El Gobierno pierde el control de la ‘excepción ibérica’ por la subida del precio del gas
El mercado mayorista de la luz volverá a tensionarse a partir del invierno debido a los altos precios del gas
El mecanismo ibérico para topar los precios del gas que usan España y Portugal desde mediados de junio, y que de esta manera hace disminuir el precio del mercado mayorista, ha tenido un buen funcionamiento durante las primeras semanas. Sin embargo, desde que Rusia ha vuelto a amenazar con recortar el suministro de gas a Europa, este mercado ha disparado los precios, y eso ha tenido un impacto directo en España, que durante los últimos días ha sufrido un repunte de precios que deja a la ‘excepción ibérica’ con menos capacidad para amortiguar el golpe.
Y es que el tope del gas tiene su mayor capacidad de rendimiento ante un escenario normalizado donde las renovables entran de manera activa en el sistema y el mercado del gas tiene unos precios razonables -dentro del subidón experimentado desde hace un par de años-. Cabe recordar que la ‘excepción ibérica’, pese al tope de 40 €/MWh durante los primeros meses con el que las energéticas pueden meter el gas en el mix, debe pagar a dichas compañías una compensación por el valor real de mercado. Por lo tanto, cuanto más suba el gas, más presión mete sobre el mecanismo ibérico, sube el ‘gap’ a compensar, y termina subiendo el precio del ‘pool’.
¿Y por qué se viene un invierno y posterior primavera de descontrol? En primer lugar, diversos protagonistas han confirmado el peor de los escenarios. La propia ministra para la Transición Ecológica, Teres Ribera, explicaba esta semana que España debe prepararse «para un posible escenario de escasez de gas en la UE durante los próximos meses» aunque actualmente el país «no afronta problemas de seguridad de suministro».
Es decir, nuestro país no sufrirá el impacto directo de abastecimiento como pueden tener en Alemania o los estados centroeuropeos, pero no se puede escapar al alza de precios. Algo que ha recordado el CEO de Enagás, Arturo Gonzalo, durante la presentación del Plan Estratégico de la compañía. El directivo del gestor del gas recordaba, igualmente, que problemas de suministro no habrá, pero que las empresas se encuentran expuestas a los contratos a corto plazo y, por lo tanto, tendrán que trasladar las subidas.
El problema de los precios
El miedo en el seno del Gobierno lo marcan diversos factores, y todos derivados de las tensiones que se generan por los cortes de gas ruso. El primero de ellos tiene que ver con los mercados de futuros. De acuerdo al MEFF, los precios para 2023 se sitúan por encima de los 200 €/MWh a lo que se debe sumar la compensación del gas.
Ante esta visión coinciden expertos del sector. El socio director de Advanced Energy Consulting, Jordi Martínez, asegura que los actores del mercado están muy nerviosos. «Estamos viendo empresas con mucha exposición viendo que el mecanismo de ajuste del cap del gas no está frenando las pérdidas en su P&L, y además el futuro cercano no arroja precios halagüeños. La esperanza de la laminación a través de acuerdos a medio y/o largo plazo se desvanece, ya que el mercado está muy corto de energía y las empresas comercializadoras están viendo mucho riesgo en estos productos».
Además, según explica Jordi Martínez, esto de trata de un problema de mercado, y es que «las comercializadoras están haciendo frente a garantías muy elevadas en todos los mercados para poder operar, falta de liquidez y proyectos para diversificar y poder ser más competitivas en su aprovisionamiento. Sin unos mercados o instrumentos líquidos las comercializadoras independientes van a la quiebra, solo vivirán las incumbentes o aquellas que cuenten con fondos importantes detrás o una cartera de generación que les haga ser competitivos».
Pocas certidumbres
Para intentar algo de previsión a la situación, si no de precios, al menos de suministro, la ministra ha mantenido varias reuniones con representantes de las asociaciones de consumidores, del sector energético y de los agentes sociales, dentro de la ronda de contactos institucionales que mantiene en el proceso de elaboración del Plan de Contingencia de seguridad energética del país.
«Los países europeos debemos prepararnos para un escenario de escasez de gas en los próximos meses, como resultado de la guerra en Ucrania. España no afronta problemas de seguridad de suministro, pero como los demás socios comunitarios, estamos diseñando un Plan de Contingencia para afrontar dicho escenario de un modo coordinado con nuestros vecinos y con la Comisión Europea», ha señalado la vicepresidenta.
Ribera ha explicado que el Plan de Contigencia gira «sobre tres ejes». «Cómo podemos impulsar el uso más inteligente posible de la energía desde el punto de vista del ahorro y la eficiencia; cómo podemos sustituir el gas por otros combustibles y avanzar en la electrificación y la implantación de gases renovables; y de qué manera podemos ayudar a países vecinos en peor situación y con peores perspectivas que nosotros», ha añadido.
«Para elaborar el Plan nos estamos reuniendo con distintos actores: el sector energético, los grandes consumidores industriales, las organizaciones de consumidores y usuarios, los agentes sociales y varias administraciones autonómicas y locales», ha defendido la ministra, que ha apuntado que también compartirán el plan con los grupos parlamentarios. Tras ellos, «y atendiendo a las recomendaciones que la Comisión presentará próximamente», el Gobierno abrirá otra ronda de contactos antes de elevarlo al Consejo de Ministros, ha concluido la ministra.