísimo» nivel es «la principal restricción de los consumidores españoles y portugueses para poder disfrutar de las ventajas del mercado interior».

Raúl Masa

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