El Gobierno deja sin datos actualizados su plan contra la pobreza energética en plena crisis
La crisis energética ha impactado de tal manera en el último año que los datos de 2021 quedan desactualizados por completo
El Ejecutivo lanzĂł en la primavera de 2019 un ambicioso plan contra la pobreza energĂ©tica. Se trataba de una estrategia que contemplaba un diagnĂłstico de la situaciĂłn, y establecĂa la primera definiciĂłn oficial de pobreza energĂ©tica, además de unos ambicioso objetivos de reducciĂłn. El problema es que la revisiĂłn de sus datos va muy desactualizada. Eso hace perder la fotografĂa real de la situaciĂłn.
La ‘Estrategia Nacional contra la Pobreza EnergĂ©tica 2019-2024‘ es necesaria y muestra el interĂ©s del Gobierno por apoyar a las personas con rentas más bajas. El problema es que, en apenas dos años de vida, sus objetivos quedan en entredicho por algo fundamental: los datos no se ajustan a la realidad.
Junto a la definición oficial, el gran objetivo del Ejecutivo de Pedro Sánchez era tener un marco referencial para aplicar nuevas medidas en torno al bono social, asà como otra clase de ayudas. Además, según explican en el plan, la estrategia planeta un marco de concesión automática con respecto al bono para las familias que lo necesiten.
Bajo este contexto, el Gobierno se comprometiĂł a tener datos actualizados cada año en base a los criterios que miden dicha pobreza energĂ©tica. En concreto, explicaban en la presentaciĂłn del plan que cada mes de octubre tendrĂan dichos datos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, el Ăşltimo año la actualizaciĂłn de los indicadores llegaron en diciembre de 2021.
Es decir, fue a finales de ese año cuando se pusieron en negro sobre blanco las cifras que pertenecĂan a 2020. Y aquĂ es donde llega el gran desfase. Este año no se sabe bien cuándo llegarán esos datos. El problema es que este año se ha visto agravado por la crisis energĂ©tica derivada del conflicto militar que se vive en Ucrania. Por lo tanto, las economĂas familiares han podido cambiar de manera drástica en cuestiĂłn de meses.
Datos de 2021, Âżen 2023?
Para el análisis de los datos, el Gobierno se basa, entre otros indicadores, en dos macroencuestas del Instituto Nacional de EstadĂstica (INE). Se trata de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) y la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF). Ambas, segĂşn ha podido conocer ECONOMĂŤA DIGITAL en fuentes del organismo estadĂstico, no saldrán hasta este verano.
DespuĂ©s es el Gobierno quien meses más tarde publicará la actualizaciĂłn de 2021, con un poco de suerte antes de que termine 2022, pero con unos datos que no reflejarán de ninguna de las maneras el estado de las familias en materia de energĂa.
Cabe recodar que fue a mediados de 2021 cuando ya se dejaron notar los primeros sĂntomas de la crisis geopolĂtica con Ucrania y los precios del gas empezaron a subir, y como consecuencia el mercado mayorista incremento el coste del MWh, y finalmente se vio reflejado en el recibo domĂ©stico. Una situaciĂłn que se ha intensificado exponencialmente en este inicio de 2022.
Por lo tanto, la cifras que se den de 2021, al finalizar este año, dibujarán una fotografĂa que nada -o casi nada- tiene que ver con la realidad. Y siempre contando que no haya más retrasos de lo habitual en la publicaciĂłn de la actualizaciĂłn.
Unos datos preocupantes
Lo peor de todo es que los datos actualizados ya reflejan que la situaciĂłn no ha mejorado desde que se puso en marcha la estrategia. En concreto, este instrumento, dividido en cuatro ejes de actuaciĂłn y 19 medidas, ofrecĂa por primera vez una definiciĂłn oficial sobre la pobreza energĂ©tica, establecĂa indicadores para su seguimiento -que determinan que, en la actualidad, existen entre 8,1, y 3,5 millones de personas que cumplen algunos de los criterios- y objetivos para su reducciĂłn a 2025: una meta del 50% y, al menos, una disminuciĂłn del 25%.
El problema es que los datos que se arrojaron hasta hace dos años no eran buenos. En concreto, de los cuatro indicadores, dos subieron y dos se mantuvieron. Sobre el gasto energético desproporcionado en los hogares españoles, la cifra inicial en 2017 estaba en el 17,3%, mientras que en el 2020 se quedó en 16,8.
En cuanto a la pobreza energética escondida, fluctuó entre el 10,7% y el 10,3% en 2020. El gran problema llegó con la temperatura inadecuada en invierno, que pasó del 8% a casi el 11%; y el retraso en el pago de las facturas, que avanzó del 7,4% al 9,6%.
Ahora todo hace indicar, por los precios eléctricos que se están dando en el mercado español, que esos datos han podido empeorar, sobre todo en el inicio de 2022, donde el incremento de precios ha sido histórico. Ahora bien, eso no se sabrá hasta 2023.