El Gobierno se da enero para cerrar una subida que aproxime el SMI a 1.000 euros este año
La patronal se abre a acordar una subida a largo plazo pero rebaja expectativas al exigir que se contemple el incremento de los costes, mientras los sindicatos presionan por un SMI de 1.000 euros y que suban un 3,7% los salarios en los convenios
Un margen de dos semanas. Ese es el plazo que se da el Ministerio de Trabajo y Economía Social liderado por Yolanda Díaz para tratar de cerrar con la patronal y los sindicatos una nueva subida que permita aproximar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 965 euros actual a cerca de los 1.000 euros al mes en 14 pagas, un nivel que a priori rechazan los empresarios.
La hoja de ruta que se ha marcado el departamento de Díaz pasa por cerrar con los agentes sociales el nuevo incremento del SMI en el mes de enero, según confirman a Economía Digital en fuentes del Ministerio, si bien desde Moncloa no descartan que pueda retrasarse «unos días más» la subida en función de los plazos de la negociación que dependen en parte de «otros factores».
Por el momento ni patronal ni sindicatos han recibido cita para reunión alguna de la mesa de diálogo social con este fin y fuentes de ambos lados señalan que la complicada negociación de la reforma laboral en la tramitación parlamentaria estaría pudiendo influir y posiblemente la reunión se producirá «cerca del final de este mes», con lo que la aprobación en el Consejo de Ministros podría postergarse al mes de febrero.
Eso sí, el alza que se acuerde finalmente se producirá con carácter retroactivo desde el 1 de enero, de forma que más de 1,5 millones de trabajadores (o cuatro millones, según UGT), se beneficiarán de la mejora salarial desde el inicio del año y no cuando se produzca su aprobación.
Subida de entre 24 y 40 euros
Respecto a la subida que podría ver la luz, desde el Ministerio de Trabajo confirman que el objetivo es continuar con la senda de alza recogida en el informe de la comisión asesora para el análisis del SMI presentado el pasado mes de julio, que planteaba tres escenarios.
El primer escenario pasaba por suponer que el salario medio subía un 1,8% en 2020, el segundo un 0,9% y el tercero que no había incremento alguno. Así, para 2021 planteaban un alza de 19 euros, 15 euros o 12 euros, en función de cada escenario. Finalmente el Gobierno acordó el pasado mes de septiembre con los sindicatos, sin el consenso de la patronal, elevar en 15 euros el SMI para los últimos cuatro meses del año, hasta los 965 euros al mes en 14 pagas.
En lo referido al año concerniente, 2022, el primer escenario fijaba una subida de 40 euros, el segundo de 31 euros y el tercero de 24 euros. Por lo tanto, el incremento que confirman desde el Gobierno que se llevará a cabo estará en la horquilla entre los 24 y los 40 euros, de forma que el SMI escalará a una horquilla de entre 989 y 1.005 euros.
Dado que el alza aprobado fue el del segundo escenario, si se repite ese esque, la subida de este año podría ser de cerca de 31 euros, de forma que el SMI que perciben cerca de 4 millones de trabajadores se situaría bajo ese supuesto en 996 euros este año.
Este año también se aprobará otro alza para 2023
Pero los cambios en el Salario Mínimo no se limitarán este año solo al alza que se termine de determinar entre enero y febrero para el conjunto de 2022, sino que el Gobierno también tiene previsto acordar este año el incremento para el ejercicio 2023, tal y como se venía haciendo habitualmente hasta el año pasado.
El Plan Anual Normativo de 2022 incluye la aprobación de dos reales decretos para subir el SMI tanto en 2022 como en 2023. Eso sí, incorpora una cláusula en la del año que viene que fija que la medida está «sujeta a evaluación», algo habitual también en otras muchas normas para calibrar el impacto sobre la economía en su conjunto o sectores de la misma.
Para el próximo año, 2023, el informe del comité de expertos apunta que el incremento debería ser de otros 40, 31 o 25 euros, de forma que el nivel máximo que podría alcanzar el SMI en la legislatura sería de alrededor de unos 1.045 euros, en línea con el objetivo del gobierno de alcanzar el 60% del salario medio que establece la Carta Social Europa
Reticencias de CEOE y exigencia sindical de 1.000 euros
Con todo, en el seno de CEOE se abren a negociar una senda de aumento a largo plazo, pero alejan expectativas y son tajantes al fijar el requisito de que en el eventual alza del SMI que pueda ver la luz se tengan muy en cuenta los aumentos de costes que están sufriendo las empresas, como los salariales por el alza de cuotas o los altos precios energéticos, según apuntan a Economía Digital en fuentes de la patronal.
Tras cerrar la reforma laboral, fuentes de la organización señalan que no tendrán una «cerrazón» en la negociación colectiva y confían en lograr un acuerdo, pero también señalan que «no es el momento» de llevar a cabo otro alza del SMI, ante esa presión de los costes y ante el reciente aumento del SMI aprobado para el último cuatrimestre de 2021.
De su lado, los sindicatos llevan semanas advirtiendo que exigirán que se suba el SMI a 1.000 euros este año, especialmente ante el incremento de la inflación, que cerró diciembre con un repunte del 6,5% y una media en el conjunto del año del 3,1%, de forma que los perceptores del SMI habrían perdido 2,6 puntos de poder adquisitivo, ya que el alza del SMI fue del 1,58%, y solo efectivo para los últimos cuatro meses del año.
En este punto, los líderes sindicales están comenzando a presionar para que se dé inicio a la negociación del SMI con la exigencia del nivel de mil euros. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha subrayado que se trata de un compromiso de todo el Ejecutivo adquirido el pasado mes de septiembre, y no solo del Ministerio de Trabajo. La medida afectará a unos cuatro millones de trabajadores, según sus cálculos.
En la misma línea el líder de CCOO, Unai Sordo, sentencia que para ellos es «absolutamente descartable» un escenario como el año pasado en el que se mantenga congelado el SMI varios meses, de forma que marca la línea roja de que la subida rija para todo el ejercicio 2022.
En medio de la complicada negociación de la reforma laboral
Las dificultades en las negociaciones en la tramitación para la reforma laboral es uno de los motivos que estaría retrasando en parte la convocatoria de la mesa de diálogo para cerrar la subida del SMI en 2022. Y es que la coalición no quiso abrir el melón del SMI en plenas negociaciones, tras haberlo subido en septiembre sin el consenso de la patronal, y ahora estaría calibrando los plazos conforme a las negociaciones de la tramitación parlamentaria.
Lo cierto es que las negociaciones para la reforma laboral se antojan complicadas ante las reticencias de ERC, PNV y Bildu de convalidar la reforma con el texto actual, al exigir la prevalencia del convenio autonómico sobre el de empresa, entre otros puntos, lo que está llevando al PSOE a explorar la vía del apoyo de Ciudadanos (y PNV) para evitar cambios en el texto acordado con patronal y sindicatos.
Mientras, Unidas Podemos da prioridad a los socios habituales del Gobierno y ya pide «otras concesiones» a Pedro Sánchez para estos aliados a cambio de convalidar la reforma sin cambios. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, fue determinante al confiar el cierre de
Con todo, la idea en el Gobierno es que las negociaciones de la tramitación parlamentaria de la reforma laboral no enturbien la negociación del SMI y los siguientes flecos en otros campos, como en políticas activas.
Los sindicatos piden subir salarios un 3,7% y CEOE lo rebaja a un 2%
De igual manera, ambos sindicatos llevan semanas exigiendo ya a la CEOE que negocie un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) este mismo mes o en febrero, una vez se resuelva el trámite parlamentario de la reforma laboral. DE hecho, llegaron a protestar por ello los propios líderes sindicales a las puertas de la sede de la CEOE amenazando con un invierno de «infierno» si se bloquean las subidas salariales.
Los sindicatos presionan para reivindicar el desbloqueo de la negociación de los convenios y renovar el AENC; caducado desde el año pasado, ya que el último fue suscrito para el periodo 2018-2020, con un alza salarial planteado del entorno del 2% más un punto porcentual adicional ligado a conceptos como la productividad, los resultados empresariales o el absentismo laboral.
Tal y como adelantó este medio, los sindicatos exigirán una subida mínima del 3%. UGT ya ha pedido que los convenios recojan un incremento salarial para 2022 superior a la previsión de la inflación media del 3,7%, toda vez que los asalariados perdieron 1,6 puntos porcentuales de media de poder adquisitivo en 2021 (la subida media en los convenios en 2021 fue del 1,47%) y 26 puntos en el caso de los receptores del SMI.
Frente a las pretensiones sindicales, desde CEOE señalan a Economía Digital que las empresas han realizado un esfuerzo “muy importante” para mantener el empleo durante los últimos meses ante el impacto de las restricciones y la crisis de la pandemia, y se suman los problemas por la escasez y el aumento de los precios de las materias primas, así como el elevado coste de la energía, en un momento además de caída de la productividad.
En este sentido, en el seno de la patronal se estaría dilucidando si dar inicio a la negociación del AENC pero avisan de que no impulsarán una subida que exceda del 2%, prácticamente la mitad de lo que empiezan a pedir los sindicatos a tenor de los últimos datos de inflación. CEOE frena una gran subida salarial al sostener que el alza de la inflación del 6,5% en diciembre tiene un fuerte componente de ‘efecto base’ debido. a que en 2020 los precios cayeron en gran medida, y pide evitar su traslado a los salarios para no prolongar su efecto.